Donald Trump mostró que fue un hombre con dos almas el jueves por la noche en Milwaukee, en el cierre de una convención republicana triunfal, que le relanza en su viaje de regreso a la Casa Blanca . Esas dos almas lucharán en los próximos tres meses de campaña: una es la del Trump de siempre: populista, belicoso, deslenguado, faltón, desatado; la otra es la nueva versión que su campaña ha ensayado en la ciudad de Wisconsin durante esta semana: unificador, humanizado, contenido, emotivo. La primera hace las delicias de sus bases y es la que le convirtió en el fenómeno político más importante de EE.UU. en lo que va de siglo y le entregó las llaves de la Casa Blanca. Pero sus asesores han dejado claro que necesita la segunda para atraer a los votantes independientes y a los moderados republicanos, indispensables para una victoria en las urnas en noviembre.«Estoy aquí para ser el presidente de todo EE.UU., no de la mitad de EE.UU. Porque no hay victoria cuando se gana solo para la mitad de EE.UU.», dijo Trump en el arranque de su discurso, después de recibir una ovación atronadora de los miles de delegados y altos cargos de su partido, que llenaron el Fiserv Forum, el estadio de los Milwaukee Bucks de la NBA.«La discordia y la división en nuestra sociedad deben sanarse», dijo en unos de esos pasajes unificadores, algunos con sabor a los discursos con ese tono de su antecesor en la presidencia de EE.UU., Barack Obama. «Como estadounidenses, estamos unidos por la misma suerte y por un destino compartido . Ascendemos juntos o caemos juntos».Noticia Relacionada estandar Si Trump apela a la economía y a su atentado en el cierre de la convención: «La clase media prosperará como nunca» Javier Ansorena | Enviado especial a Milwaukee (Wisconsin)Fue un comienzo de discurso impecable, sujeto al guion, en el que Trump cautivó a sus seguidores -y, con seguridad, a los millones de personas que lo seguían por la pantalla- con su relato del atentado del pasado sábado en Pensilvania. «Hoy no debería estar aquí», dijo. «Salí a salvo porque tenía a Dios de mi lado».Después, Trump ofreció una visión renovada de sus mensajes de ‘América primero’, con mucho énfasis en la economía -«no permitiremos a otros países que se lleven nuestros puestos de trabajo y que saqueen nuestra economía»- y MAGA (‘Make America Great Again’, ‘Hacer a EE.UU. grande de nuevo’): «Con nuestra victoria en noviembre, los años de guerras, debilidad y caos se acabarán», dijo sobre la gestión de su rival, Joe Biden, al que solo mencionó una vez en el discurso, consciente de que el trabajo de destrucción de su campaña lo están haciendo los propios demócratas.AburrimientoEl discurso podría haberse quedado ahí y hubiera sido un aldabonazo formidable a su campaña. Pero Trump perdió la disciplina que sí tuvo su partido durante cuatro jornadas con llamamientos constantes a la unidad y se perdió en digresiones y meditaciones, con el tono agresivo de siempre y trufadas con ataques a demócratas -‘La loca Nancy’, en referencia Nancy Pelosi, la expresidenta de la Cámara de Representantes-, alusiones a la «invasión» de inmigrantes indocumentados que «mata a cientos de miles de personas cada año» o alardes de amistad con Kim Jong-un.Los meandros retóricos alargaron el discurso hasta más allá de la hora y media y lo sumieron en el tedio. Eso no impidió un final apoteósico, con Trump aclamado, con Melania Trump a su lado -ha estado desaparecida de la luz pública-, entre una lluvia de globos.Trump ofreció una visión renovada de sus mensajes de ‘América primero’, con mucho énfasis en la economía«El partido está sin duda unificado y Trump ha mostrado un camino hacia delante para hacer frente a los desafíos que tiene el país »; aseguró a este periódico el diputado republicano Michael Lawler, que representa a un distrito de Nueva York con mucho votante moderado, el que Trump necesita. «A la gente le preocupa la economía, la inmigración y las crisis que vive el mundo, y el presidente habló de todo eso».Trump seguirá hablando hoy en Grand Rapids, una ciudad industrial del oeste de Michigan, uno de los estados más decisivos en la elección. Será su primer mitin desde el atentado y el primer con su candidato a la vicepresidencia, J.D. Vance, a su lado. Y una nueva oportunidad para ver cuál de sus dos almas prevalece.
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