Qué hacer antes, durante y después de una comida navideña para evitar dolor de tripa

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Qué hacer antes, durante y después de una comida navideña para evitar dolor de tripa

Las fiestas navideñas son un tiempo de celebración, reencuentros y, por supuesto, abundantes comidas. Sin embargo, el exceso de alimentos ricos en grasas, azúcares y carbohidratos puede pasar factura a nuestra digestión, provocando hinchazón, acidez o pesadez estomacal.La indigestión es un síntoma común de un problema del intestino superior y se estima que 2 de cada 5 de nosotros podemos tener en alguna época del año, especialmente en Navidad. Aunque suele desaparecer por sí sola, la indigestión puede resultar desagradable, provocando molestias e incluso dolor en la parte superior del abdomen.Noticias relacionadasNos gusta darnos un capricho en Navidad, pero nuestros hábitos alimenticios festivos pueden provocar fácilmente una indigestión navideña . Para disfrutar cómodamente de las fiestas, podemos hacer pequeños cambios en lo que comemos y en cómo, sin privarnos de nuestras comidas favoritas. Para ello, la experta en naturopatía y nutrición integrativa Mireia Velasco comparte cómo cuidar la digestión antes, durante y después de las comidas festivas, especialmente cuando se está fuera de casa y no se puede controlar el menú.Velasco, que está a punto de lanzar su primer libro ‘Acaba con el SIBO’, pone énfasis en la importancia de escuchar al cuerpo, preparar el sistema digestivo y adoptar pequeños hábitos que pueden marcar la diferencia.Antes de la comida prepara tu digestiónPara evitar llegar con hambre extrema a una comida navideña, la experta recomienda mantener una alimentación equilibrada durante el día. Si la comida o cena es el único compromiso del día, el desayuno puede ayudar a regular la glucemia: opciones como huevos, jamón serrano, queso, aguacate, frutos secos o aceite de oliva son ideales por su aporte de proteínas y grasas saludables.«Si el día anterior has tenido una comida copiosa y no tienes hambre, no pasa nada por saltarse el desayuno. Hay que ser consciente de cómo se siente el cuerpo y, si no hay hambre, dejar descansar el aparato digestivo», explica Velasco.Además, la hidratación juega un papel fundamental por la mañana. Una manzanilla o agua caliente con limón sin azúcar ayuda a depurar y aligerar el organismo.Durante la comida: cómo evitar excesosEn reuniones familiares o comidas en restaurantes donde no es posible controlar el menú, Mireia Velasco propone adoptar pequeñas estrategias que faciliten la digestión y eviten el malestar. 1. Elegir un lugar estratégico en la mesa es clave : «A veces nos quedamos acorralados y necesitamos molestar a los demás para levantarnos. Sentarnos en un sitio de fácil acceso nos permitirá movernos más fácilmente y no estar tanto rato sentados», sugiere.2. Comer despacio y masticar bien sigue siendo la regla de oro : la digestión comienza en la boca, y dedicar tiempo a masticar ayuda a descomponer mejor los alimentos y a reconocer las señales de saciedad antes de sentirnos llenos. Durante la comida, también es importante equilibrar los platos con ensaladas frescas o guarniciones de vegetales si están disponibles, y evitar las combinaciones pesadas que dificultan el proceso digestivo.En el momento del postre: opciones ligeras y frutas digestivas. Velasco recomienda optar por postres más ligeros o cítricos. «Si bien es tentador el chocolate, optar por postres con frutas, como tartas o sorbetes, puede ayudar a equilibrar la comida y mejorar la digestión», dice. Además, frutas como la piña, la papaya, el kiwi o los arándanos , ricas en enzimas digestivas, pueden tomarse antes de los turrones y polvorones para facilitar la digestión y reducir el deseo de consumir dulces en exceso.Después de la comidaTras una comida abundante, evitar acostarse inmediatamente es fundamental. Permanecer erguido o dar un paseo ligero favorece el tránsito intestinal y ayuda a evitar el reflujo. Tal como indica Mireia Velasco, si no tienes mucha hambre al final del día, «un caldo ligero o una infusión puede ser suficiente para cenar». Llevar bolsitas de infusiones como manzanilla o menta poleo en el bolso u otro tipo de accesorio, es un gesto sencillo que puede marcar la diferencia si estás fuera de casa y no hay opciones disponibles. La experta también destaca la importancia de mantenerse activo. Levantarse de la mesa cada cierto tiempo, caminar tras la comida o buscar momentos para moverse durante el día ayudan a activar la circulación y mejorar la digestión. «Son pequeños hábitos que, aunque parezcan simples, marcan una gran diferencia cuando sabemos que ese día comeremos más de lo habitual», señala.

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