Ocho y media de la tarde, finales del mes de julio. Un grupo de amigos charla en la terraza en la que siempre quedan, cerca del río. Pican algo, conversan y ríen hasta que anochece y algunos empiezan a notar unos molestos picotazos. No todos. En el mismo lugar, a la misma hora y con el mismo tiempo de exposición a la nube de mosquitos que se ha apuntado al tapeo veraniego unos están completamente acribillados y otros han salido indemnes. ¿Por qué sucede esto? Antes conviene aclarar dos puntos: es cierto que la máxima actividad de estos insectos suele producirse al atardecer , cuando comienzan a bajar las temperaturas ; pero lo que no es tan cierto es que sean mosquitos lo que pique, pues se trata de ‘mosquitas’, ya que son las hembras las que pican en busca de los compuestos químicos y las proteínas que contiene la sangre y que necesitan para poner sus huevos . Lo peor de todo es que necesitan picar varias veces en poco tiempo para garantizar su abastecimiento y que así esos huevos lleguen a madurar y eclosionar a su debido tiempo. Pero, volvamos al planteamiento inicial ¿por qué en la escena de terraceo veraniego descrita unos han sido especialmente atacados por esas ‘mosquitas’? La explicación está en que no todas las pieles atraen por igual. Como explica la dermatóloga Sabrina Kindem, la mayor predisposición a ser atacado por este insecto no tiene que ver, como se dice popularmente, con que tengamos o no la «sangre dulce», sino con la mayor o menor cantidad de dióxido de carbono (C02) que exhalamos . Así, una mayor cantidad de CO2 exhalado es lo que más atrae a las mosquitas. Algunos de los factores que pueden favorecer una mayor concentración de CO2 en la exhalación es el hecho de ser fumador , tener una enfermedad respiratoria crónica , el sedentarismo o la obesidad (aquellas personas que toman un a mayor cantidad de alimentos ricos en grasas poco saludables o alimentos ultraprocesados generan más CO2). Pero eso no quiere decir que aquellos que practiquen deporte se vayan a librar de estas molestas picaduras, sino más bien todo lo contrario, pues al hacer ejercicio los músculos necesitan más oxígeno y liberan más dióxido de carbono.De hecho, oro de los factores que atrae a los mosquitos es el ácido láctico presente en el sudor , especialmente aquel que se segrega cuando hacemos ejercicio. De hecho, quienes no se duchen después de hacer ejercicio corren el riesgo de recibir numerosas picaduras durante la noche. Así, según explica la Dra. Kindem, cuanta más sudoración y mayor cansancio tenga una persona mayor concentración de CO2 se producirá y esto explica, por ejemplo, por qué los mosquitos suelen atacar especialmente a quienes vuelven a casa tras haber salido a correr al atardecer.Y no sólo eso, pues tal como señala la dermatóloga y divulgadora científica Ana Molina ( @dr.anamolina ), estos insectos son capaces de detectar el sudor, el CO2 (dióxido de carbono) que emitimos en la respiración, la temperatura y la humedad de nuestra piel. De hecho seleccionan a sus víctimas en función de determinados compuestos volátiles de nuestro olor corporal como el ácido láctico, amoníaco y otros compuestos químicos . Podríamos decir que se sienten atraídas por nuestro «perfume corporal natural» que, tal como aclara Molina, se debe a sustancias que las bacterias de la piel elaboran en función de los compuestos presentes en el sudor. Lo que sí que es cierto, por tanto, es que a través de la higiene (duchas o baños) podemos eliminar parte de estos compuestos de nuestra piel que hacen que los mosquitos se sientan más atraídos por nosotros.El grupo sanguíneo puede ser otro punto más de atracción. Existe un estudio publicado por la revista ‘Journal of Medical Entomology’ que, a pesar de su antigüedad (data de 2004), es frecuentemente citado cada vez que se habla de este tema. En él se sugiere que las mosquitas prefieren picar a personas con sangre del grupo O frente a las de tipo B y A, si bien es cierto que estas afirmaciones requieren el contraste de un nuevo estudio más cercano a la actualidad, por lo que habría que poner en entredicho estos datos desde el punto de vista científico. También el uso de perfumes y cremas con olores intensos, especialmente aquellos que evoquen aromas dulces atraen a los mosquitos, según explica Rocío Escalante, licenciada en Farmacia (titular de Arbosana) y especialista en cosmética. Y lo mismo sucede con los colores llamativos o chillones, especialmente los que se enmarquen en la gama de amarillos, naranjas y tonos crema que emulan la luz artificial.Noticias Relacionadas estandar No Salud Hidratación y deporte: por qué el agua es necesaria, pero no suficiente Raquel Alcolea estandar No Trucos para enfriar la casa sin encender el aire acondicionado Raquel AlcoleaLa vitamina que les hace huirPero además de seguir esta recomendación de higiene y hasta de sentido común, también es posible reducir el atractivo del aroma de la piel para los mosquitos a través de la nutrición . Es lo que propone la Dra. Julia Farré ( @julia.farre.moya ), dietista-nutricionista y directora del Centro de Nutrición Julia Farré, quien explica que consumir suplementos de vitaminas del Grupo B, especialmente con vitamina B1, provocan un cambio en el nuestro olor corporal que detectan las mosquitas hembra y que en realidad les repele, pues no es un aroma que les atraiga especialmente.En cuanto a los alimentos ricos en vitaminas del Grupo B cabría destacar el caso de los los cereales, las carnes, los pescados, los huevos, los productos lácteos y en el ámbito vegetal las legumbres, los aguacates, los plátanos, el brócoli, las berzas y las verduras de hoja verde.La experta explica que comenzó a investigar este efecto a raíz de su propio embarazo durante el cual observó que, a pesar de que lo habitual en su caso era ser víctima cada verano de numerosas picaduras, durante el periodo gestacional pareció resultar poco atrayente para estos insectos. «En ese momento consulté a un colega farmacéutico que dio con la clave, pues me explicó que los complejos vitamínicos que se suelen tomar durante el embarazo suelen ser ricos precisamente en vitaminas del grupo B y que eso es lo que estaba funcionando a modo de repelente natural para los mosquitos», detalló Farré.Eso sí, la nutricionista aclara que con la información sobre este efecto no pretende recomendar ahora a todo el mundo que se tome suplementos con vitaminas del Grupo B para este fin, pues es algo que debería estar controlado por un profesional médico, si bien asegura que se trata de un suplemento que no es peligroso y se puede consumir con tranquilidad, ya que este tipo de vitaminas son hidrosolubles y fácilmente eliminables por el organismo por lo que rara vez pueden dar lugar a toxicidad por el exceso en su consumo. De hecho, pueden conseguirse en la farmacia sin receta médica y para cualquier adulto sano y responsable puede ser una buena opción durante los dos meses de verano para evitar los molestas picaduras. Sobre este punto, eso sí, Farré pone una bandera roja bien clara: no debe darse a los niños sin supervisión médica.Uso de repelentesAunque el hecho de consumir este complejo vitamínico pueda ser una ayuda, en realidad lo más aconsejable es actuar por todos los frentes, tanto desde dentro como desde fuera, por lo que no está de más ayudarse de un repelente externo. A la hora de elegir el más adecuado lo más importa es atender al uso. En la actualidad existen productos anti-mosquitos en forma de spray o en forma de gel o crema , pero para que sean efectivos es importante aplicarlo en el cuello y las muñecas, que es donde el latido es más fuerte y superficial, aumentando así su olor y acción, según asegura la farmacéutica Rocío Escalante. También es práctico su uso en las zonas distales de la pierna y la zona del tobillo , que suele ser un área de fácil acceso para el mosquito.Para las zonas del cuerpo más delicadas como el rostro Escalante recomienda usar los productos de tipo roll-on o con stick. Y en el caso de los niños recuerda que hay que usar productos específicos infantiles (no es lo mismo la piel de un adulto que la de un bebé), adaptados a ese uso y que las pulseras repelentes suelen funcionar bien.Noticias Relacionadas estandar No Este nutriente que aporta el pescado es oro para tu cuerpo Elisa Escorihuela estandar No «Estoy siempre cansada»: qué alimentos me faltan y cuáles me sobran Raquel AlcoleaCómo tratar las picaduras de mosquitoCuando una mosquita nos pica, introduce bajo nuestra piel dos diminutos tubos: uno de ellos le sirve para sorber nuestra sangre, y el otro para inyectarnos una sustancia que evita que la sangre se coagule en la herida o en su trompa antes de haber terminado de sorber. «Esa sustancia provoca que nuestro cuerpo libere histamina , una sustancia de nuestro sistema inmune que es la responsable de la inflamación, picor y aparición de ronchas. Es decir, que todo lo que se produce tras una picadura, no es técnicamente culpa del mosquito, sino del cuerpo reaccionando a esa sustancia», revela la dermatóloga Ana Molina.Esta es la causa, por tanto, de que no todos reaccionemos igual: algunos apenas muestran un bulto mientras que otros desarrollan ronchas y habones de varios centímetros, con ampollas incluso (‘culicosis bullosa’).Para tratar las picaduras de mosquito lo ideal es aplicar frío local para controlar la inflamación, aunque también podemos tomar algún antihistamínico oral y aplicar alguna crema con corticoide tópico y antibiótico, especialmente si nos hemos rascado porque habremos provocado pequeñas heridas con las uñas que se pueden infectar.

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