Desafiante e impávido ante una multitud furiosa con banderas palestinas que rugía a las puertas, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu , se ha dirigido este miércoles a las dos cámaras del Capitolio para prometer que la guerra en Gaza no terminará hasta que Hamás haya sido completamente erradicado e Israel pueda proclamar una «victoria total».Mientras la Policía alrededor del Capitolio lanzaba gas lacrimógeno, Netanyahu, apoyado por todo el Partido Republicano y aproximadamente la mitad de los demócratas, ha abordado rápidamente lo obvio. «Tengo un mensaje para estos manifestantes: cuando los tiranos de Teherán, que cuelgan a los gays de grúas y asesinan a mujeres por no cubrirse la cabeza, te alaban, te promueven, te financian, os habéis convertido en los tontos útiles de Irán », ha dicho. Ha añadido que el régimen de los ayatolás es quien paga por esas protestas. El aplauso ha sido estruendoso, uno de muchos. El más largo e intenso ha sido el que lo recibió a su llegada a la Cámara de Representantes, que ha hecho espacio para sus señorías del Senado. Una voz discordante, de los más de 200 demócratas, ha tomado asiento sola, rodeada de un vacío, con un cartel redondo de protesta que decía: «Criminal de guerra» . Era Rashida Tlaib, la diputada de familia palestina que ha sido de las más críticas con la guerra en Gaza.Noticia Relacionada estandar No Trump y Netanyahu se reunirán en Florida el próximo viernes Reuters El primer ministro israelí llegó a Washington el lunes para una visita de varios díasOtros demócratas han protestado con los pies, es decir, se han ido. Unos 100 diputados de 200 y unos 30 senadores de 50 simplemente no han hecho acto de presencia. La presidenta del Senado tampoco ha estado. Es un cargo que ocupa la vicepresidenta, Kamala Harris , que se ha sumado a este claro boicot , ya en campaña electoral.Netanyahu ha querido poner un incómodo espejo a la izquierda, sobre todo a los grupos minoritarios que han apoyado a los palestinos y se manifiestan contra Israel. «Algunos de estos manifestantes llevan carteles que dicen: ‘Gays por Gaza’. Podrían llevar también carteles que dijeran: ‘Pollos a favor del Kentucky Fried Chicken’ », ha dicho, en referencia a la cadena de restaurantes de pollo frito.En esta ocasión, una de las pocas, Netanyahu ha provocado risas. El resto del discurso fha sido tenso y solemne. El primer ministro ha querido hablar bien de Joe Biden , a quien ha agradecido su decisivo apoyo en la guerra contra Hamás, y de Donald Trump, por reconocer a Jerusalén como capital de Israel y negociar el plan de paz de 2020 sin los palestinos.A quienes le recriminan los 39.000 muertos en Gaza durante la guerra de respuesta al ataque terrorista del 7 de octubre, Netanyahu les ha dicho que Israel se conduce con respeto a los derechos humanos , y que es Hamás quien esconde a sus comandantes y arsenales en edificios habitados, escuelas y hospitales, para aumentar las bajas civiles.«Israel luchará hasta que destruyamos las capacidades militares de Hamás y su Gobierno en Gaza y traigamos a todos nuestros rehenes a casa», ha proclamado Netanyahu. «Eso es lo que significa la victoria total. Y no nos conformaremos con menos», ha añadido.Los aplausos a estos pronunciamientos y a los agradecimientos al Gobierno y al pueblo americano —no a quienes protestaban, tildados de instrumentos de Irán— se sucedían, y entre quienes más ovacionaban a Netanyahu había también unos pocos demócratas . Entre ellos, el senador de Pensilvania John Fetterman, un tipo de más de dos metros que suele acudir al Capitolio en sudadera con capucha y pantalón corto, que se supone está en la izquierda del partido en la mayoría de asuntos, pero no en este. Para ver a Netanyahu, Fetterman sí se ha puesto traje y corbata, toda una novedad.Netanyahu hace historiaDentro del hemiciclo, Netanyahu hacía historia: desde este miércoles es el único mandatario extranjero que ha hablado cuatro veces en el Capitolio , en 1996, 2011, 2015 y ahora. Antes estaba empatado con Winston Churchill, quien se dirigió al legislativo en 1941, 1943 y 1951. Contra Churchill nadie protestó, que se tenga constancia. Fuera de un Capitolio fortificado, se veía un pandemonio.Unos chavales con la cara tapada con pañuelos palestinos llevaban un ataúd de cartón , que simbolizaba a los muertos de Gaza. Un gran muñeco de cartón piedra mostraba a Netanyahu con cuernos y la boca manchada de sangre. Una mujer, con la boca tapada, agitaba un cartel en que la bandera de Israel, con la estrella de David, se fundía con una esvástica nazi. En una hoguera, se ha quemado una bandera israelí junto con una americana . Esta última se ha arriado de un mástil ante la estación de tren de Union Station, cerca del Capitolio. En su lugar, se ha izado la bandera palestina, entre aplausos y gritos.Netanyahu, unos momentos después, ha denunciado dentro del mismo Capitolio que el tristemente famoso libelo de sangre , una acusación falsa y antisemita de que los judíos usaban la sangre de cristianos en rituales religiosos, estaba resurgiendo en estas protestas. Ha subrayado que tales manifestaciones no solo eran ofensivas, sino también peligrosas, ya que incitaban al odio y la violencia contra Israel y la comunidad judía en general. Ha acusado a los manifestantes de apoyar a los terroristas que mataron a bebés en el ataque del 7 de octubre. «Estos manifestantes que están con ellos, deberían avergonzarse de sí mismos », ha dicho.En 2015, cuando dio su último discurso en el Capitolio, Netanyahu indignó al entonces presidente, Barack Obama, al atacar sus planes de firmar un acuerdo nuclear con Irán. En aquel viaje, no fue invitado al Despacho Oval. En esta ocasión, sí. Biden se reunirá con él el jueves , y ambos hablarán con supervivientes del ataque de Hamás. Biden aún espera poder lograr un acuerdo de alto el fuego entre las partes, algo que quisiera dejar listo cuando salga definitivamente de la Casa Blanca en enero de 2025. El viernes, Netanyahu seguirá a Mar-a-Lago, la mansión de Trump en Florida.

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