Por la finca Jandilla de la Laguna de la Janda sigue galopando la casta más impetuosa de la sangre Domecq. En aquel paraje de aves migratorias en el que germinó el encaste mayoritario de la cabaña brava española siguen los últimos herederos de Salvador Domecq practicando con la alquimia de la bravura, un volcán incontrolable que unas veces erupciona en clase y otras (más de las esperadas) en genio y violencia. De todo aquello tuvo la corrida que ayer lidió Lagunajanda en La Malagueta , sublimada por un excepcional Bizcocho al que Ginés Marín tejió sobre seda el distintivo del toreo eterno y elevada con el divergente lote de David Galván , el de más posibilidades de todo el conjunto, con el que sobresalió la mejor cara del torero gaditano, por fin desprovisto de cualquier intento de verse reflejado en las formas de otros, como si no tuviera suficiente potencial como para labrar su propio camino. Fue ese Bizcocho la perfección de la tarde, por su equilibrada altura y moldura, serio aunque guapo. Que rápido rompió a embestir con enorme estilo y entregado frente a los ligeritos y ceñidos lances de Ginés , que prefirió no templarse con tal de que este tercero de Lagunajanda no aprendiese a enganchar las telas. U na cuarta bajó el toro después de entrar en la consulta del doctor Guillermo Marín, padre y picador del torero. En la justa medida. En los lances de Chacón se cantó que el toro crecía en estilo y ritmo, lo que después estallaría en las manos del extremeño. Pese a su derroche, no perdió jamás este Bizcocho la exigencia de la casta, siempre pidiendo ese punto de equilibrio entre la delicadeza y el poder. Menos sutil estuvo Ginés con la espada, rotundo y por derecho hasta enterrar el acero donde nace, o termina, el morrillo. Si la espada valía una oreja y la faena otra, ¿por qué no le dieron dos?De David Galván gustaron sus dos versiones, de la bragada con el bravísimo y duro primero a la reposada y entregada con el dulce cuarto. Fue Ostentoso, el cinqueño primero, un toro fortísimo con demasiado picante , tanto como para que a Galván le costase tirar la moneda con él, siempre procurando la buena colocación y evitando la ligazón. Mejor pudo correr el brazo con Acacia, potenciado por su fijeza y entrega, aunque perdiese el estilo al final de cada muletazo. A Borja no le sonrió la fortuna , premiado con el peor lote. Muy pronto quiso obligar al descompuesto segundo, complicadísimo por el pitón izquierdo, y mucho procuró con el manso quinto, al que persiguió siempre hasta terminar ganándole la batalla junto a las tablas. No acertó con la espada, lo que le impidió lograr una más que posible oreja. Su forma de colocarse en la suerte, tan lejos del toro , incluso afea cuando la espada, como en el segundo, entra.Málaga Plaza de Toros de La Malagueta. Lunes, 19 de agosto de 2024. Sexto festejo de la Feria de Málaga. Más de tres cuartos de plaza. Dos horas y treinta minutos de festejo. Se lidiaron toros de Lagunajanda, bien presentados, intermitentes de bravura, exigentes en su conjunto. 1º, bravo y exigente: 2º, con mal estilo y descompuesto; 3º, vibrante y con estilo; 4º, noble aunque justo; 5º, manso; 6º (único cinqueño) reservón y complicado. David Galván, de azul pavo y oro. Bajonazo (ovación); estocada (oreja). Borja Jiménez, de verde bandera y oro. Estocada trasera y desprendida (ovación); aviso entre pinchazo, media estocada y descabello (ovación). Ginés Marín, de azul cobalto y oro. Estocada entera (oreja con fuerte petición de la segunda); media estocada (silencio).
![Ginés Marín borda en seda al talentoso Bizcocho; David Galván se olvida de calcos Ginés Marín borda en seda al talentoso Bizcocho; David Galván se olvida de calcos](https://ayuser.org/wp-content/uploads/2024/08/gines-marin-lagunajanda-Ran72m3BpFiHTxY7BaoDSXM-758x531@diario_abc-VbBXBM.webp)
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