Salió un novillero con la hierba en la boca y Vista Alegre se embelesó. Querer. Querer. Y querer. Y volver a querer. Siempre queriendo. Sin dar un paso atrás. Con un valor desbocado para interpretar el toreo despacio, con un concepto que bebe en las fuentes más puras –desde José Tomás a Morante–, con ese aroma de arte que atrapa e incita a esperarlo, tanto que es capaz de aficionar a su madre, otrora antitaurina. Porque la sorpresa de Aarón Palacio conmovió como ninguna. Con el verdor lógico de su bisoñez, con ese punto que le falta para asentar la mente tanto como sus zapatillas. Del talento de las Cinco Villas, el de más frescura, con enorme conexión y un aroma de torero grande, salió hablando la afición bilbaína. Y eso que sus compañeros también ofrecieron motivos para la ilusión, desde el cuajado Jarocho, a diez días de convertirse en matador de toros, a Javier Zulueta, con sus lentificadas maneras. Para parar aún más los seis minutos de retraso del reloj del coso, a los que se sumarían la parsimonia entre capítulo y capítulo y la devolución del primero. Hasta tres horas duró el espectáculo…Si los gitanos no quieren buenos principios para sus hijos, el festejo que estrenaba la feria –el de rejones se suspendió– arrancó con un sobrero. Bendito sobrero. El de más casta y entrega del conjunto ganadero de José Cruz, con seriedad para una novillada y bien hechurado, con una parte inicial mejor que la más floja y falta de casta segunda mitad. Una oreja cortó Roberto Martín del estupendo Rebujito, sustituto de un colorado de finas hechuras, pero inválido de los cuartos traseros. Desde que apareció por chiqueros, el remiendo colocó la cara con humillación, con un pitón zurdo con mucho que torear, auque el de Huerta del Rey se empeñaría en profundizar más por la derecha, con fenomenal oficio. Suyo fue el trofeo inaugural, con el mérito de torear con la herida reciente en la oreja. Muy por encima anduvo del cuarto, que embestía por el palillo. El acero sería su cruz: en poco más de una semana le aguarda la alternativa…El otro premio lo paseó Aarón, el torero que busca su Palacio en la Fiesta. Condiciones tiene. Al terreno de los miedos, a portagayola, con el tbillo vendado por la voltereta sufrida en el quite y el pisotón posterior, se fue para recibir al quinto. No contento, ambicionó dos faroles de rodillas, cosidos a otros decididos lances. Tras el brindis a Ricardo Gallardo –en vísperas de lidiar este martes–, regaló una apertura de esa misma guisa: de hinojos, con un bonito toreo a dos manos y ese zurdazo que fluyó natural, echando con primor los vuelos al hocico. Ya erguido, por momentos, ahogó en exceso a Nigeriano –que no se entere la exalcaldesa de Gijón–, un animal que punteó demasiado y parecía pedir otras distancias. Pero su aplomo ahí quedó, como su vertical buen gusto. Con listeza, supo levantar la faena con las manoletinas últimas y una estocada defectuosa que fue suficiente para que el aragonés con aires del sur –ya enamoró a la Real Maestranza– tocase pelo.Noticia Relacionada estandar No Agenda taurina del mes de agosto: todas las corridas de toros y toreros Alicia P. Velarde Todos los carteles de un mes repleto de festejosLa brisa trae Zulueta, un torero que maravilla por esa forma de interpretar y acompañar a cámara lenta: el sevillano posee el don. Como se vio en el mansito y noble tercero y apuntó en el desfondado sexto. Eso sí, con la espada tiene una asignatura pendiente (y no es el único).Corridas Generales Plaza de toros de Vista Alegre. Lunes, 19 de agosto de 2024. Segundo festejo. Novillos de José Cruz (incluido 1º bis, un gran Rebujito), bien presentados, más lucida la primera parte. Jarocho, de azul cielo y oro: estocada tendida caída y atravesada (oreja); estocada que hace guardia, cuatro pinchazos y se echa (silencio tras aviso) Aarón Palacio, de maquillaje y oro: media caída perpendicular y cuatro descabellos (saludos tras aviso); estocada corta defectuosa (oreja). Javier Zulueta, de rosa y palo y oro: pinchazo, estocada que asoma y estocada (saludos); pinchazo, estocada atravesada y cinco descabellos (silencio).
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