El día de la Esperanza se presentó en Madrid, con la presencia de la Infanta Elena, el cartel de la corrida benéfica que se celebrará en Guillena el próximo 15 de febrero, que tendrá dos protagonistas: José Ruiz Muñoz, el torero que estoqueará cuatro toros en solitario, y los pacientes de daño cerebral, a quienes se destinarán los beneficios .Y es que el torero sevillano, sobrino nieto de Curro Romero , sabe bien lo que es tener un ser querido afectado. Su esposa Ana, el mayor apoyo de José, siempre animándole cuando las cosas no terminaban de salir o apoyándole desde el tendido, sufrió dos paradas cardiorrespiratorias tras dar a luz a su segundo hijo. Después de dos meses en situación de coma profundo, fue trasladada a la casa de sus padres en Almería, donde permanece en estado vegetativo.«El espíritu de la corrida es dar a conocer el sufrimiento de las familias», explicó Miguel Aranguren al presentar el acto. Gustavo Adolfo Molina, presidente de la Asociación de Daño Cerebral Adquirido de Sevilla (DACE), habló sobre la importancia de dar a conocer esta «epidemia oculta y desconocida» que afecta a unas 450.000 personas en España y que «el sistema público de salud abandona a estos enfermos cuando finaliza la fase aguda, demasiado pronto».Noticia Relacionada estandar No Una corrida monstruo en la Feria del Milagro: primeros carteles de la temporada 2025 ABC Illescas acogerá dos festejos a principios de marzoDespués, esa persona recibe el alta, y «la familia se encuentra con un gran problema». Con trabajo en años se pueden alcanzar mejorías, pero es una situación crónica que implica mucho esfuerzo mental y económico. Por ello, el fin de esta asociación es «intentar tener instalaciones para dar plazas y tener unos servicios que puedan mantenerse por la familia, a largo plazo».El objetivo del torero es alzar la voz para que las administraciones públicas cubran el vacío administrativo que hay actualmente: «Es horroroso el abandono. Se necesita el apoyo de instituciones. Queremos hacer ruido, involucrar a los pacientes, y mostrar a la sociedad lo que pasa, porque hay vida en esos pacientes y hay que vivirla». Por ello, Ruiz Muñoz continúa hablando con su esposa continuamente, le canta y está constantemente pendiente de ella, como contó Aranguren.«Yo pensaba en que mi mujer habría hecho lo mismo, si fuera al revés». Anita, como la llaman sus seres queridos, era una persona muy activa: «En el tercer mes de embarazo detectan en el niño una anencefalia probablemente incompatible con la vida, y como somos de mucha fe, ni nos planteamos otra opción que no fuera seguir. Cuando tenía una tripa gigante, a punto de dar a luz, seguía yendo con un rosario a la puerta de una clínica abortiva, para hablar con esas mujeres y disuadirlas del terrible paso que iban a dar. Así ha sido siempre».
Leave a Reply