Gérald Darmanin, ministro de Justicia de Francia, estima que la lucha contra el feminicidio y las violencias sexuales contra las mujeres se han convertido en un problema social y político grave que es urgente combatir: durante la última década, más de 200.000 mujeres fueron víctimas de maltratos y violencia en el país y 128 mujeres fueron asesinadas o murieron víctimas de malos tratos durante los once primeros meses de este año.Se trata de una novedad política de fondo. Hasta ahora, la lucha contra la inmigración ilegal era la principal de las prioridades judiciales de Francia. Por vez primera en la historia de la V República, la lucha contra el feminicidio y las violencias contra las mujeres se convierten en prioridad política urgente.Darmanin anuncia la puesta en marcha de una nueva legislación «más adaptada» para combatir esa «plaga dramática», comenzando por una medida de urgencia que podrá entrar en vigor con relativa rapidez: la detención provisional de los hombres violentos, contra sus esposas, compañeras o amigas, pasará de 48 a 72 horas.Noticia Relacionada Más de 440 años de cárcel estandar No Los otros condenados en el caso Pelicot: periodistas, jubilados, informáticos… Esther Armora«Se trata, solo, de una primera medida, que será necesario completar con una nueva legislación», ha declarado Darmanin a TF1, primera cadena de televisión privada de Francia, agregando: «Las cifras de feminicidios y violencias ha alcanzado cotas dramáticas. Se trata de un drama nacional que reclama una toma de conciencia colectiva».Las cifras básicas son bien conocidas. Durante los últimos cinco años, el número de mujeres víctimas de violencias físicas, sexuales y de muy diversa naturaleza ha oscilado entre las 140 y las 150 mujeres fallecidas en el lecho o el domicilio conyugal. Durante la última década, de 200.000 a 230.000 mujeres de 18 a 75 años fueron víctimas de violencias físicas y sexuales de sus esposos, compañeros o parejas de hecho. El crecimiento trágico de esas violencias ha culminado con una toma de conciencia cívica, social y política, que el ministro de justicia razona de este modo: «Conocíamos las estadísticas. Varios gobiernos tomaron medidas. Pero… el proceso del esposo de Gisèle Pelicot y las decenas de hombres que la violaron, drogada por su propio marido, ha marcado un antes y después. Ese proceso, atroz y ejemplar, en cierta medida, ha puesto ante nuestros ojos la gravedad nacional de las violencias físicas y sexuales contra las mujeres. Ha sido un caso único, a su manera. Pero un caso bien pedagógico, que ha demostrado cómo la violencia contra las mujeres está enraizada en una Francia profunda que no hemos deseado ver. Debemos tomar buena nota de ese proceso. Y sacar todas las consecuencias necesarias, policiales y judiciales».Medidas «adaptadas» a una realidadDarmanin ha ordenado la preparación de uno o varios proyectos de medidas judiciales «adaptadas» a una realidad que no siempre se conoce con precisión.Marie Fuentes, feminista, que forma parte del colectivo #NousToutes, estima, por su parte, que la legislación actual no siempre responde con claridad ni precisión a un problema que tiene varios «frentes», que ella presenta de este modo: «En los feminicidios hay que distinguir tres categorías. El feminicidio conyugal, el feminicidio social y los feminicidios familiares. De entrada, llama la atención el incremento del uso público de la palabra feminicidio, »asesinato de una mujer a manos de un hombre por machismo o misoginia«. Sin embargo, en la práctica, en la inmensa mayoría de los casos, en un 89%, se suele hablar del feminicidio conyugal. Pero se habla mucho menos del feminicidio social y el feminicidio familiar, que son menos numerosos pero igualmente graves».El ministro de Justicia no entra en ese análisis muy detallado del problema nacional del feminicidio y otras formas de violencia física y sexual contra las mujeres. Se limita a constatar la gravedad del problema y pide a los expertos, sociólogos, juristas y policías, el estudio y sugerencias destinadas a combatir todas las dimensiones del problema.Proteger a las víctimas «con mayor eficacia»«De entrada, —declara Darmanin— aumentando la detención provisional de 48 a 72 horas, podremos proteger a las mujeres con mayor eficacia: la policía podrá interrogar a los acusados más tiempo, las mujeres estarán mejor protegidas y la justicia podrá perseguir a los culpables con más precisión». Al ministro de justicia no se le oculta que esa medida de urgencia no será suficiente para combatir en profundidad una de las grandes lacras de la Francia de hoy.Clémentine Choubrac, que ha participado en la realización de un estudio sobre el tratamiento informativo del feminicidio en la prensa francesa, comenta esa realidad trágica de este modo: «El caso Pelicot ha sido un revelador excepcional. Durante los últimos años era evidente que los periódicos utilizaban el término feminicidio con mayor frecuencia. Su uso se ha triplicado en cinco años. Sin embargo, las violencias contra las mujeres han sido tratadas mayoritariamente como «dramas conyugales», «dramas familiares»… una forma de maquillar la realidad más trágica. Lentamente, el feminicidio comienza a percibirse en su realidad más cruda y brutal. Ya era hora«.Antiguo portavoz oficial de Nicolas Sarkozy, presidente conservador, ministro de Justicia, Darmanin también ha seguido el histórico proceso del marido y los violadores de Gisèle Pelicot, con una consecuencia práctica inmediata: la lucha contra el feminicidio y las violencias físicas y sexuales deben inscribirse en el calendario político y legislativo. Decisión sin precedentes.
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