Los Mossos d’Esquadra no quieren sorpresas ni que su imagen como Policía integral pueda verse afectada por un episodio, el de la detención del expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont, en el que no tienen margen de maniobra pues se trata de cumplir una orden judicial, en este caso del magistrado del Tribunal Supremo Pablo Llarena . Lo único que pueden decidir es el momento exacto en que proceden a ese arresto, y como ya adelantó ABC lo harán de forma que, en la medida de lo posible, su actuación no se convierta «en un espectáculo y esté garantizada la seguridad de todos; de él por supuesto, y también la de los agentes», según explican las fuentes consultadas.Para que esas dos condiciones se cumplan los Mossos d’Esquadra planifican una operación «rápida y quirúrgica» que se pondrá en marcha en el mismo momento en el que el implicado ponga el pie en territorio nacional. Es cierto que la detención la podría hacer cualquiera de las Fuerzas de Seguridad que primero lo detecte, pero se entiende que si como parece entra en España por Cataluña lo lógico es que actúe la Policía autonómica en su condición de policía judicial. «Por presencia, por ser ese territorio su ámbito de actuación y si se quiere también para evitar más tensiones con el mundo independentista, que verían una afrenta una actuación de esta naturaleza de la Policía Nacional o la Guardia Civil, lo normal es que la hagan los agentes autonómicos ».EscenariosLos responsables de los Mossos d’Esquadra, dentro de ese planteamiento general de evitar espectáculos innecesarios, quieren actuar desde el primer momento. Es cierto que si Carles Puigdemont se plantea cruzar la frontera acompañado por un grupo numeroso de fieles para impedir su detención se pueden vivir momentos de tensión, pero también que retrasar la actuación policial puede complicar mucho más las cosas, porque esa concentración de personas puede aumentar a medida que pasen los minutos.En todo caso, fuentes de los servicios de Información consultadas por ABC explican que en principio no se esperan grandes concentraciones ni actuaciones violentas, y en todo caso serán muy inferiores a las que se han vivido en otros momentos en Cataluña, aunque también se trabaja con la posibilidad de que se puedan producir «episodios puntuales desagradables» , cuya intensidad sí puede derivar en un aumento de la tensión en las calles y actuar como catalizador de protestas más importantes.El escenario más complicado, no obstante, es el de que Carles Puigdemont consiga entrar en el Parlament, porque entraría en juego no ya solo la orden de detención dictada por Llarena sino las decisiones del presidente de la Cámara catalana, Josep Rull , que ya ha advertido que en ningún caso mantendría una «actitud pasiva». De momento, los agentes tendrían que entrar en el edificio sin sus armas reglamentarias, porque así lo estipula la normativa vigente de esa institución y actuar a cara descubierta , lo que dejaría muy señalados a los policías.Los Mossos d’Esquadra trabajan desde hace días con la máxima discreción para evitar que una situación así se produzca. Las fuentes consultadas explican que de momento es este Cuerpo policial el que se hace cargo de la situación, y de hecho no se han producido reuniones ni con la Policía Nacional ni con la Guardia Civil para coordinar un dispositivo. De la misma forma, el Centro Nacional de Inteligencia (CNI) no está en contacto con los agentes autonómicos al no tratarse de un asunto de su competencia.Imagen comprometidaEs evidente que si Puigdemont consigue burlar el dispositivo policial para detenerlo la imagen de los Mossos d’Esquadra quedaría comprometida, algo que sus mandos quieren evitar a toda costa. Por, ello se han puesto los medios que se consideran necesarios para cumplir con rapidez y eficacia la orden de detención dictada por el juez Llarena .Dentro de las incertidumbres que siempre plantean escenarios como el de la previsible detención del expresidente de la Generalitat, alguna fuente plantea también la rocambolesca posibilidad de que Puigdemont haya conseguido cruzar ya la frontera de forma discreta y que esté oculto en un lugar seguro a la espera de la sesión de investidura de Salvador Illa , convocada para las 10.00 horas de mañana. Por supuesto es una hipótesis altamente improbable que dejaría en evidencia a las Fuerzas de Seguridad.Mientras tanto, los Mossos tienen que atender también al dispositivo de seguridad que se va a desplegar durante la sesión de investidura, que para las fuentes de los servicios de Información consultados es el momento más peliagudo de estos días. A las posibles protestas por la detención de Puigdemont se pueden unir las de los sectores más duros del independentismo contra Esquerra Republicana de Catalunya por su ‘traición’ al convertir al socialista Salvador Illa en presidente de la Generalitat.Las fuentes consultadas por ABC, no obstante, insisten en que el escenario más probable es que no se desborden los acontecimientos .
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