«Arrepentido» . Ese es el titular a toda página de un amplio reportaje publicado por el diario británico ‘The Sun’. El adjetivo resume el sentimiento del protagonista único de dicha pieza periodística: Nile Ranger (33 años), un exfutbolista que se precipitó desde la élite deportiva al pozo de la cárcel.Hace siete años, en 2017, Ranger fue encerrado en Pentonville , prisión situada en el norte de Londres , después de declararse culpable de cometer fraude bancario. En concreto, de estafar más de 2.000 libras (unos 2.500 euros) a una mujer.Aquel prometedor delantero del Newcastle que había disputado 26 partidos en la deslumbrante Premier League tocó fondo. Pasó de entrenarse y jugar con estrellas como Owen , Coloccini o Carroll a convivir con delincuentes, algunos de ellos peligrosos criminales.Nile Ranger volverá a tener protagonismo sobre la hierba. Actualmente milita en el Kettering Town FC , modesto club de la semiprofesional Southern Football League, y este domingo juega la segunda ronda de la Copa FA ante el Doncaster (equipo de la Liga 2, cuarta división inglesa). Ranger marcó el gol de la victoria en la eliminatoria anterior ante el Northampton (Liga Uno, tercera división).El exdelantero del Newcastle aprovecha este fugaz retorno al escenario competitivo para relatar en ‘The Sun’ su terrible experiencia vital y carcelaria . Sus declaraciones son tan sinceras como duras:«La prisión es mala, y no es lugar para los que tienen la cabeza bien puesta. Y, desde luego, en comparación con aquella gente yo sí la tenía. Simplemente había sido tonto, rebelde y carente de disciplina ».«Por ejemplo, había un tipo que me dijo que le había cortado los dedos a alguien y le había metido en el maletero de un coche . Escuché a gente planeando asesinatos y robos a mano armada cuando salieran. Y había prisioneros apuñalados en las duchas y drones que transportaban drogas y teléfonos móviles. Era un infierno». «Había cucarachas entrando por los huecos de las paredes y de la puerta de la celda. Tuvimos que bloquearlos con toallas y si matabas una cucaracha, aparecían otras de los huevos que ponían. También había ratas corriendo por ahí. Era repugnante ».«La comida era pésima. Estoy seguro de que el pollo no estaba bien cocinado. Me encerraban 23 horas al día y aprovechaba el tiempo que pasaba fuera de mi celda para hacer ejercicio y ducharme. Algunos de los guardias eran arrogantes, querían hacerme sentir inferior . Estaban celosos porque yo era futbolista. Pero no entré en sus provocaciones, me concentré en salir y pensé: ‘Sólo estaré aquí dos o tres meses y volveré a jugar al fútbol’».Y así fue. Aunque había sido sentenciado a cumplir ocho meses de prisión —« Sentí que la sentencia era injusta . Hay gente que ha cometido delitos mucho peores y solo ha recibido castigos menores. Supongo que el juez ya había decidido, mientras cenaba con su esposa la noche anterior, que me iba a encerrar»—, Ranger fue liberado después de 10 semanas por buena conducta, aunque tuvo que llevar puesta una pulsera electrónica para estar controlado y localizable en todo momento.Pasado el tiempo, Rangers reconoce que cometió un error y que desperdició su increíble talento . Está profundamente arrepentido porque es conscientes de que si se hubiera esforzado podría haber tenido una aceptable carrera en la Premier League. En la élite del fútbol.
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