Bashar Al Assad ha caído. Está huido en Rusia, pero la sombra de su régimen se proyecta sobre Marbella. Allí se recuerda a su tío, Rifaat Al Assad, entre murmullos, como si fuese un fantasma que no se menciona en las calles anchas de Benabola, junto a los atraques de Puerto Banús. «Te cuento, pero no me pongas. No quiero problemas» , dice a ABC uno de los propietarios de un negocio de la zona. Hay miedo décadas después de que se marchara. «El sirio» nunca tuvo buenas artes con sus vecinos. Algunos llegaron a los tribunales por coacciones o por amenazas. Ahora se quejan de la degradación del lugar, que se representa en el pequeño alumbrado de Navidad de la entrada a Benabola y al Grey of Albion sobre las baldosas rotas y entre edificios carentes de una mano de pintura con los pasajes poco iluminados. Una zona que han abandonado empresas de Qatar o grandes firmas, pero que sigue teniendo su vida y arrojando dividendos . Tras la creación de Puerto Banús en 1970, la realeza saudí vio una oportunidad de negocio en un terreno anexo. Es cuando construyó Benabola. La idea era convertir esta área en el máximo exponente del lujo. Las mejores boutiques y centros de negocios de la zona tenían que ubicarse en este lugar. «El Rey Salman estaba detrás, pero vendió a Al Assad» , explica uno de los vecinos más antiguos, quien reseña que la transacción se hizo en Londres y que tuvo que dar el visto bueno a la operación el propio monarca. Rifaat Al Assad salió de Siria en 1984. Los autos de la Audiencia Nacional sobre la investigación por blanqueo de capitales estiman que con 300 millones de dólares . A este patrimonio «inicial» sumó otro obtenido una década antes de «actividades delictivas, como la extorsión, amenazas, contrabando, expolio de riquezas arqueológicas, usurpación de inmuebles y tráfico de drogas».Noticias relacionadas reportaje No El imperio inmobiliario de Rifaat Al Assad: cómo el tío del dictador acumuló miles de propiedades en Londres con fondos desviados de Siria Ivannia Salazar reportaje No Tres presidentes abrieron las puertas de Francia a la especulación del más cosmopolita de la dinastía Assad Juan Pedro QuiñoneroYa se le conocía como ‘el carnicero de Hama’. Human Rights Watch lo catalogó como «genocida» en 1982 por comandar la represión de una revuelta contra los Hermanos Musulmanes con ‘gas sarín’. Según Amnistía Internacional, la operación militar costó la vida a 25.000 personas.Las primeras adquisiciones en Marbella datan de 1986 con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad de Gibraltar. En la actualidad sigue manteniendo un aparcamiento en la misma entrada del puerto. «Es para los propietarios y ahora lo están renovando. Hasta hace poco tiempo las puertas de seguridad estaban amarradas con cadenas », señala otro de los vecinos.Con el tiempo fue invirtiendo hasta crear un imperio inmobiliario, cuya joya sería una urbanización de lujo para grandes fortunas en Benahavís, también en Málaga y poco kilómetros de Marbella. El lugar elegido era la Finca La Máquina, que compró enfrente de otra residencia de Adnan Khashoggi en 1988. Frente a La Zagaleta. Eran 3.300 hectáreas de bosque de pinos, valoradas por la Audiencia Nacional en 60 millones de euros. El problema fue que en 1989 la propiedad fue incluida dentro del Parque Nacional de la Sierra de las Nieves y no pudo hacer nada. La «ciudad siria» de ensueño y lujo quedó en nada.Pero siguió invirtiendo, como la finca del Ancón valorada en tres millones de euros, propiedad que luego traspasó en plena Milla de Oro muy por encima de este valor. También compró a una empresa saudí vinculada al multimillonario Eyad Kayali el 51 por ciento de toda la comunidad de Benabola . Es la venta a la que tuvo que dar el visto bueno el rey saudí. Ahí es donde Al Assad comenzó a dominar la central del lujo marbellí con un séquito de escoltas que actuaban como matones. «Si estabas en un lugar que llegaba y sabían que eras periodista te solían echar», recuerda un informador de la época.Sus matones iban armados por miedo a los atentados. «Llevaban la pistola en el cinturón. Primero era un grupo grande y luego contrató a dos guardias civiles jubilados, que iban por las calles con la pistola visible », recuerda otro vecino. Así era el jefe de toda la zona peatonal que une el Hotel Benabola y el antiguo Hotel Park Plaza Suites, del que quedan algunos viejos carteles en los pasajes. No salía mucho de sus dominios, entre Benabola y el Grey of Albion. Aunque en 2017 la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil registró el restaurante Da Paolo en una de las esquinas más emblemáticas de Puerto Banús.En ese triángulo de oro fundamentó su poder. Allí se propuso aglutinar la mayor parte de los inmuebles disponibles con ofertas desorbitantes de cientos de millones de pesetas o por la bravas. Eso le valió alguna denuncia vecinal por coacciones y una investigación por «actividades mafiosas» en 1988 por la querella de una vecina. Sus problemas más serios comenzaron en Francia en 2016 por blanqueo de una fortuna procedente de malversaciones de fondos públicos. Afloró un patrimonio inmobiliario en Francia, Curazao, Lichtenstein y Luxemburgo de más de 90 millones de euros. Le imputaron encubrimiento de desvío de fondos públicos, blanqueo y trabajo disimulado en banda organizada. El rastro les llevó hasta Marbella, donde la Audiencia Nacional recibió denuncia de la Fiscalía francesa en 2016 y explotó una investigación en abril de 2017 con la Guardia Civil y la Policía francesa. Toda la familia fue investigada por la Audiencia Nacional , desde sus dos esposas a sus primos o sus hijos. Se destacaban dos cosas: la discreción y el alto nivel de vida de los Al Assad.Imperio inmobiliario Los Al Assad dominan la entrada a pue Puerto Banús con varios hoteles y un parking, además tiene el Gray of Albion formando un triágulo de lujo y alquileres millonarios entre los atraques de los yates de gran eslora y las playas del Duque. Francis SilvaLa Audiencia Nacional reseña el decomiso de tres embarcaciones, la compra de un avión privado Boeing 727, varios vehículos blindados y otros de alta gama. La imagen de los coches cargados en grúas en la puerta del Grey of Albion es la de la supuesta caída de su imperio con un patrimonio que en 2019 fue situado en Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey. Se reseña que en Reino Unido tienen, entre otras propiedades, la residencia privada más grande tras el Palacio de Buckingham. Y siguen. Rifaat Al Assad se refugió en Siria acogido por su sobrino tras una condena en Francia. El régimen escenificó que es capaz de represaliar hasta a los suyos y más poderosos. Volvió tras ser defenestrado para doblegarse y no entrar en prisión. Ahora no se conoce su paradero después de la revuelta que ha tumbado el régimen familiar, pero sus vecinos saben adónde va el dinero. «Aquí las operaciones se hacen desde Londres, pero todo está abandonado. Hace 15 años convocaron una junta de propietarios para aprobar la contabilidad de Benabola sin presentar ni un solo papel. No nos dieron las cuentas. Quedaron en mandarlas, pero nunca la hemos visto», añade uno de los vecinos de esta comunidad de propietarios, mientras remarca que no quiere que se conozca su identidad y que la familia ha llegado a imputar a la comunidad gastos por más de 200.000 euros en abogados . El lugar sigue dando beneficios. Los locales recaudan al mes entre 90.000 y 100.000 euros de alquiler. No dejan de tener demanda. Unos 3.000 euros el metro cuadrado . ABC mientras paseaba por las calles vacías de Benabola esta semana pudo ver cómo mostraban esos locales a un interesado, que iba haciendo fotos. El guía fijaba los precios reseñados. Los Al Assad han caído, pero en Marbella todavía no se habla de ellos y se les paga el arrendamiento.
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