«A mí me llegaron a dejar solo en una ambulancia durante un traslado interhospitalario. Tenía ansiedad al pensar qué pasaría si al paciente le ocurría algo y no había ningún adjunto al que poder preguntarle qué hacer». Es la historia de Andrés (nombre ficticio, pues no quiere exponerse públicamente porque cuando intentó denunciar la situación en el hospital en el que trabajaba ya recibió amenazas), residente de Medicina Familiar y Comunitaria que critica la escasa supervisión que los médicos en formación reciben muchas veces en los centros sanitarios durante las guardias. Esta situación llevaba ya mucho tiempo siendo un comentario recurrente entre los MIR, pero ahora, por primera vez, un informe pone cifras.Ha sido la Asociación MIR España (AME) la que, a través de 5.268 encuestas realizadas a médicos internos residentes de 207 hospitales de toda España, ha constatado que el 71,4% de los MIR creen que no están bien supervisados en sus guardias de urgencias. Según las respuestas que recoge el documento, la percepción de la mayoría de los facultativos en formación es que su presencia en las guardias responde más a suplir la falta de recursos humanos de la sanidad que a formarles. Por este hecho, Andrés llegó a cambiarse de centro. «En mi anterior hospital, se interesaban más en usar mano de obra barata que en mi formación. No nos dieron taller prácticos ni ningún tipo, hacía técnicas sin ninguna supervisión… Me he encontrado situaciones en las que llegaba y los adjuntos se iban a tomar café y me quedaba yo solo diagnosticando y dando tratamiento a los pacientes, si que nadie me tutelara», explica. Es normal, reconoce Alejandra García López, presidenta de la Asociación MIR España, que a medida que el residente avanza en su formación tenga cada vez más competencias y autonomía, pero no que desde el primer momento deba afrontar solo situaciones en las que la salud del paciente dependa únicamente de su criterio y decisiones. «No decimos que en las guardias no tenga que haber tiempo de descanso, entendemos que vamos adquiriendo competencias y que se puede repartir el trabajo, pero es importante tener al adjunto disponible para poder preguntar, que no esté desaparecido, porque esas situaciones nos dejan en una situación de desprotección», denuncia. Noticia Relacionada estandar Si Las vacantes y renuncias de los MIR dejan desiertas 400 plazas de Familia Elena CalvoCeuta y Melilla encabezan el listado de regiones con menos supervisión, pues los residentes de las ciudades autónomas que han respondido a la encuesta así lo aseguran. También Cantabria y Extremadura destacan a la baja. En el lado contrario, La Rioja, Galicia o la Comunidad Valenciana. No son pocos, afirma la presidenta de AME, los casos en los que esta situación afecta negativamente a la salud mental de los jóvenes médicos. «La inseguridad que sientes es muy grande y a nivel psicológico afecta con ansiedad antes de la guardia o con no poder dormir la noche de antes porque no te sientes capacitado para afrontar todo lo que pueda venir. Hay casos hasta de no poder salir del coche ya en la puerta del hospital pensando en lo que puede llegar a pasar», cuenta. Insiste García López en que esa preocupación que los residentes tienen se debe especialmente a que llegue un paciente con un problema de salud y no se tenga la capacidad para reaccionar. «La vida de una persona está en tus manos. No decimos que no tengamos que tener autonomía, pero todos tenemos una curva de aprendizaje y no se puede dejar solo a alguien que está empezando. Si llega una señora que se ha caído y resulta que tiene una hemorragia y como estás solo no la ves y la mandas a casa y muere, con eso vives tú», sentencia. «Maltrato verbal»El informe recoge además otras situaciones que los residentes aseguran que viven en los centros en los que trabajan. La primera son las llamadas «listas negras» o «listas de situación» por las que se obliga a los MIR a cubrir bajas de última hora aunque no estén de guardia, lo que les hace estar localizables en todo momento. Pero habla además de «maltrato verbal» hacia los MIR por parte de sus superiores. «En la práctica totalidad de los casos los residentes tienen miedo de denunciar por represalias, pero son situaciones que no se deben tolerar y que desde la unidades docentes se deberían perseguir. Situaciones que se dan sobre todo en especialidades quirúrgicas y que se camuflan mediante las amenazas o castigos de no acudir a quirófano», prosigue el texto. Mediante las «listas negras» se obliga a los MIR a cubrir bajas de última hora aunque no estén de guardia, lo que les hace estar localizables en todo momentoTambién denuncia el documento que en muchas ocasiones quienes supervisan a los MIR son médicos sin especialidad , lo que afecta negativamente tanto a la calidad asistencial como a la formación del residente. Es el caso de María del Mar, residente también de Medicina Familiar y Comunitaria. «El servicio de urgencias tanto de atención primaria como hospitalaria está formado prácticamente en su totalidad por médicos sin MIR», critica. Explica que en los últimos años, en su zona de salud (que no revela) este hecho ha provocado varios casos graves de negligencia. Habla incluso de algún fallecimiento por diagnósticos tardíos o realizados por facultativos sin la formación adecuada. Esta joven asegura que se ha encontrado varias veces en la tesitura de estar sola atendiendo y a un paciente y no tener a nadie a quién acudir a preguntar sus dudas. «Al final, como no te queda otra, te sobrepones y adoptas el papel de líder, que no nos correspondería, pero lo hacemos. Y nos apoyamos mucho en el equipo de enfermería que cuando nos quedamos solos siempre ayudan», cuenta.
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