Alcalá de Henares, una ciudad fundada por el martirio

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Alcalá de Henares, una ciudad fundada por el martirio

La catedral de Alcalá de Henares luce, con sus trazas ‘cisnerianas’ , en la mañana de verano que se levantó templada. Los nidos de cigüeñas van quedando como recordatorio de que las aves han volado hacia el sur, tan pronto. Justo debajo de la torre, donde hubo improvisado refugio en la Guerra Civil , se extiende la lonja eclesial. Allá donde acogerse a sagrado en momentos de turbulencias, hay una estatua de Cisneros junto a dos niños. Por las cercanías pasean alcalaínos conocedores, y otros no, de que en este lugar, en este enclave en concreto, nació y se multiplicó la actual Alcalá por un suceso en que la historiografía se mezcla con la devoción . Juan Lledó, presidente de la Asociación Diocesana Santos Niños, hombre de amplias sapiencias y oficios turísticos, prepara un viaje por el templo y por su motivo fundacional: los mentados Santos Niños Justo y Pastor, «patrones de España antes que Santiago Apóstol». De esta admiración por los mártires, nuestro guía pondera a «los abuelos» como «correa de transmisión». Anhela que no se pierda la memoria de la antigüedad sacra. Ese es el esfuerzo de Lledó, una enciclopedia de la localidad y un custodio de sus secretos más íntimos.Noticia Relacionada Hundimiento, expolio y recuperación reportaje No La increíble historia del sepulcro del arzobispo Carrillo en Alcalá Sara Medialdea Varias piezas de la última morada de Alfonso Carrillo de Acuña aparecieron en Londres, Navarra y al sur de Madrid Aquí empieza un relato en que el martirio, la fe, y los vientos del pasado se entremezclan. Dice Lledó, y dice con razón, que en torno al 304 el emperador Diocleciano mandó erradicar el cristianismo, año en que su subalterno, el prefecto Daciano, desembarca en Barcino (Barcelona) para cumplir la misión encomendada a sangre y a fuego. Enterados de la cruzada contra lo más profundo de sus creencias, Justo, de 7 años, y Pastor, de 9, escolares, ponen rumbo a la basílica de Complutum, sede del poder romano. Allí, entre togas y la sorpresa de la encarnación de Roma en Iberia, descartan públicamente abjurar de sus creencias. Y lo que en un principio pareció una «chiquillada», crece, se va expandiendo, hasta el momento definitivo de poner a todo un imperio en un brete. Solo quedaba la solución del sacrificio acorde a la legislación romana. Extramuros y a espada. Sobre una piedra, a algo más de un kilómetro de la villa latina de Complutum, el acero decapita a dos menores de ciudadanía romana creando, desde ese preciso instante, un reguero de peregrinaciones. Era un 6 de agosto del 306 aunque en esto de la precisión hay alguna disonancia que se comprende por los milenios transcurridos y algún borrón en los cronicones.Segunda fase de la restauración del refugio antiaéreo de la plaza de Cervantes A lo largo de la historia, Alcalá de Henares ha tenido un papel estratégico en el corazón de la Península y en las comunicaciones del centro con el Levante español. Esto ha desembocado en que desde antiguo haya sido un enclave que guarda el fragor de viejas batallas. En la Guerra Civil fue la localidad elegida por los republicanos para establecer el Cuartel General del Ejército del Centro. Ahora, el ayuntamiento de la localidad ha iniciado la segunda fase de la intervención arqueológica del refugio antiaéreo, que se encuentra en perfecto estado bajo el suelo de la céntrica plaza de Cervantes, con el objetivo futuro de musealizar el espacio. Los trabajos consisten en limpiar los pasillos y documentar las estructuras. De la ubicación aproximada del refugio se tenía conocimiento, pero como contó este periódico, una fotografía realizada por un aeroplano de la Legión Cóndor y un croquis la situaron con precisión. Con esta información y con fuentes documentales se pudo penetrar en una construcción formulada en gran parte con sillares de la iglesia de Santa María. Según estudios históricos, puedo albergar hasta 1.000 personas.Cuenta Lledó, frente al arca plateresca de las reliquias, que para la posteridad iconográfica los Niños quedarán fijados con una hoja de palma, «símbolo de martirio»: «vestidos de romanos», con unas hendiduras en el cuello y «sosteniendo unas tablillas» que reflejan su condición de escolares. Sobre esa piedra del sacrificio, hoy conservada entre la leyenda y los rezos, se edificaría Alcalá de Henares tal y como la conocemos. Como hizo Cristo con Pedro y con la Iglesia. Salvando las distancias. Pero para llegar a ese momento fue necesario el transcurrir del tiempo y sus laberintos. No sería hasta entrado el siglo V cuando el «noveno obispo de Toledo y primero complutense», Asturio, decide construir una pequeña capilla en aquel lugar que congregaba devociones que sobrepasaban, con mucho, las orillas del Henares. Y alrededor de la capilla comienza la población a asentarse, poco a poco, escalonadamente. madrid_dia_0703Lledó muestra la mampostería de esa primera construcción, junto a la piedra del martirio, y relata los sucesivos viajes de las reliquias que tienen, en sí, todos los elementos de una novela. Ocurrió que, ante el peligro de una profanación árabe, San Urbicio las traslada al oscense valle de Nocito en el siglo VIII, para mucho más tarde recalar en San Pedro el Viejo, en Huesca. Sin restos, y por razón de la propia conservación de la memoria de lo allí ocurrido, en el lugar de la hoy catedral pervivió una reducida comunidad hispano visigoda. «Testimonio de la fe», llamaron a esta voluntad.Siglos después, los alcalaínos, tras asentarse en Alcalá la Vieja durante la dominación musulmana, vuelven a ubicarse, tras la reconquista de la plaza musulmana por Bernardo de Sedirac, en torno al lugar del martirio, y quieren sus restos sagrados. Comienza así, con no pocos problemas, la llamada Reversión de las reliquias. Hay un deseo de que los Santos Niños retornen a sus orígenes y que los muchos devotos puedan vivir en sus cercanías. A tal efecto, y antes todas las dificultades propuestas por los oscenses para el regreso de las reliquias incluso, se llegó incluso a requerir a una «partida de bandoleros» por los montes aragoneses para recuperarlas.LA CRIPTA Arca neoplateresca que custodia las reliquias, detalle del espacio, y piedra donde se produjo el martirio Todo está envuelto en la leyenda, la fe y demás aditamentos que otorgan más sentido a las dos festividades capitales. Siguiendo el relato, finalmente una comitiva regresa parte de las reliquias o restos de los Santos Niños a Alcalá el «7 de marzo de 1568», día en que la ciudad conmemora la primera festividad de la Reversión con todo el boato ante un momento tan anhelado. Había intermediado una bula papal de Pío V. La España de entonces presenciaba con reverencia el cortejo. Por eso, La Humosa, un ejemplo, atiende por el topónimo de los Santos de la Humosa.Esta es en resumidas cuentas la historia. Pero la catedral, que se intitula Magistral porque sus miembros debían ser doctores en Teología, fue quemada y destruida con «bidones de gasolina» en la aciaga tarde del 21 de julio de 1936 por una columna incontrolada de republicanos. Casi todo pereció en el fuego, o no todo, que había una cimentación espiritual y constructiva para «mantener el testimonio». Mas donde hubo arte sacro, queda el testimonio y la reconstrucción. Reconstrucción como la del sepulcro del arzobispo Alonso Carrillo de Acuña, con estuco y partes que ha ido recuperándose, poco a poco; con la calma de estar restañando una parte cardinal de la esencia alcalaína. MÁS INFORMACIÓN noticia No Los tiempos de Nebrija y Cisneros: la corruptia en la traducción de las lenguas noticia Si «Richelieu no le llega ni a la altura del zapato al cardenal Cisneros» La emoción en el relato embriaga a Juan Lledó en un viaje a lo más profundo. Revela la magia de las vísperas. Cómo el cuatro de agosto se traslada al altar mayor, desde la cripta, el pesado arca con los restos. Cómo el 5 se celebra una misa bajo el rito hispano mozárabe, y cómo el 6 el ayuntamiento corona a sus patronos con una corona de laurel, enseña del triunfo, durante la celebración de la misa Solemne, antes de la procesión.El pasado pesa en Alcalá de Henares, está presente en su callejero, en su templo principal, y en sus tradiciones. Si a Roma la fundaron Rómulo y Remo, a Alcalá de Henares la fundaron los Santos Niños. La consagración de la ciudad debido a un martirio. Una ciudad que en plenas fiestas mantiene más que viva la memoria de sus Niños tutelares.

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