Era lo esperado y lo que casi siempre ha pasado: Esquerra es más de izquierdas que independentista y se siente más cómoda en los pactos con los socialistas que con los convergentes. La capacidad de intimidación que Junts y Carles Puigdemont tienen sobre los republicanos ha sembrado de dudas ficticias un camino que en realidad estaba bastante allanado.También hay otra ficción -más madrileña que catalana- y es que este pacto va a hacer explotar España. Ni siquiera el PSOE va a explotar. No va a explotar nada. El acuerdo da una salida más o menos digna a ERC y en el fondo también a Junts, que se habían quedado sin fuerza, discurso ni recorrido y ahora tendrán un nuevo ratón para entretener al gato. Miguel Tellado ha dicho que Sánchez ha engañado a Esquerra con el concierto económico tal como el año pasado engañó a Junts con la amnistía. El regreso a España de Puigdemont coincidiendo con la investidura de Illa nos dará una fotografía más completa de la acertada reflexión del portavoz popular. Los nombres aparatosos -y «concierto económico» lo es- sirven a veces para alarmar sobre la realidad y otros para disimularla, como es el caso. Nada de lo que acepte, vote o administre Salvador Illa, que a fin de cuentas es quien va a ser presidente de la Generalitat, va a suponer ninguna demolición o desmerecimiento del Estado ni de la nación española. Es fácil reírse de una frase como ésta cuando no se conoce al candidato y difícil no entenderlo cuando llevas algunos años tratándolo.Que hubiera un presidente de Esquerra y no de Junts fue un primer paso hacia la normalidad. Que Illa se convierta la semana que viene en presidente cierra un ciclo político terrible y estéril y abre un periodo de esperanza en la tranquilidad y en la convivencia que tanto necesita Cataluña. Si el único interés es acabar con la presidencia de Pedro Sánchez, y yo respeto y entiendo a los que están hartos de este presidente, la decisión que tomaron ayer las bases republicanas es efectivamente una mala noticia. Si la vida y la prosperidad de los catalanes merece alguna consideración, y alguna piedad, entonces la interpretación tiene que ser completamente la contraria.El independentismo ha sido principalmente derrotado por sus líderes, que son muy poco inteligentes, y por sus bases, que todavía lo son menos. También por Mariano Rajoy, Pedro Sánchez y Salvador Illa. Es mezquino que la derecha no celebre una victoria tan importante porque no le toca a ella liderarla.
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