La tormenta que azotaba la piel de toro puso en jaque la alternativa del novillero más laureado de San Isidro, la feria que otrora lanzaba a carteles de campanillas y a doctorados arropados por máximas figuras. Con Daniel Luque, mano a mano, se quedó Jarocho tras la baja a última hora de Cayetano, que presentó parte facultativo. Tuvo el gesto el padrino de invitar a la ceremonia –junto al sobresaliente, Álvaro de la Calle– a Roberto Martín ‘Jarocho’, padre del toricantano. Del mismo nombre. Y para su progenitor y maestro, el que sabe que no queda más remedio que arrimarse –pese a los tres percances consecutivos del hijo, con cornadas en el escroto, la barbilla y el oído–, fue el brindis en una faena bendecida por las caricias de una madre. Porque extremo mimo pedía un toro mermadísimo de poder, candidato al pañuelo verde, aunque con más clase que ninguno. El buen trato del novel de Huerta del Rey sostuvo a Libertino, que así se llamaba el de Montalvo, bien comido y de agradable cara. Qué bien anduvo el burgalés, oxigenando con listeza al colorado y plasmando con la mano del pincel dibujos al ralentí. A media altura. Mucha suavidad imprimió también por naturales, con esas yemas que le cambiaron la vida en Madrid. Claro que este animal poco tenía que ver con aquel… Pero más y mejor no puedo aprovechar su calidad el joven que acababa de convertirse en hombre mientras cruzaba el puente hacia el escalafón mayor: Jarochito ya era Jarocho. Como broche, saboreó unos naturales a pies juntos. Porque todo lo hizo con gusto. Lástima que la estocada hiciese guardia; aun así, paseó una oreja bajo el cárdeno cielo. Al Zalamero segundo tampoco le sobraba la vitalidad. Se durmió en un quite a la verónica Luque, con el toro desmoronándose, y hubo un bostezo coral. Trajo la alegría Iván García con los palos, pero la faena no pudo empezar con peores augurios: otro que se pegaba un volatín. Y no quedó otra que coger la espada, desafilada frente al moribundo. Noticia Relacionada estandar Si Jarocho, triunfador de San Isidro: «Empiezo una etapa en la que espero que la afición se siga ilusionando conmigo» Alicia P. Velarde Hablamos con el (aún) novillero burgalés, que esta tarde tomará la alternativa de manos de Cayetano y con Daniel Luque de testigoCuando enseñaban la tablilla del tercero, bailaban en la fila alta del 8 la ‘potra salvaje’, con más raza que la corrida lidiada. Y eso que hubo un runrún en la salida de Gobernante, que traía otro serio porte. Rodilla en tierra lo saludó Jarocho a la verónica, con una arrebatada media de hinojos. Al completo. Desde el primer lance conectó con los tendidos, que presentaban un esperanzador aspecto. El montalvo, con cuello para descolgar, empujó en el peto y cantó pronto que las fuerzas no le acompañarían. No le bajó el capote Gómez Escorial en la lidia, pero en el primer par ya besó la arena. Poco le importó a Jarocho: con la ilusión intacta, brindó al público antes de un prólogo por abajo. Con tacto y sin tirones, que era lo que demandaba Gobernante. A su altura le buscó las vueltas por ambos pitones, sin atosigarlo y aprovechando su desaborido ir y venir. Son tuvo mientras viajaba por el lado zurdo, con mejor (y humillador) embroque que despedida. Defectuosa enterró la tizona, pero era el primer día de fiestas y la gente andaba contenta; dos orejas se embolsó el nuevo matador.Amable palcoSe desmonteraron Arruga y Ortega en el cuarto, con dedicatoria al graderío, aunque a Daniel Luque –sí, con un lote deslucidísimo– no se le vio con esa sutileza y esa autoridad que sabe enseñorear, como si su pasar por Bilbao le hubiese mermado el ánimo. Sabedor de que no le quedaba otra que pegarse un arrimón, se metió entre los pitones del descastatado Caralinda, en unas cercanías que calentaron al personal. Con el marcador embalado y un palco sin exigencias, se anotó dos trofeos. Con la lección bien aprendida, Jarocho lidió por abajo y ganando terreno al quinto. Gemelo era su nombre, aunque no habría dos iguales en el desigual conjunto, con el sino de su poca vida, tan pobre de raza. Pegajosete de salida, le costaba salirse de las telas a este número 64, apagado antes del primer muletazo. Sin rodeos: una porquería. El burgalés lo intentó con pausado ritmo mientras intentaba sacar agua de aquel pozo seco. Bien hubiese agradecido la afición un rápido matarile, en lo que debe entrenarse con el carretón.Feria de Palencia Coso de los Campos Góticos. Jueves, 29 de septiembre de 2024. Primera corrida de la Feria de San Antolín. Media entrada. Toros de Montalvo. desiguales, de pobre casta y fuerza, muy deslucidos. Cayetano presentó parte médico y fue baja. Daniel Luque, de tabaco y oro. En el segundo, pinchazo, metisaca y estocada caída (silencio). En el cuarto, estocada trasera tendida (dos orejas). En el sexto, estocada caída (oreja). Jarocho, de marfil y oro. En el primero (alternativa), estocada desprendida que hace guardia (oreja). En el tercero, estocada tendida atravesada (dos orejas). En el quinto, dos pinchazos y estocada atravesada (silencio).Echaba las manos por delante el sexto, en el que De la Calle entró en escena con unos personales lances. Muy incómodo, se movió rebrincado y a la defensiva en la trabajada labor de Luque, con la que se remataba una de las corridas más desrazadas del verano. Eso sí, a ritmo triunfal, con una feliz alternativa y los dos toreros por la puerta grande.
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