La incertidumbre y la inseguridad no es amiga del empleo, más bien, una de sus enemigas. Las estadísticas reflejan que en momentos de dudas sobre decisiones económicas pendientes las empresas pisan el freno de sus inversiones y de cualquier decisión de empleo. Y ahora es uno de esos momentos, en el que los interrogantes generados por la política económica y, en concreto, por las decisiones laborales en manos de Yolanda Díaz, y la subida de impuestos y cotizaciones están provocando un parón en la contratación, incluso una caída, dependiendo del periodo estadístico que se analice.El pasado noviembre la Seguridad Social perdió más de 30.000 afiliados, la mayor destrucción de empleo en esa época del año desde 2019 y los registros del servicio público de empleo reflejaron que en ese mes la contratación cayó más de un 4%, casi 55.000 contratos menos. Si se analiza el año completo el retroceso fue más leve, del 0,63%. «La cantidad de trabas que se nos ponen, de trámites, nos hacen más difícil crear empleo y mantenerlo», asegura Lorenzo Amor, vicepresidente de CEOE y presidente de ATA. Las empresas se quejan de que en la cuenta atrás para que acabe el ejercicio y comience 2025 no pueden planificar sus gastos porque desconocen qué ocurrirá, por ejemplo, con la que pretende ser la medida estrella de la vicepresidenta segunda en esta legislatura, la reducción de jornada, ni tienen idea de cuánto subirá el salario mínimo interprofesional (SMI), el indicador que afecta a más de dos millones de trabajadores y a casi el 40% de las pymes, y que lleva acumulado un alza del 54% desde que gobierna Pedro Sánchez. «Ninguna empresa ha aumentado tanto su productividad como para asumir esos costes», explica Lorenzo Amor al ser preguntado por el impacto de ambas medidas en los negocios. La entrada en vigor de la reducción por ley de la jornada hasta las 37,5 horas es hoy una incógnita. Rota la negociación con los empresarios, el Ministerio de Trabajo anunció que se aprobaría «con carácter inminente» y sin ayudas para los negocios. Después matizaría que el plazo se extendería a entre cinco y seis meses, por lo que el recorte de la semana laboral, de prosperar, no entraría en vigor hasta antes del verano. El texto ya está en consulta pública y, en cualquier caso, el Gobierno debe amarrar todavía los apoyos necesarios en el Congreso para que la norma pase el filtro de la Cámara Baja. PP, PNV y Junts no apoyan en estos momentos ese recorte, que sí apoyan los sindicatos .Noticia Relacionada estandar Si Yolanda Díaz planea «auditorías algorítmicas» para controlar a las empresas Susana AlcelayRetroceso de la productividad«Los costes laborales han subido un 18% desde 2019, con efectos negativos en la rentabilidad y el empleo», alertaba hace unos días Cepyme, adelantándose a las dos medidas laborales que prepara Díaz. En paralelo, la patronal de las pymes avisaba de que la productividad encadena siete trimestres de caídas interanuales y se sitúa lejos todavía de recuperar niveles prepandemia, además de que la rentabilidad de las pymes está aún un 12% por debajo del nivel de 2019. Por todo ello, la organización que dirige Gerardo Cuerva ha reclamado al Gobierno una «moderación de los costes laborales». El llamamiento de las empresas se produce a las puertas de 2025, año en el que no sólo subirá el SMI y se recortará la jornada de trabajo, también está programada una subida de cotizaciones en cascada desde el próximo enero. Cómo ya informó ABC, las cotizaciones de 1,4 millones de trabajadores subirán 2.700 euros al año desde enero. La base máxima crecerá un 2,8%, más otro 1,2% del destope y un 0,8% del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), lo que dejará la base máxima del sistema en 59.000 euros. La base mínima subirá en el mismo porcentaje en que lo haga el salario mínimo. Para determinar el alza que se aplicará a este sueldo mínimo, el Ministerio de Trabajo sigue reuniendo a los expertos nombrados por Yolanda Díaz para que calculen el incremento en 2025, que rondarán el 4%.La referencia que están barajando estos expertos para aplicar el alza es la Encuesta Trimestral de Coste Laboral (ETCL) del INE, una estadística que ya reflejó un aumento del 4% en el salario medio de España en la primera mitad del año, lo que elevaría el SMI hasta el entorno de los 1.180 euros mensuales brutos repartidos en 14 pagas, 46 euros más al mes y 16.520 euros al año. El porcentaje no estaría muy lejos tampoco del 3% en que han subido los sueldos de media en los convenios colectivos.Los sueldos se recuperanEsta evolución en las nóminas de los asalariados está holgadamente por encima del 2,4% en que subieron los precios en noviembre y también por encima del 2,9% que se espera se sitúe la tasa media del PIB a final del año, según las previsiones del Banco de España. A la espera de conocer los datos de subida salarial que se registren en diciembre, todo apunta a que los sueldos cerrarán 2024 con una modesta ganancia de poder de compra tras crecer de media en línea con lo pactado en el último Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, firmado en mayo de 2023 y que fijaba una mejora salarial del 3% para 2024 y 2025.Desplome del empleoQue los sueldos se recuperan es un hecho, pero el cómo afecta la subida del salario mínimo al empleo es materia que deben abordar los economistas, aunque los datos aproximan cuál ha sido el impacto de los sucesivos incrementos en colectivos más sensibles, como es el caso de las empleadas del hogar y el sector de la agricultura . Como ya informó este diario, desde que en 2019 el Gobierno de Pedro Sánchez comenzara a incrementar el salario mínimo este ha crecido un 54%, y en el mismo periodo las empleadas de hogar han perdido 45.703 puestos de trabajo que, sumados a los 101.069 ocupados que se han quedado en camino en el campo, la ganadería y la pesca suman 146.772 destruidos en seis años . Sin olvidar el impacto que han tenido las subidas en familias y pensionistas, muy castigados por el alza de costes, lo que también ha estado alimentando el declive de las trabajadoras domésticas.En octubre había 356.797 personas cotizando en el régimen de empleadas de hogar, la cifra más baja en más de una década. Lo mismo que ha ocurrido en el sector agrícola, ganadero y en la pesca, que a octubre contaba con 1.015.733. En este periodo los afiliados de ambos colectivos no han dejado de caer. En el caso del campo, la meteorología, los precios y la falta de ayudas no han dado tregua; en el de las trabajadores del hogar, mujeres en el 95% de los casos, ha sido la espiral de costes .
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