«Nunca pienso que voy a morir, pero tengo miedo», confesó el domingo el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva , de 79 años, al aparecer de sorpresa en la rueda de prensa en la que su equipo médico informaba de su baja hospitalaria. Emocionado y con lágrimas, Lula afirmó que se asustó y se preocupó con la urgencia de la cirugía después que le detectaron una hemorragia cerebral, pero que ahora está listo para gobernar y «entregar un país feliz en 2026» cuando termine su tercer mandato. Vistiendo un sombrero estilo Panamá, que le cubría las cicatrices de las últimas cirugías, Lula le agradeció a Dios y a los médicos por su baja médica, acompañado por la primera pama, Rosângela Lula da Silva.El presidente brasileño aprovechó el momento para aclarar que el accidente del 19 de octubre, que desencadenó el derrame, y en el que se golpeó la nuca, ocurrió cuando se cortaba las uñas de las manos y no las de los pies, como fue informado ampliamente en la prensa local.Noticias relacionadas opinion Si Mercorsur y la silla vacía francesa José M. de Areilza estandar Si Lula vuelve al quirófano y responde bien a la cirugía Verónica Goyzueta«Me estaba cortando las uñas (de las manos). Ya me las había cortado y limado», explicó sobre el desequilibrio que sufrió en el cuarto de baño de la residencia presidencial en Brasilia. En esa ocasión, Lula recibió cinco puntos de sutura en la nuca en una consulta rápida, y le fue prohibido realizar viajes largos en avión, y que se sometiera a supervisión médica.El lunes 9 de diciembre, Lula volvió al hospital en Brasilia quejándose de dolores de cabeza y fue trasladado de emergencia al Hospital Sirio Libanés, en São Paulo, donde fue sometido a una cirugía para contener una hemorragia cerebral, en la madrugada del martes . El jueves pasó por una segunda cirugía que, según sus médicos, ya estaba prevista. «Necesito estar tranquilo durante unos 60 días, pero puedo trabajar con normalidad. Voy a pasar las Navidades y el Año Nuevo en casa y voy a tratar de obedecer las órdenes de los médicos de forma muy respetuosa. Soy muy disciplinado. Nunca pienso que voy a morir, pero tengo miedo. Así que tengo que cuidarme», declaró el presidente acompañado por sus médicos, entre ellos, Roberto Kalil, su cardiólogo desde los años 90. Lula debe permanecer en São Paulo hasta el próximo jueves para hacerse exámenes de control, entre ellos, una tomografía computarizada y dependiendo de los resultados será autorizado a volver a Brasilia. Los médicos le han recomendado a Lula que evite el estrés, a pesar de las exigencias de su cargo, lo que parece difícil para el político, que no dejó de trabajar, aunque menos, en los días de su internación. Agenda política intensaDurante su hospitalización, Lula tuvo reuniones virtuales con su vicepresidente Geraldo Alckmin y el jefe de su gabinete, Rui Costa. La agenda política brasileña de fin de año es intensa, mientras se discute un paquete de recorte de gastos que su Gobierno le ha enviado al Congreso. Lula también sigue las noticias sobre la detención del general Walter Souza Braga Netto, exministro de Defensa del gobierno del expresidente Jair Bolsonaro, realizada por la policía el sábado. Braga Netto es acusado de haber liderado un intento de golpe de estado y un plan para asesinar a Lula y a su vicepresidente, Alckmin, y mantener a Bolsonaro en el poder. «Voy a mostrarle que soy más paciente y democrático. Creo que tiene todo el derecho a la presunción de inocencia. Yo no la tuve, quiero que ellos la tengan», dijo Lula, que estuvo preso acusado por corrupción, entre 2018 y 2019..
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