Lo que tantas veces ABC ha explicado y el club ha ido desmintiendo con anuncios premeditadamente falsos, y comprados y agitados por toda la prensa deportiva catalana, al final se ha confirmado: el Barça no jugará, por lo menos hasta la próxima temporada, en el nuevo Camp Nou y la constructora Limak no será sancionada por el incumplimiento en los plazos de entrega de las obras con el millón de euros diario que Laporta aparatosamente anunció cuando contrató a los turcos. Cae la justificación de Laporta por no contratar a empresas españolas para construir el nuevo estadio y queda en evidencia que si eligió a los turcos fue por motivos completamente extraprofesionales.En nombre de la «paz social» y de la «buena sintonía» con la constructora, Laporta, incumple una vez más su palabra y lo hace con excusas tan peregrinas como no incomodar a Limak o garantizar la calma entre los socios y no precipitar su regreso al Camp Nou, sin que puedan ir exactamente a la localidad que les correspondería.Noticias relacionadas opinion Si Todo irá bien El Barça se activa contra la Lamine-Yamal-dependencia Salvador Sostres opinion Si Lamine Yamal, también señalado Koundé y sus retrasos por estar jugando a la consola desesperan en el Barça Salvador SostresTambién en el plano económico, el presidente del Barça quiere tomar represalias contra la consultora Grant Thornton por haber incluido tantas salvedades y tan severas en su auditoría del pasado ejercicio. Laporta , que contrató a estos consultores de segunda fila –sustituyendo a PWC– con la idea de que podría manipularlos para que dijeran lo que él y su junta necesitaba, se encontró con un grupo de economistas responsables y serios que no quisieron jugarse su prestigio con clamorosas mentiras. Lo mismo que intentó y le ha funcionado con Limak –una constructora que sí ha ‘depositado’ lo que a Laporta le ha convenido– , no le ha salido bien con GT y ahora que se les acaba el contrato no les quiere renovar.Pero está en el aire si realmente el presidente podrá llevar a cabo su venganza, porque está teniendo el problema de que ninguna consultora seria quiere hacerse cargo del club. La excusa que formalmente dan los distintos responsables de cada empresa es que se están alejando de las sociedades deportivas, pero la realidad es que nadie quiere saber nada de un club al borde del colapso ni de un presidente que lejos que querer atajar la crisis con medidas racionales pretende agudizarla para que la entidad acabe siendo inviable y no quede más remedio que venderla al árabe que más pague.
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