Stellantis se acaba de quedar sin su máximo directivo, una de las figuras más vocales de la industria del automóvil europea. Su consejero delegado desde la fusión entre los grupos FCA y PSA, Carlos Tavares, presentó hoy su dimisión con efectos inmediatos a la Junta de Directores. El ejecutivo portugués llevó a cabo una política de ahorro de costes y sinergias entre ambos consorcios que brindó a Stellantis unos resultados financieros sobresalientes desde el principio. Como consecuencia, Tavares era uno de los directivos mejor pagados de la industria. Sin embargo, 2024 fue un año en el que se enfrentó a críticas fuertes por parte de los accionistas. Por primera vez tuvieron que revisar sus pronósticos para el cierre de ejercicio, con una pérdida en el flujo de caja de entre 5.000 y 10.000 millones de euros.Noticia Relacionada estandar No Raúl Palacios renuncia a la presidencia de Ganvam Juan Roig Valor Su cargo será ocupado de manera interina por Gerardo Cabañas hasta que se celebren elecciones en 2025En el último trimestre, las ventas se habían retraído un 20% y los beneficios un 48%, hasta los 5.647 millones de euros, en la primera mitad del año. Estos factores se achacaron al poco apetito de los compradores por los vehículos eléctricos, una estrategia a la que se había volcado durante su mandato.Para el ejercicio 2024, el consorcio ha confirmado que mantiene sus previsiones, con una caída del margen operativo considerable, que quedará entre el 5,5% y el 7%, lejos de los dos dígitos porcentuales que se habían marcado como meta. Por otra parte, se enfrenta a una situación en Estados Unidos «a remediar». En este país, el grupo forma parte de los ‘Big Three’ de Detroit, pero ha perdido ritmo ante sus rivales, Ford y General Motors. Además, sus enfrentamientos con los sindicatos en Estados Unidos, así como con la presidenta italiana, Giorgia Meloni, hicieron que los inversores perdieran la confianza. En el comunicado publicado por la compañía afirman que «en las últimas semanas, han surgido posiciones enfrentadas que han llevado a que la Junta y el CEO hayan tomado la decisión de hoy. El éxito de Stellantis desde su creación se ha basado en una alineación perfecta entre los accionistas, los directores y Carlos Tavares». Un comité ejecutivo, liderado por el presidente John Elkann, será quien tome las riendas del cuarto mayor fabricante del mundo hasta que se nombre un sucesor, «un proceso que ya está marcha y concluirá en la primera mitad de 2025». El mandato de Tavares estaba previsto para concluir en 2026.»Estamos agradecidos a Carlos por sus años de servicio», afirmó Elkann, «y la labor instrumental que tuvo en la creación de Stellantis, así como en el ‘turnaround’ de Opel y PSA, que nos ha puesto en la senda de convertirnos en el líder global de nuestra industria». Tavares, un duro negociador, mantuvo una postura crítica con el resto de fabricantes de automóviles europeos, que se quejaban de los límites de emisiones impuestos por la Comisión Europea y las potenciales sanciones a las que se enfrentan en 2025. Para el ejecutivo portugués, denotaban una falta de previsión, cuando su grupo había llevado a cabo una transición a la electromovilidad y «estaba preparado». Estas diferencias le llevaron a salirse de ACEA, el lobby de fabricantes europeo.La semana pasada, Carlos Tavares se reunió con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, para trasladarle los retos a los que se enfrenta la industria en Europa, así como para transmitirle que los 357,8 millones de euros que recibirá la compañía del erario eran «un nivel de apoyo satisfactorio» para adjudicar proyectos industriales al país. MÁS INFORMACIÓN noticia No Renault, Dacia y Alpine suman hasta 2.000 euros a la ayuda del Gobierno para los afectados por la Dana noticia No El CEO de Stellantis traslada a Sánchez los retos de la electrificación y los objetivos de emisiones noticia No El CEO de Stellantis advierte que sin ayudas al coche eléctrico es posible que el mercado se hundaStellantis es el mayor productor de automóviles de España, con fábricas en Vigo, Zaragoza y Madrid, con un volumen anual que ronda el millón de unidades. Uno de los planes más importantes que tenían previsto, a raíz de los fondos Perte, era el de construir una gigafactoría de baterías en Aragón para abastecer sus modelos eléctricos.
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