No hay quien entienda a este Real Madrid , un equipo capaz de rozar el ridículo ante el Zalgiris el jueves y que, cinco días después, ha conseguido tumbar al líder, el París Basketball , tras una actuación soberbia. Los galos son el equipo de moda en Europa, un grupo que no le tiene miedo a nada y que cuenta con tanto talento en la cancha como en los despachos. Aún así, los blancos, aupados por la defensa de Tavares, la dirección de Campazzo y las canastas de Hezonja , consiguieron reducirles pulgada a pulgada y en los cientos de batallas que se produjeron en la capital francesa. Es pronto para lanzarse a la piscina, pero esta victoria puede suponer un punto de inflexión en la temporada del Madrid. Porque jugaron como nunca y volvieron a ganar como siempre. Tras un respetuoso minuto de silencio por la muerte de Janis Timma a sus 33 años, exjugador el letón de Baskonia y Obradoiro entre otros, voló el balón en París, una de las grandes capitales del mundo que, sin embargo, nunca ha destacado por su pasión por el baloncesto. Un vacío que ha llenado en tiempo récord el equipo dirigido por Thiago Splitter , inesperado líder de la Euroliga gracias a su eléctrico y valiente baloncesto. De hecho, todos sus jugadores llegaron al estadio con un ejemplar del ‘L’Equipe’, diario deportivo de referencia de Francia, y que, una vez más, decidió regalarles su portada el día en que se enfrentaban al rey de la competición. Pese a la baja de su estrella, ausente T.J. Shorts por un virus, hicieron honor los franceses a esa distinción desde el inicio, sometiendo al Madrid a base de triples y canastas imposibles. Aunque su batería fue imponente, el Madrid aguantaba el tipo con mucho orgullo, sin florituras, todo garra y corazón los blancos que, además, estaban respaldados por la versión más dominante y extensa de Tavares . Tres triples consecutivos, dos obra de Campazzo y otro de Hezonja, construyeron la primera ventaja visitante de la noche. Parecía que el Madrid, tras su bochorno ante el Zalgiris, había recuperado su alma de campeón. El croata estaba desatado, había fuego y hielo en su mirada, decidido a minimizar él solo a los galos, aunque el hacer de Campazzo también rozaba la matrícula de honor. Pese a todo, la firmeza del París era encomiable, no había puñetazo de los blancos que amedrentara su indómito espíritu. Cuatro tiros libres consecutivos de los galos y una canasta de Malcolm tras un fallo defensivo de los madridistas hicieron mínima la diferencia. Dos triples espectaculares de Llull rebajaron la euforia local, pero estos devolvieron el golpe gracias al verso libre que es Nadir Hifi sobre un parquet. Al descanso y tras una espectacular diablura de Lo, que se deshizo de cuatro defensores para perforar la red, la ventaja blanca era solo de cuatro. El París volvió desatado del descanso, de nuevo con Lo como principal amenaza. Gran hacer del germano que, por sorpresa, fue igualado por cinco puntos de Abalde, tan inesperados como meritorios. Sufría el Madrid en el rebote defensivo, hiperactivo Hayes pese a la intimidad con la que le defendía Tavares. El que había sido un duelo de rachas se convirtió en un tiroteo anárquico, repleto de tantos fallos como grandes acciones, adictivo caos que permitió a Musa recuperar su mejor versión, autor el bosnio de cuatro canastas casi consecutivas. Su equipo necesitaba apoyo y a la grada parisina le dio hasta por cantar ‘La Marsellesa’ a capela. Pero, ahora sí, el Madrid parecía tener controlada la situación. Noticia Relacionada baloncesto estandar Si Luka Doncic brilla en el partido con más triples de la historia de la NBA PABLO PIZARRO El esloveno logró un triple-doble con 45 puntos, 13 asistencias y 11 rebotes en el triunfo de Dallas Mavericks sobre Golden State (143-133) en un partido de la NBA que rompió récordsSin embargo, el París tiene más vidas que un gato y, tras un espectacular fogonazo, consiguió iniciar el último periodo con una desventaja de tres. Lo estaba intratable, resquebrajaba cinturas sin piedad, aunque el Madrid volvía a abrazar su versión más pasional para minimizar los daños. Tenían en su mano los blancos cerrar el duelo y tanto Campazzo como Deck y Tavares apretaron el acelerador. Ese trío sostuvo a los visitantes, más listos que nadie los curtidos gladiadores para taponar, molestar y desgastar a sus rivales, pero fue Hezonja el que mató al París. El croata, muy fino, anotó cinco puntos consecutivos que impidieron la enésima remontada gala. Por improbable que pareciese, el Madrid había asaltado la casa del líder.
Leave a Reply