Julio Romero de Torres no es un mito anclado en el pasado, piensan quienes hoy lo revisitan. Justo cuando se cumple el 150 aniversario del nacimiento del pintor cordobés, el fotógrafo Joseba Urretavizcaya , el escritor Álvaro Bermejo y el librero y agitador cultural Juan Luis Piqueras han acometido un proyecto fascinante. Se trata del libro ‘Mírame. Mujer y misterio en Julio Romero de Torres’, un libro editado por Xibarit, La Inaudita y la Universidad de Córdoba que reúne en sus páginas a más de un centenar de cordobesas quienes posan para recrear las escenas icónicas del artista andaluz . Han coincidido los autores en no querer plantear «un trabajo arqueológico de restitución de una imagen degradada en tópico folclórico y luego turístico», sino un ensayo de aproximación al pintor a través del espejo de las pinturas en las que «la mujer cordobesa de hoy se encuentra consigo misma, desde la reafirmación de su propia arraigada en el gusto popular de épocas pretéritas», así lo explica en el prólogo Federico Castro Morales , profesor de Historia del Arte, Universidad Carlos III de Madrid y responsable del prólogo del libro. Al trabajar en conjunto, Joseba Urretavizcaya ilumina y reinterpreta lo escénico y Álvaro Bermejo consigue, a través de una prosa directa y sesuda, analiza en profundidad las pinturas y escruta las razones por las que mujeres de hoy quieren ocupar el lugar de las modelos originales. Romero de Torres retrató a mujeres de su tiempo y supo conectar con su ciudad. A partir de ahí, tanto Urretavizcaya como Bermejo exploran los perfiles psicológicos, las fuentes simbólicas y herméticas incorporadas por un creador complejo en lo personal y de gran formación plástica, artística y cultural. El flamenco, la copla, el deseo, la vida y la muerte tejen esta historia. Casi 500 personasExiste un vínculo atávico entre el universo evocado por el pintor y la sensibilidad de la mujer de hoy que vive en la ciudad. Justo por ese motivo, al comienzo de 2024 la librería La Inaudita promovió la participación de más de 500 personas a través de una convocatoria abierta para reinterpretar los lienzos de Julio Romero de Torres. De las 535 personas inscritas 124 personas, 97 mujeres y 27 hombres, fueron seleccionadas para emprender la recreación de más de 40 obras. Hubo quienes tuvieron muy claro, desde el comienzo, qué obra querían protagonizar. Ese fue el caso de Belén Guerra, de 29 años. «Soy tataranieta de Rafael Guerra, ‘Guerrita’, el Califa. Llamé a Juan Luis Piqueras y le dije que quería representar a mi abuelo. A mí siempre me ha gustado la tauromaquia, incluso me apunté a la escuela de tauromaquia, aunque finalmente no me dediqué a ella. Mi abuela, que nunca me había visto vestida de traje de luces, vino a la sesión, en el Palacio de los Angulo. Se emocionó mucho. Fue un sueño».Noticia Relacionada Cultura estandar No La exposición de Romero de Torres y la Fundación Telefónica se prorroga hasta el 9 de febrero ABC Córdoba Las instituciones deciden alargarla dos meses ante el éxito obtenidoSanta Inés, la estanqueraEn este libro participan abogadas, empresarias, mujeres anónimas, creadoras, escritoras y mujeres de la fuerza de Olga Aranda. «Julio Romero de Torres buscaba mujeres distintas, personajes de la calle. Por eso me gustó la idea. Estas mujeres que representó trabajaban, como nosotras. Las cosas han cambiado y mejorado, aunque aún nos queda mucho por evolucionar» dice esta mujer que decidió hacer una pausa de unas horas al frente de su estanco y se dejó fotografiar por Joseba Urretavizcaya.Según cuenta el propio Juan Luis Piqueras, el libro involucró por completo a toda la ciudad. No sólo fue un éxito en la selección, sino en la propia interacción de las entre los participantes. La diversidad representada en el conjunto parte de la convicción acerca del aporte que puede realizar el otro a las construcciones culturales, pues en las coordenadas del mundo global, somos más del lugar donde nos detenemos que de donde procedemos. Una luz actualUno de los rasgos principales de este libro es el poder del blanco y negro. Abducido por la fuerza lumínica de Julio Romero de Torres, suprime el color de los cuadros reinterpretados, y haciendo uso de un don especial para tratar con las personas que posan, rodea de oscuridad a las retratadas para sacarles la luz que llevan dentro. Así, Joseba sitúa al espectador en una luz muy actual. Si a eso se añade la resignificación que cada una de las mujeres imprime el resultado es un libro sobrecogedor. El arte actúa en este caso como agente de transformación socialEn sus ensayos, Álvaro Bermejo elude un análisis costumbrista de la obra de Julio Romero de Torres y lo proyecta a su potencia simbólica. Su pintura, asegura, es fuente de misterio y misterio en si misma. Las mujeres del cordobés desbordan la dimensión alegórica de lo andaluz a lo universal. «Más que mujeres modelo, modelos de mujer. La mujer eterna y la del momento, la de ayer y la de mañana». Y amplía: «Virgen inmaculada o vestal gitana, lirio de pureza o flor del mal, musa o presa, esa mujer de cien rostros».
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