El pasado martes, Raphael (Linares, 1943) puso al país con un nudo en la garganta cuando tuvo que ser ingresado de urgencia en el Hospital Clínico San Carlos por un accidente cerebrovascular , en medio de su paso por ‘La Revuelta’, el programa de Broncano. Pocas semanas antes, ABC le entrevistó por el lanzamiento de su último disco, ‘Ayer aún’, su oda a la canción francesa, en donde aprovechamos la ocasión pintada calva (volver a leer el título del álbum) para hablar con el artista del pasado y del presente pero también del futuro, de sus creencias y miedos a sus 81 años, repletos de triunfos y también de lances de salud muy graves que siempre superó, un probable reservorio de entereza para estos días de inquietud. Anteayer supimos que el cantante había sido trasladado voluntariamente al Hospital 12 de Octubre, y que se descartaba el ictus. Y los conciertos que tenía previstos en el WiZink este fin de semana han sido cancelados finalmente, como si se resistiera a hacerlo. -El título del disco tiene miga. Una mirada al pasado y al presente, una invitación a gozar de la ‘chanson’.-En mi vida siempre está el pasado. Porque ha sido y es maravilloso en mi carrera. Y el futuro. Porque siempre estoy: «¿Y mañana qué?», que es un libro que escribí. Este disco tenía que haberlo hecho hace muchísimos años. Porque tú sabes que yo cantaba en un coro de pequeño , ¿no? Pues cuando dejé de cantar en el coro, a los 10 años, yo era un españolito más que tenía sus canciones y oía sus canciones. Y eran estas, porque estaba de supermoda en aquel tiempo. Esa y la canción española. Por eso tengo un disco también que se llama ‘Andaluz’. En esa época estaban para mí Aznavour, Brel… Cuando empecé a cantar profesionalmente, y tuve mi compositor, Manuel Alejandro, los dos primeros discos eran enteros de él. Pero ya a veces no llegaba, y empecé a cantar canciones de Francia con letras españolas que me hacía Rafael León. Si la letra no era muy buena, decía: «Tú no vas a cantar esto». Dime la canción y yo te la voy a hacer. Y él, sin cobrar nada, me hacía una letra de la cual se lucraba la editorial de turno. Y empecé a tener unos éxitos bastante fuertes como ‘Ma vie’, de Alain Barrière; o ‘My Way’, de Claude François. Todo el repertorio de Salvatore Adamo, que no está aquí porque no es francés, es belga. ‘Amo’ o ‘Mi gran noche’, que sigue siendo un éxito. La canción francesa siempre ha estado ahí. Y luego una serie de cosas que ocurrieron con Piaf, que están en mi recuerdo. Yo fui contratado cuando tenía 17 años para ir a Valencia, a las Fallas, a hacer de telonero de Piaf. Se puso enferma y mandaron a Juliette Gréco. Y desde ese momento se me quedó fijada. Después, mi carrera continuó y me llamaron del Olympia de París. Y eso fue una señal. Fui al Olympia, un gran éxito, pero a Piaf no la pude ver nunca. Tenía en mente invitarla, pero ya había muerto. Murió joven. Tenía que hacer esto. Estaba cantado, igual que estaba cantado que hiciera ‘Andaluz’. Esta es mi música de antes de ser yo.-Está grabado en los míticos estudios Meudon con orquesta. ¿Ya no se graba como Dios manda?-Ah, ¿no lo sabes? ¿A ti no te han dicho cómo se graba hoy en día? A trocitos. Es muy difícil grabar. Yo estaba acostumbrado a otras cosas, yo soy de una época que la gente existía. Me acuerdo una vez que el compositor de turno llegó tarde y había cien y pico personas esperando. En los estudios Films de Madrid. En mi segundo disco o tercero . Y yo, una bronca. Estuve tremendo. ¿No te da vergüenza? -¿Cómo fue aquel primer concierto en el Olympia?-Para mí era un sueño. Después he vuelto varias veces con mucha emoción. Fue una noche memorable para mí. Y donde yo entendí que tenía visado para poder visitar el mundo cantando. Porque entonces yo no había salido todavía de España con esa repercusión. -Hablando de sus conciertos en el extranjero, fue un hito en la Unión Soviética. -Esa otra etapa fue un punto y aparte dentro de mi carrera. Por lo exótico que es, por lo extraño que resulta. No es que haya ido una vez, he ido muchas veces. Ahora no puedo ir. Pero bueno, por lo que todo el mundo puede entender. Pero cuando se me plantea el ir a Rusia, digo: «¿Cómo?» O sea, primero, mis representantes: «¿En qué idioma?». Dicen, no, no, no. Lo llevaba su ministerio de Cultura… tardaron como tres años en cerrarlo porque hubo muchos problemas. Pero no de entendimiento. Me habían visto en el cine. La película era ‘Digan lo que digann y la habían doblado al ruso. Y había sido un tacazo. Yo hablando en ruso. En el cine se puede hacer eso. Entonces, llegué y yo me acuerdo que estaba cantando Leningrado en aquel momento, San Petersburgo, pensaba viendo a la gente atenta: «Si no me estarán entendiendo». Porque yo a veces cantando pienso al mismo tiempo. Si me entendían perfectamente , se sabían mis canciones para películas. Y yo soy muy dado a inventar palabras. Y el público, cuando salgo del teatro, me dicen: «Se ha confundido. Ha dicho tal cosa y era tal otra». Tuve un premio de la Universidad de Moscú porque desde que yo existía para ellos había un 60% de estudiantes más de español. Ahora mismo en Rusia toda la gente que vive de hoteles, de hostelería, turismo y demás, todo el mundo sabe español por mí. -Dos países en esa época que eran supuestamente enemigos…-Pero la gente no.-Les gustaban las mismas películas a sus gentes. ¿La política divide?-Los Gobiernos. La gente, yo he encontrado a la gente rusa muy romántica, muy apasionada. No es de esas películas que siempre nos han pintado. Es una gente que piensa mucho con el corazón y muy culta. Muchos se iban a Cuba para aprender el español, gente muy culta.Noticia Relacionada ARTE estandar Si Miquel Navarro: «No me quiero complicar la vida con la muerte» Javier Díaz-Guardiola Se aboca a los 80 años, con una trayectoria intachable que no deja de darle alegrías-En su larga carrera y existencia ha conocido el éxito mayúsculo, pero también problemas agudos de salud y accidentes de gravedad. José Bono llegó a decir que había nacido por segunda vez cuando el transplante. -Ah, bueno… (ríe). Afortunadamente hay millones de personas que han nacido dos veces. -Esas situaciones de tanto peligro, ¿le cambiaron su enfoque para vivir? -No… no… no (contesta moroso). Yo no he cambiado nada. Soy una persona, creo, en continua evolución. Yo, a mis 81 años, sigo evolucionando. Todavía no he llegado… por eso sigo trabajando, porque me apasiona. Hombre, me han enseñado a cuidarme más, eso sí. Y menos mal que ya tenía la esperanza del trasplante, no quiero ni pensar la gente que no ha conocido eso. Condenados. Pero que exista el trasplante en las cifras que se manejan hoy en día es maravilloso. -¿Es creyente? -Soy creyente, sí. Tampoco soy beato. No sé. Es que hay momentos que es bueno ser creyente, porque, si no, reventaría muchas veces. Si crees, todo es más fácil. No sé si lo he dicho bien. Yo necesito ser creyente. Por mí, por mi familia. Pero no soy beato. Me educaron en la Iglesia, cantando en misa de doce todos los domingos. Tenía mi parroquia, tenía mis fans ya.-¿Le daría miedo no ser creyente? -No me gustaría no serlo. Quizás los no creyentes tienen menos prejuicios. No sé… porque como no lo soy, no puedo ponerme en sus pantalones. Yo he llevado mi vida bastante bien siendo creyente. Mi mujer también. Y no te puedo decir más. Hay gente que te crees que no y resulta que sí. Y hay gente que durante la vida se convierten… No se convierten sino que van entrando más en ese camino. -En 2014 fue cabeza de cartel del Sonorama, un nuevo acceso a gente joven y ahora festivalera. ¿Por qué ha calado en cinco generaciones?-No sé. Hace seis o siete años cuando grabé y estaba de gira con la sinfónica, tuve la curiosidad, porque yo no miro nunca cómo está la gente antes del concierto, porque creo que no es bonito que vean que se está mirando, pero ahí pedí ver a la gente, no por la cantidad porque sabía que estaba lleno, pero quería saber qué clase de gente, además, porque era una plaza de toros, que no había hecho hasta entonces. Y había hasta niños. ¿Por qué? Me imagino que los padres le dicen a los niños ‘¿Tú has visto a Rafael? No, pues vete a verlo’. Y lo disfrutan con entusiasmo y luego van solos. ¿Pero por qué? No lo sé. -Son 60 años de carrera y cientos de discos de oro, cifras estratosféricas. Y en paralelo Julio Iglesias como si fuerais Messi y Cristiano Ronaldo. ¿Os hizo la competencia más grandes?-No tengo contestación para esas cosas. Yo soy anterior a Julio, como seis años. No sé qué contestarte, la verdad, no he pensado en el asunto y él indudablemente tiene un público también, lo que pasa que como hace tiempo que no trabaja tampoco podemos… No sé cómo… No sé qué contestar… -Saca disco, tiene conciertos en el WiZink y en Estados Unidos, ¿cuál es el secreto de esta eterna juventud?-¿Transmito eso? Ya me has arreglado el día. ¿Tú sabes lo que para mí es salir a un escenario, sentir que esa gente está por mí y ponerlos de pie? Yo es que no me lo creo todavía. Y entonces viene mi duda: ¿y mañana qué? ¿Será igual? Pues es igual o mejor. Pero qué bueno que soy así, que no soy de otra manera. Yo me sorprendo a diario, a diario.-¿Alguna vez valoró retirarse? -Seriamente no. Ni no seriamente. Lo que soy es consciente de que algún día tendré que quedarme en casa, pero porque no ande bien o porque… Pero mientras esta suene como suena y tenga la fuerza que tengo, seguiré ejerciendo mi profesión. Porque para mí es lo más bonito que existe. Y yo me hago muy feliz a mí y a mucha gente. Ahora, el día que no pueda, también te digo que no habrá gira de despedida. -Se irá a la francesa.-Una gira de despedida no podría soportarlo. O sea, yo yendo a ciudades que han sido lo que han sido para mí y decir adiós… ¡No! Es como morirme todos los días. Mejor corto cuando sea y me quedo en casa y ya está… Pero vuélveme a hacer la pregunta esa que me he quedado como… -¿La de Julio Iglesias y usted como Messi y Cristiano Ronaldo? ¿Que esa rivalidad les hiciera más grandes?-¿Pero qué tiene que ver uno con el otro? Ante el fútbol siempre vamos a perder. Porque es el deporte no nacional, mundial. Yo estoy encantado de que la selección española cada vez que gana pone ‘Mi gran noche’. Para mí es el premio mejor que tengo. Pero no entiendo porque tiene que tener celos uno del otro. Ambos dos deben dar muchas gracias a Dios. Ves, ahí entró la fe. Por la suerte que tienen (sonríe). [A las pocas horas de la noticia sobre el ingreso urgente del artista jienense, Julio Iglesias publicó en Instragram este mensaje: «Querido Raphael, has estado en muchas guerras y todas las has ganado, gracias a Dios. Esto no es nada, es pasajero comparado con todo lo que te ha pasado en la vida, un campeón de categoría, un campeón tan grande puede con todo. Deseo que te recuperes ya, inmediatamente, y que termines este año cantando a tantas y tantas gentes que te aman. Te admiro y te quiero mucho mi compañero de vida»]. [Al cierre de esta edición, Raphael se encuentra estable y le siguen haciendo pruebas].
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