Lamine Yamal cumple 17, cuiden al niño prodigio

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Lamine Yamal cumple 17, cuiden al niño prodigio

¿Hay alguien que no sepa que Lamine Yamal tiene 16 años? ¿Incluso que cumple 17 este sábado 13 de julio? La edad de la estrella de la selección española de fútbol que aspira a ganar la Eurocopa provoca estupor y admiración a partes iguales. Proliferan los debates y abundan las opiniones variopintas sobre los pros y contras de la participación y exposición de seres humanos tan jóvenes en actividades, escenarios y entornos tan exigentes y multitudinarios.Antes, mucho antes de Lamine, el brasileño Pelé portaba la bandera de la precocidad más conocida en un deporte colectivo de la relevancia universal del fútbol. Precisamente con 17 años, Edson Arantes do Nascimento (Minas Gerais, 23 de octubre de 1940 – Sao Paulo, 29 de diciembre de 2022) se proclamó campeón en el Mundial organizado por Suecia en 1958 . Brasil ganó 5-2 a la anfitriona en la final y Pelé marcó dos goles.El desparpajo y el talento de aquel chaval asombraron al mundo, pero ni el fútbol ni las noticias tenían aún carácter global, así que ‘la perla negra’ pudo regresar tranquilamente a su país para seguir brillando en el Santos, su club de toda la vida. Apodado ‘O Rei’ y reconocido como tal en todo el planeta, el suyo fue un reinado tranquilo, sin la cobertura mediática y social asfixiante que amenazan a Yamal y al resto de jovencísimos ídolos deportivos actuales.Noticias Relacionadas estandar No España se vuelve loca con España Rubén Cañizares | Enviado especial a Dortmund estandar No Lamine Yamal, el niño que asusta a Europa Javier Ortiz de Lazcano | Enviado especial a Múnich«Es una locura, la gente no es consciente de que estos chavales no están viviendo la vida que les tocaría vivir. Ellos lo sacrifican encantados, pero tenemos que pensar en lo que estábamos haciendo nosotros a su edad», reflexiona Álvaro González, psicólogo y psicoterapeuta deportivo que trabajó en la estructura del Barcelona en La Masía . «Lamine regula la presión de una manera increíble, y eso es algo personal de cada uno. La realidad no es la realidad, es lo que tú te dices a ti mismo que es la realidad. Eres tú quien estás convencido de ello, no porque te lo diga el psicólogo deportivo».González vivió la eclosión de Ansu Fati : «Recuerdo que Ansu hacía un partidazo el domingo en el Camp Nou y el lunes coincidías comiendo con él en el comedor de La Masía y le veías de risas con los compañeros. Para elllos es normal, lo viven así, con los pies en el suelo, como si nada».Nadia Comaneci tenía 14 años cuando se colgó tres medallas de oro en la cita deportiva más universal e importante, unos Juegos Olímpicos . Más aún, esa niña fue la primera en la historia que obtuvo la puntuación perfecta en gimnasia artística. Los jueces, boquiabiertos, le dieron un 10 nunca antes visto. Evidentemente, fue la sensación en Montreal 1976 y la primera adolescente en un deporte individual cuya popularidad llegó y asombró al mundo entero. «No tienes la misma presión en un deporte colectivo que en uno individual —advierte Álvaro—. Cuando Yamal hizo la jugada del golazo del empate con Francia sabía que tenía compañeros veteranos al lado para asumir contigo la responsabilidad del partido. Si compites solo no tienes red de seguridad. Yo trabajo con nadadores y tenistas, y ahí están los casos de Nadal y Alcaraz , también bastante precoces en su momento. Tienes que gestionar solo tu mente, que es tu mayor enemigo o tu mayor aliado».Antes, mucho antes, en los Juegos de Berlín 1936 , la estadounidense Marjorie Gestring (Los Ángeles, 18 de noviembre de 1922 – 20 de abril de 1992) ganó el oro en la prueba de trampolín de 3 metros. No había cumplido 14 años y resulta muy sorprendente la participación de alguien tan joven hace casi un siglo, pero la escasa y tardía difusión global de la información existente entonces restaron trascendencia a tan insólito triunfo infantil. Comaneci (Oneşti, Rumania, 12 de noviembre de 1961) engordó su despampanante palmarés con dos oros más en Moscú 1980 , tres platas (una en Montreal y dos en Moscú), un bronce (Montreal), dos campeonatos y otros tantos subcampeonatos mundiales, y una docena de preseas en el Campeonato de Europa: 9 oros, dos platas y un bronce.Nadia fue pionera a la hora de dar auténtica visibilidad internacional en tiempo real a niños y adolescentes deportistas. Impactaron su talento, depurada técnica, precisión, velocidad de ejecución y capacidad mental. Y mostraba una madurez increíble para su edad. En su caso, además, tuvo que lidiar con la situación sociopolítica de su país, gobernado por un régimen dictatorial comunista. Tutelada y vigilada desde los seis años, en diferentes entrevistas y libros sobre su vida ha desvelado las duras condiciones de disciplina a las que se vio sometida. Pasó hambre y era obligada a entrenarse a diario, incluso estando enferma.A idéntico nivel de leyenda deportiva, la figura de Michael Phelps también emergió, nunca mejor dicho, en plena adolescencia. El ‘tiburón’ estadounidense (Baltimore, 30 de junio de 1985) comenzó a nadar a los siete años. Fue batiendo récords, y un lustro después se convirtió en el nadador masculino más joven en formar parte de un equipo olímpico.Y no de un equipo cualquiera, sino el de Estados Unidos. Con 15 años estuvo en los Juegos de Sidney 2000 , y ya fue quinto en la final de 200 metros mariposa. A partir de ahí, abordó y conquistó las piscinas del mundo: 23 medallas olímpicas de oro (6 en Atenas 2004, 8 en Pekín 2008, 4 en Londres 2012 y 5 en Río 2016), 3 de plata (2 en Londres y 1 en Río) y dos de bronce (ambas en Atenas).En el caso del niño Michael, la práctica deportiva tuvo carácter terapéutico. Los kilómetros que hacía en el agua calmaban una hiperactividad que luego, siendo ya adolescente, fue diagnosticada como Trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). «El deporte de élite exige muchísimo esfuerzo y desencadena la dopamina, que le va muy bien al cerebro. También hay una activación importante del nivel corporal y el nivel cerebral , y esta activación les desahoga y les ayuda a mantener la concentración», explica González.Este mismo año, hace apenas cinco meses, el chino Huang Jianjie se convirtió en el campeón masculino más joven en unos Mundiales de salto de trampolín con 13 años. Jianjie pudo participar al límite de la edad permitida, pues la Federación Internacional de Natación deja que lo hagan aquellos que cumplan 14 en el año de la competición, como es el caso del precoz campeón asiático.Esa norma nació precisamente a raíz de la aparición de otra niña pionera, la también china Fu Migxia , que en 1991 ganó la prueba de plataforma de 10 metros en los Mundiales a la edad de 12 años. Y uno más tarde, con 13, ganó el oro olímpico en Barcelona . A partir de ahí forjó una carrera que la ha convertido en una de las grandes de este deporte, con cuatro oros olímpicos (el citado del 92, dos en Atlanta 96 y uno en Sidney 200) y una plata (Sídney).El debate sobre la edad de los deportistas se caldea cuando entra en juego el factor riesgo. Por ejemplo, los hermanos Aleix y Pol Espargaró fueron campeones de España de motociclismo en la modalidad de 125 cc. en plena adolescencia. El primero tenía 14 años; el segundo, 15. Menos peligroso, pero también audaz y muy físico es el kitesurf (tabla de surf tirada por una cometa), modalidad acuática donde la reina es una española, Gisela Pulido (Premiá de Mar, Barcelona, 14 de enero de 1994). Ha sido campeona del mundo en una decena de ocasiones. La primera vez tenía 10 añitos. Además del éxito deportivo, su nombre figura en el Libro Guinness de los Récords como la ganadora más joven de la historia. «A priori no deberían sumir riesgos a esas edades, pero les apasiona tanto que no piensan en ello. Gestionan el peligro de forma increíble y surge el debate entre protegerlos o dejarles que cumplan su sueño», dice el psicólogo.Otra deportista que batió la marca de precocidad fue Jennifer Capriati (Nueva York, 29 de marzo de 1976). La norteamericana fue, a los 13 años, la más joven jugadora en disputar la final de un torneo de la Asociación de Tenis Femenino (WTA) , concretamente el de Boca Ratón (Estados Unidos).Tras ganar tres Grand Slam (Australia 2001 y 2002 y Roland Garros 2001) y una medalla de oro (Barcelona 92), la tenista, ya mayor, tuvo algunos problemas legales y personales relacionados con las drogas y la cleptomanía. Estos hechos abren un nuevo frente sobre la evolución y el desarrollo, en todos los aspectos, de estos niños y adolescentes durante su etapa en la élite deportiva para afrontar la vida después de dejar la competición.«Hacemos muchísimo hincapié desde pequeños en que tengan un plan B, una formación o una carrera académica además de la deportiva. Intentamos ir aproximándoles gradualmente hacia el final», desvela Álvaro.En este punto aparece un concepto muy importante que, afortunadamente, se normaliza cada día más: la salud mental. Otro niño prodigio español, Ricky Rubio (Masnou, Barcelona, 21 de octubre de 1990), tuvo la valentía de hablar de ello en público, cuando el pasado año anunció su retirada de la NBA y publicó una carta en la que reconocía: «Mi mente se fue a un lugar oscuro».El jugador español llevaba más de media vida, literalmente, botando un balón de baloncesto. El base catalán debutó con 14 años en la élite -jugó unos minutos del partido de Liga ACB que su club, Joventut , disputó ante el C.B. Granada -, y desde entonces acumula un palmarés envidiable e innumerable en sus clubes. Y con la selección española ganó dos medallas olímpicas (plata en Pekín 2008 y bronce en Río 2016), el Mundial de China 2019 y dos Europeos (Polonia 2009 y Lituania 2011). «El psicólogo deportivo busca maximizar el rendimiento; el psicólogo clínico, trata más la salud mental , afortunadamente algo cada vez más normalizado en clubes y atletas individuales. Es primordial reforzar este apartado», concluye González.

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