Era 2005, la época del pago por visión en el fútbol, y esa tarde jugaba su equipo, el Barça, pero no le apetecía bajar al bar y tomarse una caña para ver el partido. «Tiene que haber otra forma de hacerlo», pensó Igor Seoane. De aquella necesidad surgió la idea de crear Roja Directa , la web española que revolucionaría el consumo de contenidos deportivos piratas por internet. Seoane tenía entonces 21 años, pero desde los diez se había mostrado como un genio de la informática . Primero destripaba los ordenadores, para ver cómo eran por dentro, pero pronto se dio cuenta que lo principal era el software, la mágica herramienta con la que podía resolver cualquier problema, como la pereza para bajar al bar a ver el partido, o incluso, la imposibilidad de seguirlo si estaba en el extranjero.« Sabía más que el profesor », recuerdan sus compañeros del Colegio Obradoiro de La Coruña, uno de los más prestigiosos de Galicia. Incapaces de frenar su talento, en el colegio cambiaron pronto de estrategia y le encomendaron la tarea de asistente del docente de Informática. Era un alumno brillante, al que su pasión por los ordenadores le llevaba a descuidar las otras materias, que superaba -como si fueran un escollo que le alejaba del teclado- con notas ‘normalitas’.Sus amigos recuerdan que Seoane era un «niño bien» que vivió una infancia tranquila en una familia acomodada gallega. Su padre, José Antonio, había fundado una próspera fábrica de colchones, Terxy, en la que Igor y su hermano Roi han formado parte de su accionariado. Así, cuando acabó el Bachillerato, Igor se fue a Barcelona para estudiar en una escuela de negocios. Luego amplió sus estudios en Irlanda y Finlandia. Nunca tuvo problemas con los idiomas. Habla perfectamente inglés, portugués y gallego y se defiende en francés e italiano.Noticia Relacionada estandar No Condenan a Roja Directa a pagar más de 31,6 millones de euros por piratear partidos de fútbol ABCFue en esa etapa estudiantil cuando fundó Roja Directa. No fue su único negocio en internet. También registró dominios como ‘gogle.es’, ‘gmail.es’ o ‘gmil.es’, por los que entablaría una batalla judicial con Google, que le demandó para tratar de recuperarlos. Tras cuatro años de pleito, Seoane se impuso al gigante informático y mantuvo los dominios, que gracias a los errores tipográficos generan muchas visitas y son una buena fuente de ingresos.Sería una de sus primeras victorias en los juzgados , aunque con Roja Directa ha tenido una suerte desigual, que ahora se ha truncado por completo. Sin embargo, los diferentes negocios en internet le han reportado ingresos que, según las fuentes consultadas por ABC, l e permitirán pagar sin problemas la parte que le corresponde de esta indemnización. La sede de Puerto 80 Projects SL., la empresa que Seoane creó en 2009 para dar cobertura legal a Roja Directa se encuentra en un discreto piso de la avenida Alcalde Manuel Platas Varela de Arteixo, el pueblo de La Coruña que también comparte con otro ‘gigante’ de la economía gallega, Inditex. Y como su fundador, Amancio Ortega, Igor Seoane también tiene una vida reservada, apartado de los focos y la presión mediática. Apenas se le ha visto en público, sólo en los momentos de los diferentes juicios a los que ha tenido que acudir y en algunos de ellos, se ha presentado disfrazado, con una aparatosa peluca de rizos y gafas. Así, se le ha llegado a calificar como el «gallego sin rostro», un anonimato que dio pábulo a diversos mitos sobre su lugar de residencia, entre unos usuarios de la red que lo llegaron a considerar una especie de «Robin Hood», capaz de devolver el fútbol a los seguidores.Por los foros de internet, los mismos en que se compartían los enlaces de las webs para ver el fútbol pirateado, comenzaron a correr rumores sobre su paradero. Según algunos, vivía aislado en un chalet de lujo en Miami, mientras que otros lo situaban en California, en el entorno de Silicon Valley. Sin embargo, su último domicilio oficial conocido es un caserón en una amplia parcela con piscina en Oleiros , protegido por un alto muro. Quizás desde allí planifique ahora su próxima batalla legal para salvar su imperio pirata que empieza a desmoronarse.
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