Eduardo Martínez de Pisón: recorrer el mundo al final de la vida con los mapas de Julio Verne

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Eduardo Martínez de Pisón: recorrer el mundo al final de la vida con los mapas de Julio Verne

Cuando hace unos días llamé a Eduardo Martínez de Pisón (Valladolid, 1937) para preguntarle si podíamos ir a su domicilio a entrevistarlo, el geógrafo, escritor y montañero advirtió entre risas: «Como quieras, pero tened en cuenta que mi casa es como una gran biblioteca un poco caótica. En el piso de abajo los libros están un poco más domesticados, porque mi mujer, que ya falleció, me obligaba a tenerlos más ordenados. Los dos pisos de arriba, donde están los ejemplares que más uso, son absolutamente salvajes. Los libros no solo llenan las estanterías, están repartidos por todo el suelo. Ellos saben que han ganado».Y no es broma. En cuanto nos abre la puerta de su chalet en Pozuelo de Alarcón, en Madrid, uno tiene la sensación de estar entrando en la vieja librería del señor Koreander, aquella de la que Bastián Baltasar Bux sale corriendo con un ejemplar de ‘La historia interminable’ bajo el brazo. Al igual que en la famosa novela de Michael Ende, el salón de este alpinista de 87 años está rodeado de muebles de madera antiguos, incluido un bargueño del siglo XVI «datado por expertos», con numerosos cajones diminutos y un departamento secreto «en el que el rey guardaba sus misterios», comenta con una sonrisa juguetona. Las paredes del «adiestrado» salón, en la planta baja, están repletas de libros… y más libros. Hay muchos del siglo XVIII y XIX, la mayoría de geografía, pero también los hay de filosofía, arte, historia y viajes. Aproximadamente la mitad están en francés. Vemos los diarios de Colón, el ensayo ‘Exploradores y conquistadores de Indias’, escrito por el geógrafo Juan Dantín a mediados de la centuria pasada; dos biografías de Hernán Cortés y un ejemplar original de las ‘Cartas eruditas y curiosas’ del padre Feijoo, publicado en 1742… Da igual lo antiguos que sean, todos están manoseados y llenos de post-it.Noticia Relacionada estandar No El David contra Goliat del mar en la brillante historia naval de España Israel Viana El enfrentamiento entre el joven Beltrán de Castro y el experto y temido pirata inglés Richard Hawkins en 1594 es considerado todavía hoy como una de las grandes hazañas de nuestro país«La verdad es que son muy valiosos para mí, y no porque sean piezas antiguas de coleccionista o tengan la encuadernación en cuero, sino desde un punto de vista intelectual. Todos están muy vividos. A veces me los descolocan un poco y me cuesta encontrarlos, pero sé dónde está cada uno. Si me preguntas por un título, te digo en qué piso se encuentra y, por lo general, doy con él en seguida. Tengo unos 13.000 libros», subraya el premio Nacional de Medio Ambiente en 1991, autor de uno de los mayores estudios que existen sobre los glaciares del Everest. Un trabajo que le obligó a vivir durante más de cuatro meses al pie de la montaña más alta del planeta.—¿Los ha leído todos?—Sí, claro. Son para disfrutar, pero también son mis herramientas de trabajo, de la misma forma que un carpintero o un zapatero tienen sus martillos, clavos y cintas métricas. Es exactamente lo mismo, por eso están llenos de papeles anotados entre las páginas.Martínez de Pisón, en el Polo Norte, en 1999 ABCGeografía imaginadaSobre la mesa hay un ejemplar de su ensayo ‘La Tierra de Jules Verne: geografía y aventura’ , que la editorial Fórcola acaba de reeditar ahora por tercera vez. Se trata de la primera parte de la trilogía con la que Martínez de Pisón quiso traspasar, en 2014, los límites de su materia, la geografía física, para sumergirse en la geografía literaria y en el terreno de la imaginación. Una fusión que este profesor de saber enciclopédico por sus infinitas lecturas y sus numerosos viajes por el mundo completó con ‘La montaña y el arte. Miradas desde la pintura, la música y la literatura’ (2017) y ‘Viajes al centro de la tierra’ (2018). Cuenta Martínez de Pisón que el libro sobre la geografía de Julio Verne –real o inventada– se fue gestando poco a poco. Primero a la vista de un destartalado atlas francés del siglo XIX que se encontró y con el que empezó a recrear en su cabeza los ‘Viajes extraordinarios’ que el célebre autor publicó entre 1863 y 1918. Las mismas aventuras que millones de lectores en todo el mundo han devorado y siguen devorando hoy en día. Más tarde, a la vuelta de un viaje por la Ruta de la Seda, la Sociedad Geográfica Española le pidió que diera una conferencia comparando los lugares del itinerario del tren de ‘Claudio Bombarnac’ imaginados por Verne en esta novela de 1892, con los parajes reales de ese mismo trayecto. Algunas de esas impresiones tuvieron hueco en su primer ensayo para Fórcola, ‘El largo hilo de la seda’ (2011), el que contaba su propio viaje por los grandes paisajes de Asia Central. Así llegó ‘La Tierra de Jules Verne’, en la que el veterano geógrafo y alpinista sigue los viajes imaginados por el escritor por polos, mares, islas, montañas, cavernas, volcanes, ríos, bosques, estepas, ciudades, caminos perdidos e, incluso, el cielo, los cometas y la luna. ‘Viajes extraordinarios’Una aventura que Verne inició en 1862, después de fracasar en los teatros de París, cuando visitó a Pierre-Jules Hetzel con el manuscrito de ‘Cinco semanas en globo’. El editor aceptó publicarlo enseguida. Le gustó tanto que, ansioso por crear una colección divulgativa para jóvenes, y presagiando el filón, le ofreció 20.000 francos por escribir dos novelas al año durante las siguientes dos décadas. Fue así como se convirtió, curiosamente, en el narrador de viajes más sedentario de la historia, pues escribió a destajo en un hogar sin pareja ni amor, sufriendo diabetes, úlceras, desmayos, parálisis faciales y pérdida paulatina de vista y oído. ‘La tierra de Jules Verne’ Autor: Eduardo Martínez de Pisón Editorial: Fórcola Páginas: 400 Precio: 27,50 eurosA pesar de ello, se trata de la geografía que más se ha leído en todo el mundo, la misma que Martínez de Pisón descubrió cuando era un niño, al mismo tiempo que recorría las montañas vallisoletanas de su entonces pequeño mundo real. «Aprendí a leer con solo cuatro años y, con seis, aproximadamente, me regalaron el primer cuento de Verne, uno que estaba protagonizado por uno de los pioneros del oeste americano. Me emocionó muchísimo en aquellos años de la posguerra. Y eso que yo era pequeño y no me enteraba de los destrozos que había provocado la Guerra Civil y el hambre que había. Iba al colegio, volvía a casa y me enfrascaba en leer. Soñaba con que el África Tropical estaba en los alrededores de Valladolid y que el Pisuerga era el Amazonas. Verne me hacía soñar con un mundo mayor y lleno de posibilidades», recuerda. En los pocos espacios libres que dejan los libros en su casa, Martínez tiene colgadas fotografías de los lugares a los que ha viajado a lo largo de su vida, ya sea como geógrafo en comisión de servicio o junto a su mujer. Desde los Pirineos a los Alpes; de la erupción del Teneguía, en 1971, a la Tajogaite, en 2021, cuando nuestro montañero tenía ya 84 años; del volcán Etna al Karakórum; del Everest al Aconcagua, y de la Antártida al Polo Norte. «El del Polo Norte ha sido, sin duda, mi ‘viaje extraordinario’. Fue allí en 1999, cuando era asesor de ‘Al filo de lo Imposible’, el programa de Televisión Española. Me pidieron que acompañara a una expedición de militares. ¡Estuve bajo la estrella polar! Recuerdo que de niño me tumbaba en el suelo boca arriba para ver las nubes e imaginaba que eran icebergs y que estaba en el Polo Norte, así que fue un sueño hecho realidad», reconoce el geógrafo.Martínez de Pisón, en los Alpes Eduardo Martínez de PisónGan Pampols, vicepresidente de ReconstrucciónTras unos segundos de silencio, continúa: «Esto que te voy a contar ahora te va a interesar. Uno de los expedicionarios era Francisco José Gan Pampols , el nuevo vicepresidente para la Reconstrucción de Valencia tras la riada. Allí vi que era un hombre muy honrado, bueno, competente e inteligente, además de un gran amigo. Le llamábamos Curro Gan. Estoy seguro de que lo va a hacer bien, porque tiene una capacidad extraordinaria. Ha estado en Kosovo, Afganistán, en la cumbre del Everest, en el Polo Norte y en el Polo Sur. Hay que felicitar la elección, porque es un gran gestor que va a llevar a buen puerto la imprescindible reconstrucción de aquel territorio que ha quedado desolado». Antes de abandonar la casa para que Martínez de Pisón prepare la conferencia que tiene esa misma tarde y su próximo viaje a Canarias dentro de una semana –«en el que estoy seguro que subiré al Teide una vez más»–, le pregunto:—¿Quién heredará todos estos libros cuando usted ya no esté?—Los de montaña, que son muy buenos, se los quedará la biblioteca de la Real Sociedad Española de Alpinismo Peñalara. No me imagino a un sitio mejor al que puedan ir. Los restantes, sin embargo, no los quiere nadie. Ni la Biblioteca Nacional ni las bibliotecas de barrio. Es tremendo… No sé. Bueno, por lo menos a mi mujer y a mí nos han servido bien a lo largo de nuestra vida. El que venga después que haga lo que quiera con ellos.

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