El Papa abre una puerta santa en la cárcel más grande de Italia: «También tengo malos momentos»

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El Papa abre una puerta santa en la cárcel más grande de Italia: «También tengo malos momentos»

El Papa Francisco ha decidido abrir personalmente sólo dos de las cinco «puertas santas» que hay en Roma, metas simbólicas para los peregrinos del Jubileo de la Esperanza. La primera es la de la basílica de San Pedro en el Vaticano y la inauguró en Nochebuena. La segunda es la que ha abierto este jueves en la cárcel de Rebibbia, la prisión más grande de Italia , en las afueras de la Ciudad Eterna. Lo ha hecho por petición expresa de los prisioneros, quienes se lo solicitaron hace meses con una carta. «He querido que la segunda puerta santa fuera esta, en una cárcel, para que todos tengan la posibilidad de abrir de par en par las puertas del corazón y vean que la esperanza no decepciona », ha explicado el Papa nada más entrar en la prisión. Noticias relacionadas estandar Si Roma se prepara para Jubileo de la Esperanza, que atraerá a 30 millones de peregrinos Javier Martínez-Brocal | Corresponsal en El Vaticano estandar Si Roma se blinda para el jubileo de 2025 e intensifica la vigilancia de islámicos radicales Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma«Tened los corazones abiertos»A primera hora de la mañana, Francisco ha llegado en silla de ruedas hasta el umbral de la capilla de la cárcel, la iglesia del Padre nuestro. Luego se ha detenido ante sus portones de bronce, se ha puesto de pie, ha llamado a la puerta con seis toques rápidos y decididos, y desde dentro dos personas han abierto. El Papa ha sido el primero que la ha atravesado, acompañado de dos prisioneros, un hombre y una mujer, y dos agentes de policía. Dentro ha celebrado una misa ante 300 personas. En los bancos estaban sentados prisioneros y policías, juntos, alegres y sin tensiones. «Es un hermoso gesto abrir esta puerta de par en par. Pero lo más importante es lo que significa, que es abrir los corazones. Os aconsejo que tengáis vuestros corazones abiertos, porque eso construye fraternidad. Los corazones cerrados, duros, no ayudan a vivir . Por eso, la gracia de un Jubileo es abrir de par en par, abrir», les ha explicado.El Papa ha sido el primero que la ha atravesado, acompañado de dos prisioneros, un hombre y una mujer, y dos agentes de policía EPFrancisco no tenía escrita la homilía, y se ha dirigido a ellos con tono familiar y estilo franco y directo. «Abrid de par en par las puertas del corazón: cada uno sabe dónde tiene la puerta cerrada o medio cerrada. Cuando está cerrado, te olvidas de la ternura. Tenedlo abierto incluso en las situaciones más difíciles, cada uno tiene las suyas », ha dicho. Le escuchaban conmovidos y en silencio tanto el ministro italiano de la Defensa y el alcalde de Roma, como más de 200 internos de esta cárcel, que tienen aún por delante una larga condena. « Abrid vuestros corazones a la esperanza . También yo tengo que pensar en esto, porque en los malos momentos uno también cree que todo se ha acabado, que nada está resuelto, pero la esperanza nunca defrauda», les ha confiado.«Cada día rezo por vosotros»También les ha dicho que se imagina la esperanza «como el ancla que está en la orilla y nosotros, con la cuerda, estamos a salvo, porque nuestra esperanza está bien apoyada. A veces es difícil mantenerse agarrado a esta cuerda, y nos hace daño en las manos, pero esa cuerda nos mantiene seguros y nos permite ir adelante. Siempre hay algo bueno, siempre hay algo que nos permite avanzar ». «Os deseo un gran Jubileo. Os deseo mucha paz. Y sabed que cada día rezo por vosotros. Lo digo de verdad, no es una forma de hablar: pienso en vosotros y rezo por vosotros », ha concluido. Como respuesta, quienes participaban en la ceremonia han respondido con un fuerte aplauso, quizá poco litúrgico, pero sincero. Regalos de los prisionerosCuando ha terminado la misa, Francisco ha saludado uno a uno a las 300 personas que estaban dentro de la capilla de la cárcel. Le han regalado un cuadro de un artista que en el pasado fue policía de prisiones, una puerta santa en miniatura, y productos agrícolas cultivados por quienes cumplen condena . «Que el próximo año sea mejor que este, pues cada año debe ser mejor. Y desde aquí quiero saludar a todos los reclusos que están en la celda, que no han podido venir. Un saludo a todos y a cada uno», ha dicho antes de dejarles.A la salida del centro penitenciario, Francisco se ha detenido con algunos periodistas y les ha contado que los detenidos le han contado sus historias, y que mientras les escuchaba, él pensaba que en su lugar podría haber estado él. Ha añadido que allí dentro de esta cárcel sólo hay «peces pequeños», pues «los peces gordos tienen la astucia de quedarse fuera» . Esta visita ha sido «signo de esperanza para recuperar la confianza en sí mismos, y reencontrar la estima y la solidaridad de la sociedad», ha explicado el arzobispo Rino Fisichella, organizador del Jubileo. Efectivamente, la puerta santa de Rebibbia tiene desde esta mañana el mismo valor y las mismas indulgencias y gracias espirituales ligadas a la de la basílica de San Pedro. Es la primera vez que se abre una puerta santa en una prisión. Para el Pontífice la clave es que el gesto transmita la potencia que la esperanza tiene para todas las personas.

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