Un veterano senador demócrata, muy influyente en la política de Estados Unidos hacia Cuba y Venezuela, con ancestros en España y condecorado en 2014 con la Gran Cruz de Isabel la Católica, ha sido hallado culpable de 16 delitos graves por corrupción, al aceptar sobornos en beneficio de tres empresarios y del régimen que gobierna Egipto. El mandato del senador Menéndez , en el cargo desde 2006, terminaba este año. El Partido Demócrata presenta a otro candidato y había intentado distanciarse debido a viejas rencillas. Menéndez sobrevivió a un juicio por corrupción en 2017, declarado nulo, que comenzó por un procedimiento iniciado durante la administración de Barack Obama con Joe Biden como vicepresidente.Durante la administración de Donald Trump , Menéndez apoyó las medidas más drásticas contra la dictadura de Cuba, como el refuerzo del embargo, y la ruptura con el régimen chavista en Venezuela. Fue uno de los mayores impulsores de las relaciones bilaterales con España y llegó a presidente honorario del Consejo Estados Unidos-España. Sus abuelos eran españoles, y sus padres nacieron en Cuba.Noticia Relacionada estandar Si Lingotes de oro y 480.000 dólares en efectivo: el caso que acorrala a la estrella demócrata Bob Menendez David Alandete Los investigadores federales sospechan, tras un año de pesquisas, que Menendez se sirvió de información oficial sensible y e interfirió en la labor de la Fiscalía o del Departamento de Agricultura, para tratar de que no perjudicasen a personas afinesEl jurado halló este martes 16 de julio culpable a Menéndez de soborno, extorsión, fraude, obstrucción de la justicia y actuar como agente extranjero para Egipto entre 2018 y 2022. Recibió sobornos en oro, fajos de billetes y un coche de lujo. Los empresarios Fred Daibes y Wael Hana, también condenados, le contactaron a través de su segunda esposa, Nadine Arslanian.El veredicto está previsto para el 29 de octubre. Antes, los demócratas han pedido que dimita del escaño. Si lo hace, el gobernador de Nueva Jersey , su estado, que es demócrata , debe elegir a un sustituto. Las elecciones, las mismas en que se vota al presidente, son el 5 de noviembre y la nueva legislatura comenzará en enero.Los demócratas no pueden permitirse bajas de larga duración en el Senado. Tienen 50 escaños, lo mismo que los republicanos. El voto de desempate le corresponde al vicepresidente, en este caso, Kamala Harris. Las encuestas no prevén una derrota demócrata en este escaño, que no cae en manos republicanas desde 1952.Menéndez ha sido un defensor de la contribución de España a la independencia de EE.UU. En 2014, recibió del Gobierno español la Gran Cruz de Isabel la Católica y en 2015, el rey Juan Carlos le otorgó el premio Bernardo de Gálvez de la Fundación Consejo EE.UU.-España por su contribución a las relaciones bilaterales .Menéndez, que tiene 70 años, no testificó en el juicio. Sus abogados dijeron que van a recurrir. En el juicio culparon a la mujer de haber creer a los otros acusados que sus sobornos estaban teniendo efecto. En una estrategia llamativa, dijeron que la mujer mentía a los empresarios para que le dieran dinero y regalos. Ella también ha sido imputada pero no hay fecha para su juicio.Entre los sobornos recibidos hay fajos de billetes con 10.000 dólares y cuatro lingotes de oro de un kilo, con un valor aproximado de 60.000 dólares cada uno. Aparte del coche de lujo, recibieron una cinta elíptica, un sillón y otros regalos. Entre las peticiones había información sobre ayudas militares para Egipto, que debe supervisar el Senado.Fuera del tribunal, tras oír el veredicto, con semblante serio, el senador afirmó que espera revertir el fallo en casación y defendió su honorabilidad. «Nunca he violado mi juramento público. Siempre he sido un patriota de mi país y en servicio de mi país», dijo.En años recientes, Menéndez fue crítico con la política del actual gobierno español hacia Cuba. En la audiencia que tuvo lugar en el Capitolio para confirmar a la anterior embajadora de EE.UU. en España, el senador afirmó que al actual Ejecutivo de Pedro Sánchez «le importan más los negocios hoteleros que la democracia en Cuba».
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