La prueba del algodón de la influencia geopolítica del Papa Francisco son las polémicas que levantan sus entrevistas. Todos aplauden sus genéricas invitaciones a la paz, pero cuando entra en cuestiones específicas, denuncian intromisiones . El último episodio tuvo lugar esta semana, cuando sus palabras sobre el posible genocidio en Gaza provocaron una dura crítica del gobierno israelí, de rabinos y de supervivientes del Holocausto. Algo parecido provocó en 2022 cuando enfadó tanto a Moscú como a Kiev al decir en una entrevista que «el Patriarca de Moscú no puede convertirse en monaguillo de Putin» y lamentar que «la OTAN ha ido a ladrar a la puerta de Rusia». O más recientemente, cuando en plena campaña para las elecciones en Estados Unidos criticó tanto a Donald Trump como a Kamala Harris: «Ambos están contra la vida, ya sea el que expulsa a los migrantes como el que mata a los niños». Sobre la guerra en Ucrania «El Patriarca de Moscú no puede convertirse en monaguillo de Putin»A menudo, los mismos sectores que le critican por opinar sin tapujos sobre conflictos, le han reprochado en otros momentos su silencio sobre China, Venezuela o Nicaragua . Pero Francisco ha aprendido a «golpes» que debe dosificar sus palabras, pues cuando condenó claramente al régimen sandinista de Daniel Ortega , lo único que cambió en Managua fue un aumento de la represión contra los católicos. Desde entonces, la estrategia diplomática de Francisco no es mantenerse equidistante sino un tira y afloja con sentido práctico que consiste en decir a cada uno lo que sea capaz de escuchar, sin comprometer aún más la situación.«El Papa Francisco tiene una tarea muy difícil en la política internacional, porque a las potencias mundiales no les interesa el evangelio , que sin embargo es su prioridad», explica a ABC Maria Antonietta Calabró, autora del libro en italiano ‘El trono y el altar’, un ensayo sobre las fuertes presiones por parte de gobiernos hacia los últimos tres papas. «Ha ocurrido siempre. En el pasado, los reyes controlaban al papa vetando en el cónclave a cardenales opuestos a sus intereses. Ahora esto es imposible y han buscado otras estrategias para intentar condicionarlo», apunta. Medidas intimidatorias En opinión de Calabró, los gobiernos que ven comprometidos sus intereses no dudan en tomar medidas intimidatorias contra el Papa. «Desde este miércoles es imposible entrar en la web oficial de la Santa Sede, incluida la de venta de entradas de los Museos, su única fuente de ingresos, pues está sufriendo un ataque ‘hacker’», explica. «El ataque comenzó justo cuando el Papa se reunió con la mujer de Volodímir Zelenski y envió una carta al nuncio en Ucrania por los mil días de la invasión. No es una casualidad», añade. Sobre Donald Trump y Kamala Harris «Ambos están contra la vida, ya sea el que expulsa a los migrantes como el que mata a los niños»Los gestos de los primeros años del pontificado de Francisco no le provocaron tantos problemas. Le aplaudieron cuando medió con éxito para reactivar las relaciones entre Washington y La Habana, cuando intentó reconciliar a Colombia, pues la mitad del país recelaba del proceso de paz con la guerrilla, o cuando reunió en el Vaticano a líderes de facciones en guerra en Sudán del Sur y denunció la persecución de ‘rohinyás en Myanmar . Tuvo menos eco su clamor contra la guerra en Siria y su campaña para reconstruir el Líbano tras las explosiones en el puerto de Beirut. Tras la invasión rusa de Ucrania, ha resistido las presiones de quienes (desde Rusia o Ucrania) empujan para que condene la política de Moscú . Él quiere evitar que la guerra parezca un conflicto entre el occidente católico y el oriente ortodoxo. Sin embargo, no es neutral. Desde febrero de 2022, en cada una de sus dos citas semanales, la audiencia general de los miércoles y el ángelus de los domingos, ha recordado al «martirizado pueblo ucraniano» , sin referirse a Moscú. «Trato de no especificar para no ofender y más bien condenar en general, aunque se sabe bien a quién estoy condenando», justificó en una entrevista con la revista ‘América’ nueve meses después de que comenzara la guerra. El momento más delicado con Ucrania se produjo en marzo pasado, durante una entrevista con la Radio Televisión Suiza, cuando les solicitó que «no tengan vergüenza de negociar antes de que las cosas empeoren» ya que «todas las guerras que hemos vivido terminan en un acuerdo». El gobierno ucraniano llamó a consultas al nuncio y pidió al Papa que ayudara a unir «fuerzas para garantizar la victoria del bien sobre el mal ». Para destensar, en verano Zelenski le agradeció su ayuda en la liberación de prisioneros. «Qué difícil es la diplomacia en tiempos de guerra», le dijo la periodista española Eva Fernández durante un saludo a bordo del avión papal. «No se lo imagina», respondió el Papa con un gesto expresivo. Reconciliación en China A lo largo de estos once años de pontificado ha continuado los esfuerzos de Benedicto XVI para reconciliar a los católicos chinos, divididos durante décadas entre fieles a Roma y fieles a Pekín. Lo ha conseguido con el acuerdo que en 2018 firmó con China, en términos muy parecidos a los que había preparado Ratzinger, que le permite nombrar obispos en este país. Consciente de que no ganaría nada, y para no perder el terreno avanzado, ha decidido morderse la lengua ante cuestiones delicadas como la pérdida de las libertades en Hong Kong o las restricciones en la China continental.Precisamente, China protagonizó el último mal gesto de la pasada administración Trump hacia la Santa Sede. En 2020, su secretario de Estado Mike Pompe o dijo que esta política de la Santa Sede con China es «inmoral» . Maria Antonietta Calabró considera que en Roma habrán interpretado como gesto de no hostilidad que Pompeo no repita encargo. Trump ha prometido poner fin a la guerra en Ucrania, pero en Oriente Medio es otro cantar. Además, en su anterior mandato dio juego a sectores católicos americanos hostiles a Francisco. Sobre la dictadura en Nicaragua de Daniel Ortega «Con mucho respeto, no me queda otra que pensar en un desequilibrio de la persona que dirige. (…) Son un tipo de dictaduras groseras»Para otros observadores las polémicas sobre las palabras del Papa son la estrategia para apartar la atención de lo importante. «Lo que interesa a la Santa Sede es que cuanto antes se ponga fin a la guerra» en Gaza, explicó este viernes el principal colaborador del Papa en materia política, el cardenal Pietro Parolin. Dijo algo parecido sobre Ucrania: «Detengámonos mientras estemos a tiempo, porque no se sabe adónde nos llevará esta escalada. En algún momento ya no sabremos cómo controlar la situación».En cualquier caso, el trabajo de ser la conciencia del mundo no ayuda a tener amigos.
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