Reino Unido: siete días de desinformación, violencia y caos tras el asesinato de tres niñas

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Reino Unido: siete días de desinformación, violencia y caos tras el asesinato de tres niñas

El Reino Unido se encuentra sumido en el caos tras el brutal asesinato de tres niñas en Southport (Liverpool), el pasado lunes, y la ola de desinformación que ha seguido al ataque y que ha desencadenado una sucesión de disturbios violentos en todo el país. La tranquila comunidad de Southport se ha convertido, así, en el epicentro de una tragedia que desencadenó siete días atrás una serie de dramáticos eventos y que han dejado hasta el momento un reguero de destrucción, policías heridos, coches incendiados y familias obligadas a abandonar sus hogares ante el riesgo de sufrir agresiones. El ataque contra las menores tuvo lugar durante un evento temático de Taylor Swift en una escuela de danza que se convirtió en un escenario de horror cuando Axel Muganwa Rudakubana, de 17 años, irrumpió en su interior armado con un cuchillo de cocina. El joven, nacido de padres ruandeses en la ciudad galesa de Cardiff y residente en Banks (Lancashire), fue detenido y acusado de tres cargos de asesinato, diez de intento de asesinato y posesión de un arma blanca. Bebe King, de 6 años; Elsie Dot Stancombe, de 7 años; y Alice Dasilva Aguiar, de 9 años, fueron asesinadas, mientras que otras ocho personas resultaron heridas, cinco de ellas en estado crítico.Noticia Relacionada estandar No Ali Al-Shakati o cómo Rusia instiga la violencia en Reino Unido José Ignacio de la Torre Las protestas continúan y la policía ya lleva más de 100 manifestantes arrestadosDatos falsos en las redesLas reacciones de conmoción y dolor rápidamente se vieron empañadas por una ola de desinformación en la que proliferaron detalles falsos sobre la nacionalidad y religión del atacante, que hicieron explotar graves tensiones en cuya base se encuentra la discusión sobre la inmigración y el racismo, y que se han saldado con graves enfrentamientos entre alborotadores de extrema derecha y la policía, así como grupos contra el racismo.En cuestión de horas, las redes sociales se inundaron de noticias falsas como, por ejemplo, que el sospechoso era un inmigrante musulmán llamado Ali Al-Shakati que había llegado de forma ilegal al país en una embarcación a través del Canal de la Mancha.Esa desinformación corrió como la pólvora y el martes por la noche las calles de Southport se convirtieron en el escenario de violentas protestas, que acabaron con más de cien detenidos y medio centenar de agentes heridos. El Gobierno del primer ministro Keir Starmer convocó una reunión de emergencia con mandos policiales, ante la posibilidad de que los disturbios no sólo se repitieran, sino que se extendieran a otras partes del país, tal y como ha ocurrido.En Sunderland, la situación se volvió especialmente crítica el viernes cuando una estación de policía fue incendiada y una oficina de Citizens Advice, una organización benéfica, fue destruida. Los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes fueron intensos, con coches incendiados y ladrillos y latas de cerveza arrojados contra los agentes. La policía de Northumbria informó que diez personas fueron arrestadas por delitos como desorden violento y robo, y cuatro oficiales fueron hospitalizados con lesiones graves.La comisionada de Policía y Crimen de Northumbria, Susan Dungworth, condenó la violencia diciendo que «esto no es protestar, es comportamiento criminal. No es un luto por la muerte de esas niñas inocentes en Southport»; y criticó a los alborotadores por usar la tragedia para promover agendas extremistas. «Las familias de las víctimas no han sido consideradas por estos delincuentes. Han sido usadas, de manera enfermiza, para promover la agenda extrema de aquellos que quieren causar problemas y división en nuestras comunidades», agregó.Poderes especialesEl sábado, los episodios violentos fueron a más y los detenidos superaron el centenar. En respuesta a la violencia, las autoridades decidieron implementar medidas preventivas en varias ciudades. Por ejemplo en Manchester, Cardiff y Blackburn, entre otras, se autorizaron sendas órdenes de dispersión para ayudar a la policía a manejar las protestas, una medida legal para gestionar situaciones de desorden público que otorga a los oficiales poderes especiales para disolver grupos que se consideran una amenaza. En Belfast, la policía montó una gran operación de seguridad en el centro de la ciudad, donde un grupo de manifestantes antiislámicos se enfrentaron a una mayor concentración de manifestantes antirracistas.Además, la Justicia decidió que los juzgados funcionaran 24 horas al día con fiscales de guardia adicionales para que los detenidos puedan ser procesados con rapidez. Pese a los esfuerzos de las autoridades, la violencia no sólo no cesó el domingo, sino que alcanzó nuevas y altísimas cotas. En Rotherham, una ciudad de South Yorkshire, manifestantes violentos contra la inmigración, vestidos con pasamontañas y cubiertos con banderas de San Jorge, irrumpieron en un hotel que alberga a migrantes y solicitantes de asilo, donde rompieron puertas y ventanas, incendiaron contenedores y muebles, y arrojaron sillas y extintores contra los antidisturbios que habían rodeado el edificio. Carla Denyer, co-líder del Partido Verde, declaró que los disturbios deben ser «una llamada de atención para todos los políticos que han promovido activamente o cedido» a la retórica anti-inmigración, uno de cuyos principales exponentes en el Reino Unido es el conocido activista anti-islam Tommy Robinson, quien, según ‘The Times’, ha estado avivando el estallido de violencia desde España, donde está de vacaciones.Además, el domingo, medios británicos como ‘The Telegraph’ ya apuntaban a la influencia rusa en una campaña de desinformación que ha puesto en llamas varias localidades británicas hasta hace unos días aparentemente apacible.

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