El empresario Víctor de Aldama, investigado entre otros ilícitos por pagar supuestamente comisiones al exministro de Transportes, José Luis Ábalos, ha cargado contra él esta mañana en el Tribunal Supremo, intentando desmontar la declaración exculpatoria que ofreció el pasado jueves como investigado, cuando negó los hechos y minimizó su relación con el empresario ante el instructor Leopoldo Puente. Ha llegado a situarse como «recaudador» de mordidas de obra pública para el aún diputado y quien era su asesor, Koldo García. El PSOE se habría beneficiado del sistema. Según informaron en fuentes presentes en su declaración, Aldama ha presentado fotocopias de whatsapp con conversaciones relacionadas con amaños en adjudicaciones de obra pública y ha sostenido que ejerció como una especie de «recaudador» en distintos contratos, quedándose una parte de lo entregado por los adjudicatarios y entregando a Koldo y Ábalos otra. Ha cifrado entre en 3,5 y 4 millones las mordidas que recolectó de este modo y repartió entre los tres. Ha asegurado que una parte de esos fondos llegaba al PSOE, sin dar más detalles o pruebas emplazado a hacerlo por el magistrado. A lo largo de tres horas de comparecencia, el comisionista ha complicado, de acuerdo a las fuentes consultadas, el horizonte no sólo para Ábalos sino también para Koldo García, que esta citado este martes. Conforme ha detallado a preguntas del magistrado Leopoldo Puente, el asesor era a quien recurría para «abrir puertas» antes y después de los contratos de mascarillas y mediando siempre pago de mordidas. Se ha acabado implicando así en delitos de tráfico de influencias. Noticia Relacionada estandar Si El comisionista, ante el juez: «Sánchez quería conocerme, me dio las gracias por lo que hacía» Isabel Vega El empresario investigado afirma que el presidente del Gobierno decidió que Koldo fuera asesor de ÁbalosSu declaración, considerada «sólida» por las fuentes de la investigación consultadas por ABC, se ha vertido a preguntas del juez, la Fiscalía, su defensa y las acusaciones populares aglutinadas en la representación del Partido Popular. Ha estado centrada en rebatir el relato exculpatorio que ofreció Ábalos la semana pasada intentando aportar con documentación, aval a sus afirmaciones. Además de los whatsapp ha presentado un documento manuscrito por Koldo García que recogería amaños de obra en varias provincias españolas.Ratifica las acusaciones contra Santos CerdánDe paso, ha ratificado cuanto declaró hace 25 días en la Audiencia Nacional, sin extender las acusaciones a más terceras personas . Allí afirmó que pagó 15.000 euros en efectivo a Santos Cerdán, secretario de Organización del PSOE, para que no se molestara porque, según le había trasladado Koldo García, sus empresas estaban entrando en territorio del norte donde él tenía su «cupo» de adjudicaciones. También que entregó 25.000 euros a Carlos Moreno, jefe de Gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, para que le ayudara a aplazar la deuda de una de sus sociedades. A Koldo García y José Luis Ábalos sostuvo haber entregado 650.000 euros al primero y 250.000 al segundo, en total, en mordidas, sin contar los pagos en especie como el piso de la novia del entonces ministro o el chalet en Cádiz que adquirió una empresaria para su disfrute. Sobre el piso de la mujer, Jessica, Aldama ha explicado en el Supremo que él también costeó una parte, como su socio Luis Alberto Escolano -precisamente detenido este lunes por la causa de hidrocarburos- y el propio Koldo García o su hermano Joseba, incidiendo en que siempre porque Ábalos lo pedía, cosa que el exministro refutó en su propia declaración. No ha aportado, de acuerdo a las fuentes consultadas, recibos o más documental sobre este asunto. Hay otra vivienda en el radar, un piso en la Castellana cuyo alquiler con opción a compra firmó Ábalos de su puño y letra, como consta en el documento que aportó Aldama hace dos semanas en el Supremo. El comisionista ha insistido en que era una garantía para que el ministro tuviese la tranquilidad de que cobraría las mordidas por preadjudicaciones de obra. En lo que sí ha coincidido con Ábalos es en que la vivienda tenía un inquilino que no se acababa de marchar y por eso el entonces ministro nunca pudo entrar a vivir allí.
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