Hace más de 3,6 millones de años, una erupción volcánica cubrió de cenizas el paisaje de Laetoli, en el norte de Tanzania. En el suelo quedaron grabadas las huellas de avestruces, jirafas y hienas, pero también las más antiguas de un miembro de nuestro linaje que caminaba erguido. Esas primeras marchas fascinan al paleoantropólogo estadounidense Jeremy DeSilva (Attleboro, MA, 1976), profesor en el Dartmouth College y autor del libro ‘Paso a paso. Cómo caminar erguidos nos hizo humanos’ (Capitán Swing). El investigador, que formó parte del equipo descubridor de dos antiguos ancestros, Australopithecus sediba y Homo naledi, cree que ponernos de pie nos permitió desarrollar otras habilidades y dominar el planeta. Le cautiva el pie humano, aunque esté «mal diseñado».-Durante mucho tiempo, los antropólogos han situado el comienzo del bipedismo en las sabanas africanas, donde nuestros ancestros se pusieron de pie para localizar por encima de las altas hierbas tanto presas como depredadores. Esa es la teoría clásica, pero parece que la historia es diferente. -La realidad es que todavía estamos tratando de averiguar cuándo y cómo comenzó la marcha erguida. Cada año, varios de nosotros viajamos a África y excavamos en busca de fósiles para abordar esta misma pregunta. Lo que ha descrito es una hipótesis sostenida durante muchos años. Pero resulta que ahora estamos encontrando fósiles cada vez más antiguos, que tienen hasta siete millones de años, de antepasados nuestros que, al menos ocasionalmente, podían moverse sobre dos piernas. Y no vivían en un entorno de pastizales, sino en uno boscoso. Por eso, pensamos que la marcha erguida, o al menos ponernos de pie, pudo haber comenzado en los árboles.Noticia Relacionada estandar Si Ludovic Slimak, arqueólogo: «Los neandertales tenían una creatividad superior» Judith de Jorge-¿Y para qué? Hay quien defiende que fue para recoger hojas y frutos de los árboles. -Ese es el mayor debate, para mí muy emocionante. Mi argumento es que probablemente no haya una razón única, sino muchas. Pero sí podemos pensar por qué el bipedismo persistió, por qué no resultó simplemente en la extinción de nuestro linaje: no supone mucha energía para movernos de un punto A a un punto B; nos permite enfriar nuestros cuerpos un poco mejor y, en un entorno africano ecuatorial, ver sobre la hierba alta -aunque si puedes ver a un león, el león puede verte a ti, así que tal vez no fue ese el caso-; y, por supuesto, permitió liberar las manos para llevar comida, herramientas, bebés… -Sostiene que caminar erguido nos hizo humanos. -Mucho de lo que nos define como humanos hoy en día depende de tener las manos libres de las responsabilidades de la locomoción. Liberar las manos nos dio la oportunidad de manipular objetos y construir otros nuevos. Con esos nuevos objetos, podemos extraer más recursos de nuestro entorno y obtener más alimentos. Lo que a su vez alimenta el cerebro en crecimiento, que luego nos permite pensar en nuevas tecnologías… Es un hermoso ciclo de retroalimentación. Los humanos dependemos completamente de la tecnología, desde las herramientas de piedra a un cepillo de dientes.-Entonces, primero nos pusimos de pie y el cerebro grande y el lenguaje vinieron después. -Así es. Eso es lo que me encanta de los fósiles, que nos permiten ver el orden de cómo suceden las cosas. Darwin creía que los caninos pequeños, las herramientas para comer carne y la liberación de las manos en posición vertical evolucionaron en conjunto. Pero resulta que caminar erguido sucedió mucho antes, fue el primer paso en la cadena de fichas de dominó. En mi opinión, si no se camina erguido, no sucede ninguna de las otras cosas. La hominina con el fémur roto-Cree además que el bipedismo nos hizo más altruistas, ¿por qué? -Caminar erguido tiene beneficios, pero también tiene sus costes. Los humanos somos extraordinariamente lentos. Usain Bolt, que corre más rápido que cualquier otro humano, es aproximadamente la mitad de veloz que una cebra al galope, un león o un leopardo. Siendo así deberíamos haber sido simplemente alimento para otros animales. De hecho, tenemos evidencia en el registro fósil de que ocasionalmente lo fuimos, fósiles que tienen marcas de mordeduras de leopardos, felinos dientes de sable, hienas y cocodrilos. Por si fuera poco, somos bastante vulnerables a las lesiones. Si te mueves a cuatro patas y te lesionas una, aún tienes otras tres para moverte. Pero si te sostienes sobre dos y tienes un esguince de tobillo o te rompes una pierna, tienes muchas probabilidades de convertirte en alimento para otros animales. Pero lo que encontramos en el registro fósil es la evidencia de fracturas y lesiones curadas. Así que hay individuos que sí se lastimaron gravemente pero luego no se convirtieron en alimento para otros animales porque fueron cuidados por otros miembros del grupo.-No ayudamos unos a otros. -Esto también se ve en los cambios en la pelvis que ocurren debido a la marcha erguida. Nuestra pelvis cambia de forma para que los músculos se reorienten de una manera que nos permita mantener el equilibrio cuando caminamos. Pero eso cambia las dimensiones del canal de parto y hace que el nacimiento sea más difícil e implica un componente de rotación para el bebé. Por eso, los humanos damos a luz normalmente en un entorno social. Hay parteras involucradas. De nuevo, creo que la evolución de la marcha erguida condujo a estos cambios que nos hacen, en ciertos sentidos, vulnerables. Pero eso se amortigua siendo sociales y ayudándonos unos a otros durante estos tiempos difíciles de dar a luz, sufrir una herida o defender al grupo frente a un depredador. Actuar de forma muy altruista es la manera que va a permitir que el grupo de simios lentos y vulnerables sobreviva. Esto fue antes de las herramientas, antes del fuego, antes de los hospitales, antes de los médicos. Simplemente no veo otra forma en que nuestros antepasados podrían haber sobrevivido a estos desafíos a menos que fueran maravillosamente cooperativos entre sí, como todavía podemos serlo hoy. A menudo miramos nuestro mundo y lamentamos la violencia y el egoísmo, y todo eso es verdad. Pero también tenemos otra faceta. Podemos ser increíblemente generosos, cooperativos y altruistas. Y creo que eso tiene raíces profundas en nuestra historia.-En su libro, menciona algunos ejemplos de altruismo prehistórico, ¿hay alguno que le conmueva especialmente?-Mi fósil favorito se llama KNM-ER 738. Es un fémur izquierdo bastante pequeño que muestra una fractura curada. Perteneció a una hembra (una hominina de especie desconocida) que vivió hace poco menos de 2 millones de años (en el actual lago Turkana, al norte de Kenia). Recibió ayuda de los miembros de su grupo. De otra forma, no habría podido sobrevivir con la pierna rota en un entorno repleto de leopardos, hienas, tigres dientes de sable y otros depredadores que podrían haberla comido. Es un hermoso ejemplo de cooperación, compasión, empatía y altruismo. Los fósiles son ventanas maravillosas hacia nuestro pasado evolutivo, pero también hacia antepasados que eran como nosotros. Eran criaturas vivas que tenían días buenos y días malos. Comían, socializaban, reían y lloraban, y somos muy afortunados de que nos hayan dejado sin querer algunos de sus huesos que luego podemos usar para volver a contar sus historias de hace millones de años.El simio asesino-Es una idea muy diferente del ‘Hombre cazador’ que vemos en el mítico inicio de la película ‘2001: Una odisea del espacio’. -Es muy interesante cómo las ideas sobre nuestro pasado se vuelven populares entre el público y se arraigan. Pero la ciencia siempre desafía nuestras ideas, busca evidencias y a veces nos dice: espera un minuto, lo que pensábamos que era la narrativa de nuestra historia evolutiva en realidad está mal. La idea del hombre cazador o simio asesino estuvo presente a partir de la década de 1940 y en las décadas de 1950 y 1960, y se popularizó en películas y libros. Se basó en un yacimiento de fósiles en Sudáfrica donde había huesos de animales triturados. La hipótesis era que los antepasados humanos primitivos habían estado descuartizando estos cadáveres de otros animales para convertir sus huesos en armas. Pero un nuevo análisis de ese yacimiento ha revelado que los huesos fueron mordidos por hienas. Este concepto de los primeros humanos como simios agresivos y violentos todavía persiste en nuestro mundo, a pesar de que en el registro fósil con el que trabajo no encontramos ninguna evidencia de ese tipo de comportamiento en nuestros primeros antepasados. Fue hace 3 millones de años que nuestros ancestros se volvieron más listos y empezaron a descuartizar cadáveres de animales en vez de conformarse con plantas, semillas, nueces e insectos. Pero en una fase temprana, no éramos cazadores, éramos cazados. De nuevo, esto nos devuelve a que el altruismo fue practicado para sobrevivir, para no ser devorados.El pie humano tiene un diseño pésimo. Parece hecho con cinta adhesiva y clips a partir de uno de simio-¿Y por qué somos tan lentos y torpes? ¿Podría ser mejor el pie humano?-La evolución no comienza desde cero. Funciona con anatomías y comportamientos preexistentes. Nuestros parientes vivos más cercanos son simios que trepan a los árboles con un pie muy móvil que puede agarrar y es flexible. Ese es el pie del que partieron nuestros primeros antepasados bípedos. Para caminar sobre dos piernas, necesitas endurecerlo. Luego, se producen cambios que tienen que ver con la forma en que los huesos se conectan entre sí, con los ligamentos, con la forma en que los músculos se mueven. Los vemos en el registro fósil. Los he descrito como el equivalente a colocar cinta adhesiva y clips en estas diferentes partes, para adaptar de manera improvisada un pie de simio a un pie humano. Y como no diseñamos esto desde cero, tenemos muchos problemas en los pies. Nos torcemos los tobillos con facilidad. Podemos tener juanetes, dedos en martillo, arcos colapsados. Hay muchas fracturas por estrés, por compresión. Existen todos estos problemas porque el pie es un diseño bastante pésimo. ¿Podría ser mejor? Sí, sin duda. Por ejemplo, el del avestruz es un pie maravillosamente evolucionado que le permite correr a 72 km por hora con menos lesiones. Realmente extraordinario. Entonces, si pudiera empezar desde cero con mi pie y mi pierna, me gustarían de avestruz. Pero así no es como funciona la evolución, así que aquí estamos con este pie de mono convertido.-La australopiteca ‘Lucy’, de 3,2 millones de años, es una de las caminantes más famosas. ¿Mi forma de caminar es la misma que la de Lucy?-Sí y no. Si Lucy caminara por su oficina ahora mismo y solo viera su sombra, su forma de caminar no le llamaría la atención, sería muy similar a la de los humanos de hoy. Pero si la pusiera en una cinta de correr y analizara su forma de andar, vería estas diferencias sutiles. Ella tenía las piernas más cortas y no se impulsaría tanto como nosotros, por lo que su paso sería un poco más corto. Habría diferencias sutiles en cómo su pie transfiere menos peso hacia el dedo gordo.Flotar en el futuro-Los humanos estamos hechos para caminar, pero desde que dejamos de perseguir a la comida, nos hemos vuelto sedentarios. ¿Qué consecuencias tendrá esto para nosotros?-Cuando estaba investigando para el libro, me quedé atónito sobre los beneficios que tiene caminar para nuestra salud. Un estudio a gran escala demostró que el equivalente a una caminata de 20 minutos al día puede agregar cinco años de vida. Siempre hablamos de que si existiera una píldora mágica que pudiéramos tomar para estar sanos, para prevenir el cáncer y la diabetes, y reducir el riesgo de sufrir un derrame cerebral y las enfermedades cardiovasculares, pagaríamos mucho dinero por ella. Pues la tenemos: es simplemente salir a caminar. Así que el hecho de que vivamos en estos entornos sedentarios significa que tenemos que obligarnos a nosotros mismos, ser disciplinados para subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor, tener reuniones caminando en lugar de sentarnos alrededor de una mesa, dejar el coche un poco más lejos de la oficina… No solo mejora la salud, también la memoria y la creatividad.-Si sobrevivimos millones de años más, ¿cambiará nuestra forma de locomoción de alguna manera?-Es muy difícil predecir la evolución futura. No sabemos qué tipo de presiones selectivas nos tocarán. Si dentro de miles de millones de años, hay un grupo de humanos aislados en otra parte de nuestro sistema solar, el hecho de que se separen podría introducir nuevos cambios, a través de lo que llamamos deriva genética. Algunas de las cosas sorprendentes que vemos en la evolución humana reciente es que nuestros cerebros son, en realidad, más pequeños que hace 10.000 años, desde el final de la Edad de hielo. Creo que es porque nos hemos vuelto más sociales y externalizamos información en los cerebros de los demás. Así que hay tendencias realmente sorprendentes que vemos en nuestros dientes, en nuestros cerebros… ¿Qué pasará con nuestra locomoción? No estoy seguro. Es una pregunta realmente interesante. ¿Se acabará como en esa maravillosa película, Wall-E, en la que todo el mundo flota y nadie camina erguido? Ya veremos. El Carnicero de Carolina, a toda velocidad-Otros animales adoptan el bipedismo, pero solo ocasionalmente. -Creo que la razón por la que no lo hacen todo el tiempo es por todo lo negativo que conlleva, como ser muy lento. Los osos a menudo se yerguen para intimidar. Se hacen grandes y altos. Los simios igual, pero también cuando llevan cosas, como mucha comida, o tratan de ver a lo lejos u oler el aire. Lo que me encanta de esto es que nos da pistas de por qué podría haber sucedido en nuestros primeros ancestros, por lo que parte de mi investigación analiza las circunstancias del movimiento sobre dos patas en los simios y en los osos. MÁS INFORMACIÓN noticia No La misión Solar Orbiter revela nuevas imágenes del Sol a menos de 74 millones de kilómetros de distancia noticia Si La gravedad le sigue haciendo caso a Einstein 120 años después-El bipedismo lo ‘inventó’ una criatura similar a un lagarto llamada Eudibamus hace 280 millones de años, pero no le fue muy bien.-Hay reptiles que podían moverse sobre dos patas. Existe un asombroso cocodrilo antiguo que vivió hace cientos de millones de años llamado el ‘Carnicero de Carolina’ que corría sobre dos patas, como el Tiranosaurio rex. También hubo un canguro que vivía en Australia durante el Pleistoceno que no saltaba, caminaba. Y todos estos animales se han extinguido. Hay otros animales bípedos que caminan vivos hoy en día: avestruces, emús, casuarios… grandes pájaros terrestres. Pero me parece fascinante que un cocodrilo bípedo, que habría sido un temible depredador, se extinguiera frente a la versión cuadrúpeda, que lo hizo mejor. Mi intención al mencionar esos ejemplos es que a veces celebramos el caminar erguido como una culminación de la evolución, la obra maestra de la locomoción. Y lo que intento argumentar es que ese no es el caso en absoluto. Este experimento se ha intentado muchas veces en diferentes linajes por diferentes razones y, por lo general, no ha funcionado. Para mí, es una advertencia de que tal vez no deberíamos ser tan arrogantes sobre nuestra existencia en la cima de la cadena alimentaria, que tal vez esa sea una posición temporal.
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