Esta España ha recibido varias buenas noticias que ponen de manifiesto nuestro gran potencial para atraer inversiones industriales en un momento crítico como el actual. El martes, Stellantis y la china CATL anunciaron una inversión de 4.100 millones para hacer una gigafactoría en Zaragoza que permitirá a España competir con Francia y Alemania en la producción de baterías eléctricas. Este anuncio permite además al Gobierno aragonés de Azcón cerrar un año histórico en lo que a captación de inversiones se refiere con más de 40.000 millones comprometidos. Y es que a la fábrica de baterías se unen las inversiones anunciadas por Microsoft, Amazon Web Services (AWS) y sus tres grandes centros de datos en distintos puntos de la comunidad.Y uno se puede preguntar qué tiene Aragón para atraer tanta inversión en tan poco tiempo. Los expertos hablan de la ubicación estratégica de la región, de la disponibilidad de suelo, agua, energías renovables, talento, centros de investigación y universidades…, y tiene toda la lógica, pero todos esto esto también estaba hace un par de años, y Aragón no ha destacado precisamente por ser un foco de atracción de inversiones en el pasado. ¿Cuál es la diferencia? Y ahí la respuesta, apuntan algunos expertos, está en la estabilidad política e institucional de la comunidad autónoma , y en la alfombra roja que el Gobierno de Azcón está poniendo a la inversión.Esta semana también hemos conocido un informe de la Cámara de Comercio de Estados Unidos en España, AmChamSpain, que destaca que España tiene una oportunidad única para posicionarse como un polo de atracción de industria y tecnología sostenibles y convertirse en un referente energético en Europa. «Con abundantes recursos renovables, una infraestructura industrial sólida y una ubicación geográfica estratégica, el país esta bien posicionado para duplicar el peso de la industria, alcanzando un 22% del PIB para el año 2035», señala el informe. «España tiene el potencial de consolidarse como un gran polo de atracción para industrias y tecnologías sostenibles, mientras fortalece su papel como proveedor clave de energía para el resto de Europa», apuntaba Jaime Malet, presidente de AmChamSpain, en la presentación del informe. En este documento se destac a el enorme potencial energético de nuestro país para «captar a empresas que buscan reubicar sus operaciones industriales desde Alemania o países del Este hacia destinos más estables y competitivos en energía» y España, con su infraestructura industrial, sus puertos y su acceso a energía limpia puede atraer una parte de la industria que, de otro modo, se establecerá en mercados externos. Y entre las recetas para captar a estas empresas, está, por ejemplo el alargamiento de la vida útil de las nucleares, de lo que el Gobierno no quiere ni oír hablar, al menos en España… No obstante, para que todo tenga sentido, y España pueda transformarse en la mencionada potencia industrial, la Cámara de Comercio de EE.UU. recomienda «evitar cambios retroactivos que perjudiquen la confianza de los inversores , simplificar la regulación para reducir la burocracia en proyectos energéticos e industriales; y a medio plazo, cambiar el sistema de subvenciones por el de créditos fiscales utilizado en otras jurisdicciones». Y en materia impositiva, creen que se debería «eliminar toda fiscalidad que duplique la carga tributaria a las empresas energéticas que tienen que protagonizar el cambio de paradigma con sus inversiones en sostenibilidad».Los deberes parecen asumibles aunque no van, precisamente en la dirección en la que camina el Gobierno, que crea cada vez más impuestos y más cargas regulatorias para las empresas.
Leave a Reply