El Festival de Salzburgo sitúa al arte europeo frente al espejo de la guerra

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El Festival de Salzburgo sitúa al arte europeo frente al espejo de la guerra

El Festival de Salzburgo es más que un festival, marca un destino para Austria frente al mundo. El acto de apertura de la presente edición, sin renunciar a tender puentes, se ha centrado en identificar y concretar la gravedad de la situación real de la que también el arte forma parte y a la que, atendiendo a su responsabilidad, no debe dar la espalda: una Europa en guerra.«A principios de este siglo, el gobierno británico publicó una lista de las diez principales medidas de emergencia para la defensa, en caso de guerra, y una de ellas era el rescate de las famosas pinturas de Tiziano de la Galería Nacional. Imagínese si nuestras queridas obras maestras de Tiziano, ‘Noli me tangere’ (c. 1514) o ‘Alegoría de la prudencia’ (c. 1550-1565), sufrieran el mismo destino que los tesoros del Museo Nacional Iraquí en Bagdad y fueran saqueadas por criminales. Si tales precauciones aún no existen en Austria, podría ser apropiado tomarlas, para proteger las innumerables obras maestras de las colecciones del país, en particular los incomparables Bruegel en el Kunsthistorisches Museum». Con esta advertencia ha comenzado su discurso la bisnieta del líder soviético Nikita Khrushchev , la politóloga y profesora en The New School University Nina Khrushcheva. Su primera reflexión sobre la actualidad del arte ha sido una llamada a Europa a renocer que el «alto arte», a menudo dado por muerto a manos de formas culturales más triviales y prescindibles, está profundamente vivo, pero está en guerra. Y que los europeos debemos actuar en consecuencia: «En tiempos de paz, podemos permitirnos el lujo de ocuparnos de cosas pequeñas o cotidianas y distraernos. Sin embargo, en tiempos de guerra cambia la situación «, ha amonestado, las naciones valoran su individualidad cultural tanto como valoran su territorio, sus recursos naturales y sus instituciones financieras: el arte se convierte en un campo de batalla .Noticia Relacionada estandar No Descubren que el cuadro colgado detrás de la puerta de su casa es obra de Brueghel el Joven ABC Calificado por los especialistas como «excepcional», ha sido valorado en 800.000 eurosA las puertas de una guerra, Khrushcheva ha reivindicado el papel activo del arte. «El arte es profético», ha dicho, «cuando se trata de política, el arte nunca miente. Y cuando la política aún no ha formulado su agenda, el arte ya la ha revelado.» En 2006, el autor ruso Vladimir Sorokin escribió la novela ‘El día del Opríchnik’ , ha señalado como ejemplo. « En este libro, el Imperio zarista ruso ha resucitado y los seguidores del gobierno están al mando.« Entonces lo descartamos como mera ficción. Hoy se lee como una realidad. Tras la reciente toma de posesión de Vladímir Putin como presidente para su quinto mandato, en el Kremlin, que rebosa de oro zarista, el pensamiento independiente está siendo brutalmente castigado. «Ya no se trata de un absurdo distópico, como lo describió Sorokin, sino de la vida cotidiana actual en Rusia», ha condenado Khrushcheva tanto la política interior como la exterior de Putin, al tiempo que ha requerido atención a las lecciones que el arte proporciona a tiempo a las sociedades. Si nos fijamos en los orígenes del comportamiento ruso actual, encontramos que el escritor Fiódor Dostoievski explicó gran parte de él ya en el siglo XIX. En una carta de 1873 al futuro zar Alejandro III, escribió: « Las grandes naciones han (…) solo desataron su gran poder (…) y sirvieron al mundo, aunque solo fuera con un solo rayo de luz, porque (…) permanecieron descaradamente independientes.« Es por eso que Putin afirma que Rusia es una «civilización soberana» y en consecuencia actúa. Si Putin hubiera sido un estudiante más atento, habría comprendido que la llamada de Dostoievski a la independencia nacional provenía menos de una búsqueda de poder que de la convicción de que la contribución única de cada país representa un valor agregado para todas las naciones del mundo. En cambio, el presidente ruso insiste en asumir un legado imperial que cree que ha sido promovido por muchos grandes artistas en el pasado.Como rusa, Khrushcheva se ha disculpado decididamente por la guerra de agresión de Putin , pero también ha dedicado duras palabras a Ucrania. «El año pasado, los legisladores ucranianos aprobaron la Ley Anti-Pushkin, que lleva el nombre del poeta ruso del siglo XIX Alexander Pushkin y que permitió la destrucción de bienes culturales relacionados con la historia rusa y soviética en Ucrania», ha recordado, «numerosas obras de arte consideradas símbolos de la ideología zarista y totalitaria, incluidas pinturas, esculturas y libros de artistas rusos, fueron prohibidas o destruidas.» «En mi opinión, la destrucción de los testimonios culturales de otra nación o grupo étnico en general no es una política viable» , ha reprochado, «pero en las circunstancias actuales, ningún ruso debería atreverse a decirle a los ucranianos cómo lidiar con su pasado o cómo dar forma a su futuro.»Noticia Relacionada CRÍTICA DE: estandar Si ‘Utopía y vanguardia. Arte ruso en la Colección Costakis’: Los ángulos muertos de la vanguardia soviética Juan Francisco Rueda Son los fondos de la Colección Costakis tan apabullantes que ahora dan pie a contar en el Museo Ruso de Málaga la Historia de las vanguardias soviéticas sin dejar ningún flanco por cubrir«El arte está lleno de esperanza. Incluso es optimista» , ha seguido su loa, «el arte salva al mundo todos los días, en todos los siglos y en todas las generaciones: el arte es lo que queda de nosotros cuando ya no estamos y, mientras los humanos vivan, continuarán esforzándose por la obra maestra insuperable en la que se revele el espíritu indomable y creativo de nuestra especie, que asegure la supervivencia de la humanidad.» «El arte es rebelde, no puede prevenir la tiranía y la guerra, pero las expone una y otra vez» , ha definido también, y se ha referido a uno de los eventos con entradas agotadas del Festival de Salzburgo de este año, la lectura de las cartas de Alexei Navalny desde la cárcel, que en su opinión «deben leerse como una obra literaria sobre un sistema de esclavitud.» En este sentido, ha agradecido al Festival que acoja este año grandes obras del arte ruso como ‘El jugador’ y ‘El idiota’ , óperas basadas en novelas de Dostoievski, «porque aumentan la comprensión. Mirando al Kremlin hoy, uno se pregunta: ¿Cómo podrían no saber cómo terminaría esta historia? Es el arte el que nos muestra el camino en su trascendencia «, ha concluido.

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