Israel se prepara para la respuesta de Irán al asesinato de Ismael Haniye y Estados Unidos acelera los contactos para revivir la alianza con Reino Unido y países árabes aliados que en abril permitió proteger al Estado judío del lanzamiento de trescientos drones y misiles iraníes. El general Michael Kurilla, responsable de las fuerzas estadounidenses en Oriente Medio, tiene previsto llegar a Israel en las próximas horas para coordinar la defensa ante un ataque que se espera llegue desde múltiples frentes. Según el portal Axios, con buenas fuentes en Washington y Tel Aviv, la operación de la república islámica «podría producirse el lunes» . La diplomacia trabaja contra el reloj para evitar una guerra a gran escala y el ministro de Exteriores jordano, Ayman Safadi, realizó un viaje sorpresa a Teherán para intentar disuadir a los iraníes. Fue el primer viaje en nueve años de un jefe de la diplomacia jordana a Irán y, según distintos medios, no tuvo gran éxito porque el régimen de los ayatolás se mantiene firme en su plan de dar una respuesta severa a Israel. El portal Ynet, citando fuentes de seguridad, informó de la celebración de intensas reuniones en Israel durante todo el fin de semana para preparar un escenario bélico en el que tendrán que afrontar «cinco frentes» diferentes. El medio israelí no dio más detalles, pero podría tratarse de Irán, Líbano y Siria, con Hizbolá, Irak, con las milicias chiíes leales a Teherán, y Yemen, con los hutíes. Todo el ‘eje de la resistencia’ actuando de forma coordinada para intentar colapsar las defensas enemigas. En los medios locales destacaron el Editorial del diario iraní Kayhan, muy próximo al líder supremo, que advirtió que, a diferencia del ataque de abril, esta vez los misiles alcanzarán áreas muy dentro de Israel, como Tel Aviv y Haifa, centros estratégicos y hogares de altos funcionarios. La respuesta de Irán es el monotema en calles y medios y portales como Walla indicaron que incluso se ha preparado un búnker subterráneo de alta seguridad en Jerusalén para que los dirigentes políticos del país puedan permanecer durante un período prolongado y tiene conexión directa con la sede del Ministerio de Defensa en Tel Aviv. No bajar la guardiaEl portavoz del Ejército, Daniel Hagari, se dirigió a la nación para informar que «estamos en un alto nivel de alerta, en la defensa por aire, mar y tierra. Estamos preparados para cualquier amenaza repentina». Hagari pidió a la población no bajar la guardia porque las defensas «no son herméticas». El mensaje se completó con una llamada a seguir con la actividad normal, sin dar hasta el momento ningún tipo de instrucciones especiales de emergencia para los civiles. Esta especie de llamada a la calma por parte de Hagari contrasta con la situación con el aeropuerto internacional de Tel Aviv que, como ocurre en Beirut, ha visto cómo las principales aerolíneas internacionales han suspendido las conexiones. Miles de israelíes se han quedado sin poder volver a casa y la ministra de Transporte, Miri Regev, ordenó a su ministerio poner en marcha un servicio de barcos desde Chipre. El ejército también podría sumarse a las tareas de repatriación con el envío de aviones al exterior, según informó el Canal 12. Amenaza libanesaOtra de las diferencias respecto al ataque iraní de hace cuatro meses es que esta vez se espera un importante papel de Hizbolá. Horas antes del asesinato de Haniye en Teherán, Israel asesinó al jefe militar de la milicia libanesa en Beirut y el grupo clama venganza. La amenaza libanesa es grande porque al ser tan corta la distancia la capacidad de reacción del sistema anti misiles se reduce. En caso de ataque contra ciudades como Haifa, el plan de evacuación contempla mover a la población a hoteles y colegios Jerusalén. Si el ataque iraní afecta a núcleos más grandes como Tel Aviv, los medios israelíes señalaron que el plan sería levantar campamentos de tiendas de campaña en el sur, en zonas como Timna, al norte de Eilat, y el parque Eshkol, en el Néguev.En Líbano contienen la respiración porque saben que el precio que pueden pagar por el papel de Hizbolá puede ser devastador, como lo comprobaron en los 33 días de guerra en 2006. Estados Unidos, Reino Unido, Arabia Saudí, Jordania, Suecia, Noruega, Italia o Suiza pidieron a sus ciudadanos que abandonaran de forma inmediata suelo libanés, pero al igual que en Tel Aviv, la salida es complicada debido a la cancelación de la mayoría de vuelos. Pese a las llamadas constantes desde Estados Unidos y de su equipo de seguridad a implementar el acuerdo de alto el fuego en Gaza para traer de vuelta a casa a los cautivos con vida y calmar la situación en la región, Benjamín Netanyahu no da marcha atrás, todo lo contrario. Según la opinión del ex diplomático israelí, Alon Pinkas, en el diario ‘Haaretz’, Israel «provoca deliberadamente una escalada con la esperanza de que una conflagración con Irán arrastre a Estados Unidos al conflicto, distanciando aún más al primer ministro Netanyahu de la debacle del 7 de octubre, una calamidad de la que hasta el día de hoy no se le ha responsabilizado». Las armas imponen su ley y, a la espera de una posible gran tormenta bélica regional, en Gaza los bombardeos israelíes volvieron a cebarse con escuelas de Naciones Unidas, reconvertidas en refugios, y al menos treinta palestinos perdieron la vida.
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