El espectáculo de Andy Cartagena se inventa un rabo en Santander

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El espectáculo de Andy Cartagena se inventa un rabo en Santander

Bienvenidos al ‘espectáculo Andy Cartagena’. Un rabo se embolsó e inventó tras una faena ecuestre en la que tuvo una comunión total con el público. Hasta alcanzar el hito que ya poseía Diego Ventura, que logró los máximos trofeos en 2009. «¡Torero, torero!», coreaba el tendido de Cuatro Caminos después de formar un gazpacho al quinto bis, un remiendo de Pallarés que colaboró a medias y con el que el jinete de Benidorm ofreció todo y más. Puro espectáculo, con más recursos que toreo de verdad, pero con el coso rendidísimo. Pipa se lo pasó el personal, como si hubiese asistido a lo nunca visto. Y lo cierto es que fue hace quince años cuando los ojos del coso cántabro vieron cortar los máximos trofeos en otro festejo ecuestre (a pie los había cosechado El Soro). Así sucedieron las cosas:Con media faena hecha, devolvieron al quinto tras partirse una mano. Cerca de las ocho y media asomaba un remiendo de Pallarés, Librero de nombre. Como al que echaron para atrás, paró con Dorado al sobrero, que se pegó una costalada en la misma boca de riego. Perfectamente lo imantó luego a dos pistas con Duende, aprovechando la (media) respuesta del toro. Ambicionaba la puerta grande y tiró de toda su artillería sobre Inocente, con el que se quitó las riendas, bailó y puso un par a dos manos, con el público en pie. Buscó la comunión de los tendidos con el balanceo y despidiéndose hacia atrás. Y más fiesta, con los violines, la suerte del teléfono y toda la raza de Andy con Pintas. «¡Torero, torero!», coreaban en el 3. Menudo gazpacho había formado en la plaza. El rejonazo, que sonó en toda la plaza, puso la guinda y un exagerado rabo, pero que ya forma parte de la historia. Volvía Andy Cartagena un lustro después a Cuatro Caminos y lo hizo a todo tren. Buen toro su segundo, con mucha más vida que su primer hermano, al que recibió montando a Felino. Pero con el que causó verdadera sensación fue con Cartago, un perla con las crines sueltas, con el que se adornó a una mano en una pirueta inversa. En medio de ovaciones transcurrió el toreo a dos pistas, las banderillas y el paso español. No faltó el susto luego, cuando provocó al toro, que se le vino como un tren y se salvó por los pelos de que se lo llevara por delante. Muy vibrante aquello, pero con excesivo tironazo. Locura en las elevadas, que no eran elevadas, sino superelevadas con ese albino de impresionante motor trasero. Otro espectáculo era Pintas, con el que regaló tres rosas. Necesitó de dos rejones de muerte, pero tuvo la listeza de tirar de recursos circenses para ganarse la oreja… ¡con fuerte petición de otra! Mucho espectáculo -bienvenido sea- y más heterodoxia que ortodoxia frente a un ‘benitezcubero’ con carbón. Se trabajó la oreja Pablo Hermoso de Mendoza en el cuarto, el más complicado del sexteto de Benítez Cubero. Cruzado se venía, siempre con un paso al lado que obligaba a tirar de oficio y maestría. Y así lo hizo el rejoneador navarro en su último toro en Cuatro Caminos. Sonaba ‘Viento del norte’ en homenaje al caballero que ha reinado en toda esta zona. No fue toro para paladear, con esos cambios de velocidad, pero Hermoso tiró de raza y expuso con Malbec y Juticiero, con el toro ya como el de Guisando.A lomos de Navegante había aparecido Pablo en el paseíllo. Extraordinarios el ambiente, con los tendidos casi llenos. Sobre Nómada recibió a Liñero, un cuatreño de espectacular pelo que se paró demasiado pronto. Con el tordo en fase blanca clavó al pitón contrario y toreó a dos pistas mientras Navegante hundía los riñones. Todo lo tuvo que poner el caballero de Estella, que trazó dos hermosinas y se adornó con un passage para animar a los tendidos. Por los adentros toreó. Hasta arriesgar en las cercanías con el valeroso Ilusión. Qué manera de hacerse un arco y meterse al toro en estribo, con expresión y exponiendo. Y qué raza la del maestro navarro. Muy aculado en tablas andaba el descastado animal cuando puso tres cortas. La tardanza en doblar del toro frenó la petición de una oreja merecida y cantada. Pero no pudo ser… Con una gran ovación despidió Santander a Pablo, que pechó con el lote más deslucido. Himno Nacional Como en la novillada del día anterior, donde tres novilleros dieron la cara en una tarde de barro, agua y épica, tras el paseíllo sonó el Himno Nacional, con gritos de ¡viva España!Afeó el rejón de castigo el inicio de Guillermo Hermoso de Mendoza, a lomos de Alquimista. Al quiebro puso las banderillas con Ecuador: hasta cuatro le colocó, siempre por el mismo palo, lo que trasladaba al empacho de esos días de chicuelinas por doquier en las corridas de a pie. Mucho mérito, sí, pero ¿no había algo más? Y entonces con Esencial clavó dos rosas, exponiendo una barbaridad en la segunda por los adentros. Pidió un par más para colocarlo a dos manos: deseo concedido por el palco y fenomenal la ejecución. Qué pedazo de caballo. El desatino con el acero le robó el premio. Ficha de la corrida Coso de Cuatro Caminos. Sábado, 21 de julio de 2024. Segunda corrida. Casi lleno. Toros de Benitez Cubero y Pallarés (5º bis), de variado juego. Pablo Hermoso de Mendoza: rejón trasero contrario (leve petición y silencio); medio trasero y contrario (oreja). Andy Cartagena: rejón contrario y rejón (oreja con fuerte petición de otra); rejonazo (dos orejas y rabo). Guillermo Hermoso de Mendoza: pinchazo, rejón contrario atravesado, pinchazo y descabello (saludos); rejón y descabello (oreja).Faltaba el sexto, en el que Guillermo Hermoso persiguió el triunfo con ahínco. Pero tanta era su ansia que se atacó demasiado. Una oreja paseó tras la locura de Andy, que se marcharía por la puerta grande mientras todos hablaban del rabo. «¡Hemos visto cortar un rabo!»

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