Una decena de niños , agarrados de la mano para no perderse, regresan al espacio en el que suelen pasar la mañana junto a sus monitores. Algunos curiosos saludan y otros deciden bajar la cabeza y dar rienda suelta a su timidez. Todos son felices ahí , alejados durante esas horas de la situación de vulnerabilidad que sufren. Estos menores forman parte de una de las colonias urbanas de verano de Madrid, ubicada en San Diego , uno de los barrios más vulnerables del distrito de Puente de Vallecas y de toda la ciudad.En el interior del local, un largo pasillo de risas incansables y recuerdos recorren las paredes. Entre puertas corren y disfrutan los más pequeños, esperando la posibilidad de dar rienda suelta a su creatividad e imaginación. En la primera de estas puertas, nos recibe María Ibáñez , trabajadora social de la asociación madrileña Creando Huellas, una de las adscritas al proyecto. Con una amplia sonrisa y llena de energía, nos invita a entrar en una sala con una decoración simple, pero emotiva: dibujos de los niños.Ibáñez explica el funcionamiento de la entidad y la conciliación familiar que realizan a lo largo del año. «Estamos con los mismos niños todo el año. Durante los periodos lectivos, hacemos apoyo escolar, y grupos de ocio y tiempo libre. Por otro lado, en verano, tenemos las colonias de mañana y los campamentos de pernocta », explica. Esta constante relación favorece, que durante el curso, se puedan coordinar con los centro educativos para respaldo escolar y familiar. Noticia Relacionada estandar No Niñas hipersexualizadas: las graves consecuencias de acelerar etapas del crecimiento Carlota Fominaya Una psicóloga advierte que las menores no están preparadas cognitiva y emocionalmente para elloEn verano también es posible aportar un ocio educativo. «Pretendemos que disfruten de las vacaciones y lo pasen bien. Si es cierto, que la programación está pensada para que aprendan valores», añade Ibáñez. Para el correcto desarrollo de los más pequeños, se plantea una programación semanal , un itinerario personal y un hilo conductor temático. «Antes de empezar las colonias, programamos. Tenemos salidas especiales, como al zoo, días a la piscina… Además, se realizan actividades manuales . La temática elegida en esta colonia es el fondo marino».María Ibáñez y Juan Carlos García, en el local de Creando Huellas GUILLERMO NAVARROLa peculiaridad de esta asociación es el trabajo continuo y rutinario que se realiza durante todo el curso con los niños; y el mantenimiento de profesionales durante toda la etapa. De esta manera, «los niños se vinculan con su persona referente». Esta relación cercana y persistente entre niños y monitores favorece una detección de problemas psicológicos de los menores. «Lo que más nos encontramos son elevados niveles de ansiedad en niños», expresa la trabajadora social, consciente de la necesidad de dedicar tiempo. «Nosotros conocemos más a los niños; si encontramos alguna dificultad derivamos a las psicólogas. Y ya tras esto, nos ponemos de acuerdo con la familia».Un grupo de niñas realiza actividades en las colonias de verano GUILLERMO NAVARROBeatriz Agudo , psicóloga de la asociación, explica cómo es este proceso con los más pequeños: «Hacemos intervención con el pequeño y lo que se necesite se establece con los padres. Se trabaja con el niño una serie de herramientas y luego, con los padres marcamos límites». De esta manera, los monitores reciben pautas para apoyar más al menor. Los niños, pese a realizar muchas de las actividades de manera conjunta, se dividen en etapas estudiantes, concretando actividades de acuerdo a sus edades. Así, se encuentran colonias de infantil, primaria, secundaria y bachillerato. Adicional a todo esto, existen otros proyectos dedicados a la conciliación familiar y temas relacionados.El objetivo de estas colonias es crear recuerdos que los niños puedan contar una vez regresen al colegio en septiembre Nacho Calvo Director de la asociación Creando Huella«La idea de estas colonias es crearles recuerdos y anécdotas que contar cuando lleguen al colegio en septiembre», expone Nacho Calvo , el director de Creando huellas. «Se pretende que puedan afrontar su día a día desde su posición de niño. Mientras participa en las colonias, queremos que tenga vida de niño y por lo tanto, se preocupe de las cosas que le corresponden por edad. Así, creamos un espacio donde puedan encontrarse a sí mismos». Gracias a estos programas, se produce un respiro familiar para los más pequeños y también para los padres, convirtiendo estos espacios en ayudas a la conciliación familiar. Huir de la competitividadDe esta manera, se da prioridad a los derechos de los niños, con el consecuente beneficio para ellos y sus familias. «Los niños y las niñas tienen derecho al ocio y al tiempo libre. En una sociedad desigual, hay familias que no se lo pueden permitir. Es una cuestión de equiparar oportunidades». apunta Ibáñez, alejándose del concepto de actividad extraescolar.Dentro del programa, se realizan actividades recreativas y deportivas, huyendo de la competitividad y de los clásicos. Se apuesta por una igualdad de condiciones, con experimentos de desarrollo de numerosas habilidades. Es un espacio de ocio , en el que se sigue dotando de competencias sociales. O en otras palabras, este no es un lugar de evasión o consumo, sino que se trabaja desde la vertiente educativa y de crecimiento personal.«No es justo que, porque hayas nacido en uno u otro entorno, debas luchar más que otra persona» Nacho Calvo Director de la asociación Creando HuellaLos niños son víctimas pasivas de todo lo que ocurre a su alrededor. No deciden donde nacen ni su contexto, pero tienen que sobrevivir. «No es justo que porque hayas nacido en un entorno, tengas que luchar más que otra persona . Las personas que piensen eso, que miren a los niños a los ojos», argumenta el director de la asociación. Cuando finaliza una jornada diaria, todos los niños se reúnen para realizar un «espacio de convivencia», momento en el que se debate sobre las actividades del día y las diligencias y experiencias de cada uno de los pequeños. Uno de ellos, con camiseta azul, comenta que le ha gustado jugar al fútbol; otro, en cambio, prefiere jugar en el parque con la arena. Por último, uno vestido de color salmón halaga a los monitores, expresando que ellos son su parte favorita.Sede de la asociación Creando Huellas, en el barrio madrileño de San Diego GUILLERMO NAVARROEste proyecto se enmarca dentro del programa Caixa Proinfancia, una colaboración entre la Caixa y muchas entidades que trabajan contra la pobreza infantil. «La pobreza se hereda» , explica Juan Carlos García, coordinador de Caixa Proinfancia en Madrid. «Lo que pretendemos con estos programas es romper ese círculo hereditario. El medio para conseguirlo es dar oportunidades a los niños de educación, integración y progreso para salir de ese círculo. Así, ofrecemos el mayor número de oportunidades a niños y familias para la mejora de sus posibilidades y desarrollo», sostiene.madrid_dia_0703El programa, a través de una serie de estudios estadísticos y análisis sociológicos, identifica territorios de máxima vulnerabilidad, en los que hay un tejido social activo . En Madrid, hay ocho zonas de intervención por parte de la fundación: Fuencarral, Tetuán, Vallecas, Carabanchel-Latina, Usera-Villaverde, Leganés-Getafe, Parla y la Cañada Real. Se contacta con las entidades de la red y se les propone la incorporación al programa.El tejido socialPor parte de las entidades, como Creando Huellas, cada una tiene su propia vida y, a través de estudios, deciden donde establecer su sede. El líder de la asociación vallecana habla de que, en su caso, instalaron una sede en la zona de San Diego (en la parte sur de Puente de Vallecas) porque era «la zona que más necesitaba intervención social en ese momento». Una vez instalados, se comienzan a desarrollar programas, como este dedicado a la infancia, u otros múltiples, como los destinados a familias o adolescentes. Fue a partir de ahí cuando se observó una posible sinergia con la Caixa : esto se trabajó a través de una plataforma, que es la coordinadora infantil local, y que se conectó con la fundación para una reciprocidad con el fin de mejorar el trabajo.30.000 Afectados Es el número aproximado de niños y adolescentes que se encuentran en situación de pobreza y vulnerabilidad y para los que se ofrecen los campamentos de verano gratuitos.Este programa, que nació en 2007, destina 9 millones de euros al impulso de actividades enfocadas a amenizar el verano a los niños en riesgo de exclusión social . Es una iniciativa nacional, con 300 entidades sociales implicadas, y solo en Madrid apunta a unos 30.000 menores. La cantidad de niños y adolescentes en situación de pobreza o extrema vulnerabilidad en la región que pueden acceder a estos campamentos gratuitos. En Madrid, la pobreza no es un problema exclusivo de las personas sin techo. Existen muchas más situaciones relacionadas con este concepto. De hecho, la pobreza se mide con el índice Arope, el cual presenta siete indicadores europeos para medir el estado de pobreza de las familias, entre los que se encuentran la baja intensidad en el empleo, situaciones familiares complejas, la posibilidad de tener lavadora o la incapacidad de irse de vacaciones una semana al año. La inflación ha subido y con ello el coste de vida de las personas. Hay personas que trabajan incansables durante horas, con un contrato a media jornada, y otras tantas cobran un sueldo que no satisface sus necesidades más básicas. Algo que va más allá de las estadísticas y los datos, y que también afecta a la pobreza infantil , un obstáculo para el desarrollo pleno de los niños, que limita sus oportunidades, su acceso a la educación, la salud y un entorno seguro. Contra eso pelean las colonias urbanas, mucho más que campamentos de verano.
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