Hace casi dos años, en septiembre de 2022, volaron los gasoductos Nord Stream, en el fondo del Mar Báltico. Suecia y Dinamarca terminaron cerrando inconclusas sus investigaciones, que morían en una pista ucraniana por concretar, y sin abrir causa penal alguna. La Fiscalía Federal alemana, sin embargo, continuó con las pesquisas y asegura haber identificado a uno de los saboteadores, un instructor de buceo ucraniano contra el que el fiscal general Rommel emitió una orden de arresto en junio, la primera relacionada con el caso.Cuando por fin los investigadores parecían a punto de desvelar toda la verdad sobre la destrucción de la mayor infraestructura gasística de Europa, valorada en unos 12.000 millones de euros y financiada a partes más o menos iguales por la rusa Gazprom de un lado y por las empresas OMV de Austria, la británica Shell, la francesa Engie y las alemanas Uniper y Wintershall por otro, el caso vuelve a la casilla de salida. El sospechoso fue aparentemente advertido antes de su detención y ha desaparecido sin dejar rastro en Polonia, no sin antes comunicarse con varios medios alemanes y negar su autoría.Las autoridades polacas han reconocido su incapacidad para llevar a cabo la detención y la imposibilidad de realizar los pertinentes interrogatorios echan por tierra la esperanza de aclarar finalmente el sabotaje, sobre el que desde el principio planeó la sospecha de servicios de inteligencia extranjeros implicados.Según el informe de la Fiscalía, al que han tenido acceso ahora varios medios alemanes, los investigadores pudieron identificar al instructor de buceo gracias a una fotografía tomada por una cámara de control de velocidad que captó su rostro en el viaje a Rügen, donde estaba anclado el yate Andrómeda, con el que supuestamente se llevó a cabo el ataque. Los investigadores alemanes están convencidos de que el hombre era uno de los buzos que colocaron artefactos explosivos en los gasoductos Nord Stream en el Mar Báltico.En conversación telefónica con estos medios, sin embargo, el ucraniano se mostró sorprendido por la acusación y negó estar involucrado en los ataques contra la infraestructura Nord Stream. Los investigadores alemanes lograron también identificar a otro hombre y a una mujer, igualmente ucranianos y buceadores profesionales, que habrían participado junto con él en los ataques. Sin embargo, hasta el momento no existe orden de detención en su contra por falta de pruebas suficientes.Las investigaciones alemanas, que llevan a cabo la Policía Federal y la Oficina Federal de Policía Criminal por encargo del Fiscal General Federal, vuelven a quedar en vía muerta y sin poder determinar quién podría haber ordenado el ataque.300.000 dólaresPara medios estadounidenses como ‘The Wall Street Journal’, la historia está bastante más clara. El diario financiero afirma que la operación de bandera exclusivamente ucraniana costó alrededor de 300.000 dólares, según personas que participaron en ella y con las que habrían contactado sus redactores. Se habría utilizado el pequeño yate alquilado con una tripulación de seis miembros, incluidos buzos civiles entrenados. Uno de ellos era una mujer, cuya presencia ayudó a crear la ilusión de que se trataba de un grupo de amigos en un crucero de placer.El periódico estadounidense cita a un oficial ucraniano que afirma que participó en el proyecto y al que mantiene en el anonimato, además de a tres personas adicionales familiarizadas con el plan, que habría sido articulado toscamente durante una noche de borrachera, en un bar y tras vaciar un gran número de jarras de cerveza. La información asegura, además, que el presidente ucraniano Volodímir Zelenski inicialmente aprobó el sabotaje, aunque más tarde, cuando la CIA se enteró y le pidió al presidente ucraniano que lo suspendiera, dio la orden de abortar. Pese a ello, siempre según esta misma fuente, el comandante en jefe de Zelenski, Valerii Zaluzhnyi, que lideraba la misión, quiso seguir adelante en rebeldía.Palabra de BidenEsta versión del rotativo financiero estadounidense choca, sin embargo, con las numerosas declaraciones de Zelenski y varios miembros de su Ejecutivo, que han reiterado en los últimos dos años que el Gobierno de Kiev tuviera que ver con el ataque o hubiese sido informado en ningún momento. Contra las anónimas y escurridizas fuentes que cita ‘The Wall Street Journal’ pesan además las explícitas declaraciones del presidente de Estados Unidos Joe Biden, que el 8 de febrero de 2022, siete meses antes del sabotaje, afirmó en una rueda de prensa celebrada junto al canciller alemán Olaf Scholz en la Casa Blanca que «le pondremos fin» al gasoducto, que Alemania evitaba entonces bloquear. «La idea de que Nord Stream va a seguir adelante con una invasión de los rusos… eso no va a ocurrir», dijo públicamente. Y cuando un periodista de la agencia Reuters preguntó cómo exactamente pensaba impedirlo, dado que su control estaba en manos de Alemania, se limitó a responder en tono amenazante: «Lo haremos, se lo prometo».Aquellas declaraciones causaron un fuerte repunte en los precios de los contratos de futuros del gas, un 6% sólo en la primera hora de cotización, y han alimentado la hipótesis de participación de la CIA.
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