Angelito Correa, diez años resucitando

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Angelito Correa, diez años resucitando

Hace ya una década, el 18 de junio de 2014, el ‘Ángel’ de Correa (9-3-1995, Rosario, Argentina) resucitó por primera vez en un quirófano de Nueva York. Aquel día superó con éxito una operación de corazón de seis horas para extirparle un tumor que le detectaron en el reconocimiento médico cuando fichó por el Atlético de Madrid. «El que iba a ser el día más feliz de su vida se transformó en miedo y dudas por si no podía volver a jugar». El que habla es Dani Ibáñez, el mejor amigo de Ángel Correa (tiene tatuado su nombre), con quien compartió seis años en las inferiores de San Lorenzo de Almagro y una vida entera de confidencias, risas y lágrimas.Noticias Relacionadas estandar Si El doble juego de Simeone: de las lágrimas enigmáticas al «me quedo» en el Atlético Jorge Abizanda estandar Si Atlético 2 – Alavés 1 Trabajada remontada del Atlético para celebrar el partido 700 de Simeone Daniel CebreiroPorque la historia personal del delantero argentino está cargada de desgracias . Su padre murió cuando sólo tenía diez años, y más tarde fallecerían dos de sus hermanos. Todo en uno de los barrios «más bravos» de Argentina, Las Flores, en Rosario. «Una vez lo fuimos a buscar y cuando vimos aquello dijimos: vámonos de acá. Era todo una balacera, ibas caminando y escuchabas los tiros», relata para ABC Jorge García. El Profe García fue su descubridor: «En el medio del barrio había una canchita de fútbol y eso fue lo que le salvó». Le encontró en una prueba que hicieron en Alianza Sport de Rosario: «Cuando vi a Ángel no necesité ver nada más. Nunca vi a un chico de once años con esos recursos. Si no ves eso, te tienes que retirar. Pero no le querían dejar salir, porque querían sacar plata».Pero se lo llevó a San Lorenzo. Y lo poco que comenzó a ganar con el fútbol, lo dejaba en casa para ayudar a su madre a sacar adelante a sus ocho hermanos. «Ángel me contaba cómo de chico su madre no comía, decía que no tenía hambre, para que comieran sus hijos. Y cada día estaba más flaca. Su madre era todo para él. Falleció por culpa del cáncer el año pasado y pensé que Ángel esto ya no lo superaba », relata García.Y es que la falta de alimentos fue una constante en la infancia de Correa. «Echaba mucho de menos a su familia, a veces se escapaba de la pensión de San Lorenzo para ir a su casa. Y cuando volvía de las vacaciones siempre regresaba mucho más flaco», cuenta Dani. En su casa padecía múltiples necesidades, pero sobre el campo se sentía omnipotente. « Los padres de los equipos rivales lo aplaudían … Marcaba goles desde mitad de cancha, por la escuadra… Una vez en campo de Racing empezó a gambetear a todos, hizo revolcar en el piso a los centrales y al arquero, y entró a la portería con la pelota en el pie. Y la gente se rompió las manos a aplaudir».Del Atlético a la operación de corazónSu entrenador en la reserva (el filial) lo bautizó como «Aladino». Con 18 años, llegó a Primera, ganando el Torneo Inicial 2013 y la Copa Libertadores 2014 (la única en la historia de San Lorenzo). Y en poco más de un año, apareció el Atlético de Madrid. Su director deportivo era José Luis Pérez Caminero (2011-2018): «Vimos muchos vídeos, muchos partidos, durante meses. Era un futbolista capaz de hacer lo que nadie se espera. En esa época, él y Vietto eran los dos jugadores que más llamaban la atención. Y le elegimos a él».La operación cardiaca supuso que tuviera que dejar de jugar durante casi un año. Pero regresó como si nunca hubiera parado. «En lo que otros se hubieran muerto, él volvió de esa operación como si hubiera sido una gripe. Yo siempre digo que tiene cuatro huevos, no dos. Volvió en el Sudamericano Sub 20 y nos pusimos a llorar. Pensábamos que se podía morir. El Atlético no quería que jugara aún. Pero fue el mejor y lo ganó», relata con emoción su descubridor.La siguiente temporada la comenzó desde el inicio. Y en su segundo partido, en Éibar, ya intercambió goles y asistencias con Fernando Torres. En ese año de su debut, acumula ocho goles y cuatro asistencias en apenas 1.378 minutos. Pero en el partido decisivo, la final de la Champions en Milán, no juega un solo minuto. Así lo recuerda su mejor amigo: «Estábamos en San Siro y el Cholo le llama para salir. Nos emocionamos. Pero justo marcó Carrasco y no le saca. El Real no estaba bien, era un partido para Ángel, había espacios… Pero en la prórroga, en vez de ir a por ellos, salieron Lucas y Thomas. Nunca lo entendimos». Jorge García prefiere quedarse con los buenos momentos: «Nunca olvidaré la Liga de 2021. ¡Y el gol de puntín! Yo le llamo Ángel Salvador Correa, porque siempre salva al boludo del Cholo , pero parece que no se acuerda y siempre lo sienta».Sin embargo, afirman que Correa «está feliz en el Atlético» y se siente agradecido a Simeone: «Le respeta muchísimo. Le decimos: vete de allá, que no te pone. Y nos dice: me enseñó muchas cosas, a marcar, a volverme, yo creí que era jugar para delante y nada más. Me voy a ganar el lugar».Un luchador natoCada verano, el nombre de Correa se encuentra entre las posibles salidas. En 2019, parecía estar cerrado para el Milán, este mercado de invierno estuvo muy cerca de marcharse a Arabia. Pero cada temporada, Ángel resucita. «Todos los años empieza de tercer o cuarto delantero, y le traen a dos para ser titulares. Pero él siempre se gana su sitio, sus minutos y sus goles con esfuerzo y trabajo . Es un luchador nato, nadie le ha regalado nada», asegura Caminero, quien apostilla que «aunque parezca que es un despistado, todo lo contrario, es un jugador muy centrado, muy fuerte mentalmente. Lo que él hace, jugar 15 o 20 minutos, y darle la vuelta a un partido, es muy, muy difícil para un futbolista. Tiene muchísimo mérito».Noticia Relacionada Atlético de madrid estandar No Correa, el especialista del gol desde el banquillo Pablo Lodeiro Tras su heroicidad en el minuto 95 ante el Real Madrid, el argentino se ha convertido en el cuarto jugador de la historia de la Liga con más tantos como suplente, un total de 21Para muchos funciona mejor de revulsivo que como titular y este año su rendimiento refrenda esa creencia: tres goles salvadores ante Athletic, Real Madrid y PSG saliendo desde el banquillo. Pero su entorno defiende su lugar en el once: «Miren el año de la Liga, jugando en su sitio, con confianza, haciendo goles importantes y dando asistencias». Sus 439 partidos en el Atlético alternan casi a partes iguales ambos escenarios: 225 de titular (56 goles) y 214 de suplente (27 tantos). Pero este martes toca la Champions, donde la estadística dice que Simeone no dirá su nombre entre los elegidos: sólo 29 encuentros de 84 disponible fue titular. De nuevo, le tocará resucitar .

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