Por segunda vez en apenas cinco días, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha insistido en presentarse como víctima de una oposición mediática y judicial. Un mensaje que trasladó el pasado viernes en la recepción en el Congreso de los Diputados con motivo del día de la Constitución y que ha repetido este miércoles durante la copa de Navidad ofrecida en el Palacio de La Moncloa. En el mismo formato -una conversación informal con la prensa, sin micrófonos ni cámaras- Sánchez ha sentenciado que en España «no tenemos oposición política», una afirmación que ha realizado apenas unas horas después de someterse a las preguntas de Alberto Núñez Feijóo en la sesión de control parlamentaria al Ejecutivo. El líder socialista ha acusado al Partido Popular (PP) de «jugar con las cartas marcadas», una idea que le viene a la mente cuando la oposición habla de su «calvario judicial» . Sánchez ha trasladado que el PP adelanta determinadas decisiones judiciales, señalando a una connivencia entre el principal partido de la oposición y la judicatura. Una conducta de la que ha culpado al PP en general y a algunos de sus dirigentes en particular, singularmente a Miguel Ángel Rodríguez , el jefe de gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. Noticia Relacionada estandar Si Junts pide a Sánchez que «cumpla y mueva el culo» y Feijóo les advierte de que les engañará Juan Casillas BayoPor otra parte, Sánchez ha rebajado notablemente el alcance del acuerdo esta semana entre el PP y Junts per Catalunya para eliminar el impuesto sobre el valor de la producción energética mediante una enmienda parlamentaria pactada entre ambos grupos. A su juicio, cualquier «analista fino» de la situación española sabe que sugerir una entente de fondo entre los populares y los de Carles Puigdemont es mera «política ficción».La tesis esbozada por Sánchez, y refrendada al dedillo por algunos de sus colaboradores, es que España no tiene una oposición al Gobierno que haga política, sino únicamente «ruido». Y además, el presidente y secretario general del PSOE considera que la alternativa que podría mostrar el PP en las comunidades donde gobierna es un fracaso «en todos los sentidos». Esto último, sobre todo, por la gestión de la DANA realizada por el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, a quien ya en su comparecencia en el Congreso del pasado día 27 Sánchez señaló como el principal responsable de la tragedia ocurrida en la provincia de Valencia.El ambiente que se respiraba en la recepción navideña era de optimismo sobre el futuro y la estabilidad del Gobierno, tanto por las perspectivas electorales como sobre la negociación de los Presupuestos, de la que este mismo miércoles la portavoz de Junts per Catalunya en el Congreso, Míriam Nogueras, dijo no tener noticia, durante una entrevista en Radio Nacional de España (RNE).Moncloa presume de no haber sufrido apenas desgaste en el año que se cumplió el noviembre del tercer Gobierno de Sánchez. Y confía en llegar a un acuerdo para las Cuentas Públicas pese a las trabas en el camino de los de Carles Puigdemont. El optimismo exhibido por el presidente en su diálogo con los informadores no se empañó tampoco cuando se abordó la moción de confianza a la que Puigdemont le pide que se someta, como hicieron en su día Adolfo Suárez y Felipe González. Sánchez niega tajantemente que se trate de un ultimátum político de la formación independentista. Al jefe del Ejecutivo se le volvió a preguntar sobre una posible foto junto a Puigdemont, a día de hoy y pese a la ley de amnistía aprobada a su medida un prófugo de la justicia. Sánchez no cambió su respuesta. Insistió en que la instantánea sería un «paso de coherencia», y añadió que «si hablamos de pasar página, ningún problema». Eso sí, despejó la posibilidad de que ese encuentro se produzca pronto. «No está en la agenda», zanjó de manera clara al respecto.
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