«Será un congreso descafeinado para que haya el menos conflicto posible». Lo explica un destacado dirigente del PSOE, que pone el acento en que Pedro Sánchez quiere ofrecer en Sevilla una imagen de unidad, pero no en torno a su figura —que no está en cuestión—, sino en torno a su proyecto. Y eso, como saben muy bien en Ferraz, no se puede conseguir si se abren los debates que han enfrentado al partido en los últimos meses: financiación autonómica, modelo territorial, ataques a la judicatura, amnistía e indultos, principalmente. «¿Qué está en cuestión?», se pregunta otro barón: «La unidad en cuanto al proyecto, al programa, a los problemas que nos han estado separando, especialmente desde 2021». Y esos son los asuntos que se van a tratar de obviar, al menos en los actos oficiales.Los congresos de los partidos políticos son especialmente interesantes cuando está en juego el liderazgo. No es el caso, porque a nadie se le ocurre competir con un secretario general que es presidente del Gobierno. Ni en el PSOE ni en el PP ni en ningún partido serio. Por eso, ante la falta de debate en torno a quién pronunciará el discurso de cierre del domingo, lo interesante será testar su fortaleza entre los suyos. Por eso, Ferraz ha diseñado un congreso para minimizar toda discrepancia interna, un congreso de perfil bajo en el que no aparezcan ninguno de los asuntos que han enfrentado a los socialistas entre sí y que han estresado las costuras del sistema. Los temas a debatir serán, por orden cronológico, vivienda, igualdad, la paz, cambio climático, desinformación, jóvenes, multilateralismo, la construcción de Europa, sociedades inclusivas, y el modelo social europeo. Después de un verano tortuoso para el PSOE, con varias federaciones removiéndose ante los acuerdos firmados con ERC para tratar de desbloquear la investidura de Salvador Illa , Pedro Sánchez decidió adelantar el congreso nacional con dos objetivos: reforzar su liderazgo interno en el 41 cónclave federal que hoy empieza en Sevilla, y, a continuación, iniciar el proceso de renovación de liderazgos regionales . Noticia Relacionada Sesión de control estandar Si El Gobierno veta una pregunta al ministro Óscar López sobre el caso Lobato Juan Casillas Bayo El PP quería saber si fue él el responsable de la filtración del correo electrónico a la Fiscalía del novio de AyusoEl plan de Ferraz es que de esto último no se hable este fin de semana: ni de Luis Tudanca, ni de Javier Lambán, ni de Emiliano García Page ni, por supuesto, de Juan Lobato. Desafortunadamente para sus planes, el caso del ya exlíder del PSOE-M será inevitable pues está citado a declarar hoy a las diez de la mañana, justo antes del comienzo del congreso, un asunto que preocupa en Moncloa porque el asunto de la filtración de los correos del novio de Isabel Díaz Ayuso está a punto de salpicar judicialmente a la Presidencia del Gobierno.Ausencias importantesEn este congreso, las ausencias son casi más importantes que las presencias. En primer lugar, Felipe González , que sí estuvo en el cónclave de Valencia pero que ya está abiertamente enfrentado a la dirección del PSOE y a Pedro Sánchez. Después, el ya citado Juan Lobato. Tampoco acudirá José Luis Ábalos, todopoderoso en los inicios del sanchismo y hoy expulsado del grupo parlamentario e imputado en el Tribunal Supremo. En cuarto lugar, Koldo García, personaje clave en la trama de c orrupción en el Ministerio de Fomento que se investiga, y por último, Víctor de Aldama, que no es militante socialista, pero como él mismo se ha ocupado de demostrar públicamente sí un habitual en actos del PSOE en los últimos años. La ausencia de Felipe González se rellenará con la presencia activa de José Luis Rodríguez Zapatero, que participará en un ágora titulado ‘La democracia como esperanza’. Es la demostración fáctica de que Pedro Sánchez ha acabado por preferir a Zapatero sobre González en el modelo a seguir desde La Moncloa. nomecites_0712Entre el anuncio del adelanto del congreso y su celebración se ha sucedido una catarata de malas noticias para el presidente. Una venía de lejos y se ha agravado, la parálisis legislativa, que ha fraguado en numerosas derrotas parlamentarias y en la constatación de su incapacidad para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. Con esta Sánchez ya contaba, y por eso dijo en septiembre que gobernaría sin contar con el concurso del Legislativo. Lo que no esperaba es llegar a Sevilla con su hermano David imputado, con su esposa, Begoña Gómez, cercada; y Víctor de Aldama, desatado. Hay dos cosas que desquician a Pedro Sánchez: la primera es leer sus escándalos personales en las portadas de los periódicos. Le pasó cuando ABC publicó la tesis y le está pasando con las noticias sobre su hermano y sobre su esposa. La otra razón que le pone de los nervios es perder el control del debate público , que le marquen la agenda. Eso es exactamente lo que se ha propuesto Aldama: reventar a Sánchez por goteo. Pedro Sánchez saldrá reelegido, y el interés orgánico está en ver de quién se rodea en la Ejecutiva para afrontar la segunda parte de esta legislatura que no acaba de arrancar. Entre tanto, los discrepantes, que los hay, tratarán de marcar sus posiciones ante los medios de comunicación. El interés, en este congreso, está más en los pasillos, porque no solo se decide el futuro inmediato, sino que Pedro Sánchez tratará de poner la primera piedra para un futuro, quién sabe cuándo, del PSOE sin él.
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