Un tobogán amarillo en forma de tubo comunica la planta superior con la inferior, y es toda una invitación a la diversión. La Unidad de Terapias Funcionales del Hospital Niño Jesús tiene un suelo blandito y multicolor, en el que caerse no es un problema. Y en las paredes, ganchos rojos, amarillos y verdes tapizan una pared preparada para trepar. Hay colchonetas y juguetes por todas partes. Curarse así es más fácil.Esa es la intención de los proyectos que han humanizado estos espacios de rehabilitación o recuperación, mediante actuaciones que ha desarrollado la Fundación Mutua Madrileña . De momento, se han abierto dos, uno en el Hospital del Niño Jesús, y otro en la unidad de hospitalización breve y hospital de día de adolescentes del área de Salud Mental del nuevo Hospital Universitario 12 de Octubre.El Niño Jesús es un hospital para niños, y eso se nota desde la puerta. La unidad de Terapias Funcionales del centro, donde acuden los cerca de 24.000 pequeños con enfermedades crónicas complejas que requieren de terapias rehabilitadoras, se ha transformado tras aplicarse en ella este proyecto de humanización en un espacio cómodo y atractivo. Noticia Relacionada estandar Si Las profesiones ocultas del Hospital Clínico: de ingenieros a costureras Sara Medialdea El macrocentro, de 1932, cuenta con una gran biblioteca, un cerebro informático y 70 personas de mantenimientoEn dicha unidad se atiende a niños y niñas no sólo de la Comunidad de Madrid, sino también de otras comunidades autónomas, con patologías complejas. Se les presta atención especializada en fisioterapia, logopedia, terapia ocupacional o estimulación precoz.Dos gimnasiosLa remodelación, que le ha aportado al lugar más luz natural, zonas más abiertas y accesibilidad, se terminó durante el pasado año. Ahora, la unidad ha pasado de contar con un gimnasio a tener dos –uno de psicomotricidad y otro de rehabilitación–, y gana una planta alta dedicada al servicio de logopedia y consultas.«Somos conscientes de la importancia que tienen los espacios en los que los niños y niñas reciben la terapia y de la necesidad de contar con entornos adecuados que faciliten la labor de seguimiento y apoyo a las familias y el trabajo del equipo médico y de enfermeras», comentó el presidente del Grupo Mutua y su fundación, Ignacio Garralda, durante su inauguración. Pero la humanización no sólo se aplica en este hospital infantil: también se ha demostrado muy útil en lo relativo a la salud mental. Por eso, la Fundación Mutua Madrileña también ha llevado adelante una reforma similar destinada a las zonas donde se tratan este tipo de problemas en la adolescencia. Concretamente, en la zona de hospitalización breve y hospital de día de adolescentes del área de salud mental del nuevo Hospital 12 de Octubre.Aquí se atiende a los pacientes ingresados con patologías de salud mental, y también reúne las consultas externas de esta especialidad infanto-juvenil. En esta ocasión, la actuación acometida ha aportado un toque de color y originalidad a la planta, para evitar el blanco típico de los hospitales. Además, se ha adaptado la terraza, mejorando sus vistas, y se ha creado en ella una estancia para poder hacer deporte al aire libre. La intervención arquitectónica ha conseguido crear un punto de encuentro acogedor con una atmósfera tranquila y relajante, tanto para los pacientes como para sus familiares y visitas.A los proyectos que ya se han puesto en marcha, se unirán otros ahora en proceso: están previstas acciones de humanización similares en los hospitales públicos La Paz y Ramón y Cajal. En total, la Fundación Mutua Madrileña ya ha destinado cerca de 700.000 euros en las cuatro actuaciones, facilitando, además, los recursos necesarios para llevar a cabo la humanización de estas áreas.’La Pajarera’En La Paz, se intervendrá para readecuar el espacio conocido como ‘La Pajarera’, una zona en la planta semisótano donde los niños ingresados tienen la ocasión de jugar, correr, hacer ruido, con su familia, hermanos o amigos, y olvidar por un momento la enfermedad. Ahora, este emblemático lugar va a modificarse y mejorarse. En torno a ‘La Pajarera’ se distribuyen áreas asistenciales que necesitan ser modificadas para conseguir un entorno más íntimo y cómodo para los pacientes que acuden a las terapias y para los profesionales que los atienden. Además, en el Hospital Ramón y Cajal la Fundación Mutua va a acometer trabajos de humanización del área de Psiquiatría infanto-juvenil, en busca también de espacios de calma y confort para quienes acuden a las consultas.Desde hace dos décadas, la Fundación Mutua Madrid se ha comprometido con la salud, especialmente con las patologías graves y poco frecuentes en niños y, en los últimos tiempos, con la humanización de espacios terapéuticos infantiles. Además, también apoya la investigación médica desde hace 21 años, con una convocatoria anual de ayudas a la investigación en salud.A través de los programas IMPULSO –que realiza de la mano de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER)– y MEJORA –con la Federación Autismo Madrid–, la Fundación Mutua Madrileña financia desde hace años terapias rehabilitadoras para menores con estas patologías, algo que sin duda alivia la carga económica que suponen estos tratamientos. El año pasado, la Fundación Mutua Madrileña celebró su 20 aniversario, y aprovechó la ocasión para iniciar una nueva línea de trabajo, centrada en la salud mental. Entonces puso en marcha un plan integral, en colaboración con entidades públicas y privadas, para reducir el impacto de estas dolencias en la sociedad, a través de la investigación médica, la prevención, la sensibilización y la ayuda a las personas que sufren este problema y sus familias.
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