La dramaturga Lucía Miranda descubrió ‘Caperucita en Manhattan’ cuando era preadolescente. Su madre le regaló una de las primeras ediciones en una Feria del Libro de Madrid. Para Carmen Martín Gaite la cita era algo más que un evento literario: era una fiesta. Se compraba vestidos para la ocasión y firmaba ejemplares con una complicidad que hacía de su cola una de las más largas. Lucía esperó allí su turno junto a su madre y consiguió su rúbrica en el suyo. «Desde entonces el libro me ha acompañado siempre », señala. Ahora que en 2025 llega el centenario del nacimiento de Martín Gaite, Miranda dirige la adaptación teatral de la icónica obra, que se estrenará en el Teatro de La Abadía del 23 de enero al 23 de febrero, en el marco de las celebraciones en torno a esta gran figura de la literatura española del siglo XX. Noticia Relacionada estandar No El legado de Martín Gaite ya descansa en Salamanca «cumpliéndose el deseo de todos los que la rodeaban» Henar Díaz La exposición de los fondos de la escritora salmantina en el Centro Internacional del Español «permitirá conocer mejor su proceso creativo y el contexto social, cultural y literario de la España de mediados del siglo XX»Misión cumplida, pensaría sonriendo Carmiña si hubiera conocido la historia. Porque Gaite ponía una gran atención a los diálogos y conflictos intergeneracionales . A través de ese prisma, abordó en novela, poesía y ensayo temas universales como la transmisión de valores , la herencia emocional y las tensiones entre las expectativas del pasado y los anhelos del presente, un legado que sigue resonando con fuerza . José Teruel , director en Siruela de los siete volúmenes de sus obras completas, encuentra esa misma preocupación vital en ‘Retahílas’ (1974): «Crea dos voces en monodiálogo de distintas generaciones intentando airar lo que no se supo aclarar a su debido tiempo», explica. Al igual que Carmiña, su biógrafo señala esta como una de sus novelas preferidas, junto a ‘El cuarto de atrás’ (1978). En ambas, «Martín Gaite consigue que la escritura simule el fluir de la oralidad , y esto es lo más difícil en literatura», justifica Teruel, que ha reunido en la citada editorial con motivo de la efeméride sus textos predilectos en ‘Páginas escogidas’. Imagen de la adaptación teatral de ‘Caperucita en Manhattan’, de Lucía Miranda Dominik ValvoNacida en 1925 en Salamanca (que ha declarado 2025 como el Año de Carmen Martín Gaite), creció en el seno de una familia que marcó su visión del mundo. Sus padres, José Martín y María Gaite Veloso, tenían un talante liberal y progresista que volcaron en la educación de sus hijas, Ana y Carmen. Ese fue el caldo de cultivo del que salieron varios temas recurrentes en su obra: la memoria, la familia y las relaciones humanas . En la facultad de Filosofía y Letras conoce a jóvenes literatos como Agustín García Calvo y, sobre todo, Ignacio Aldecoa. Con él se reencuentra cuando decide trasladarse a Madrid en 1950, tras licenciarse, y le presenta a sus amigos: Alfonso Sastre, Jesús Fernández Santos y Josefina Rodríguez (que tras casarse adoptó el apellido Aldecoa). Injusticia socialPoco después, antes de contraer nupcias con Rafael Sánchez Ferlosio , ayudó en un dispensario parroquial del Puente de Vallecas . Allí entra en contacto con la cruda realidad de la pobreza extrema y su conciencia de señorita burguesa de provincias quedó sacudida para siempre, como reconoce en ‘Esperando al porvenir’. Teruel (que reproduce en ‘Páginas escogidas’ el cuento ‘La conciencia tranquila’) afirma que Carmen calificó como ‘estética de la redención’ esa idea de que la caridad puede justificar una conciencia tranquila sin abordar las raíces de la injusticia social. Con su particular fusión entre historia y experiencia personal , la escritora revisa tanto su infancia y adolescencia como la Guerra Civil y los años posteriores. Exploró la rutina opresiva fruto de una sociedad rígida en su novela debut, ‘El balneario’ (1955, premio Café Gijón), que después desarrolló en clave femenina en ‘Entre visillos’, con la que obtuvo el Nadal en 1957, un año después de que Ferlosio, entonces todavía su marido, lo hiciera con ‘El Jarama’. Premio Nacional de Narrativa en 1978, ‘El cuarto de atrás’ , cierra un ciclo temático al conectar las inquietudes de sus títulos anteriores con una mirada más libre y simbólica. Es la segunda novela que será llevada al teatro con motivo del centenario en La Abadía, con una adaptación de María Folguera y dirección de Rakel Camacho que protagonizará Emma Suárez del 27 de febrero al 16 de marzo.’De hija a madre, de madre a hija’ Reúne ‘De su ventana a la mía’ y ‘El otoño de Poughkeepsie’La coexistencia entre lo personal y el artilugio literario es la esencia estilística de un uso del lenguaje llamado Carmen Martín Gaite, según el director de sus obras completas. Ambos sostienen un particular pulso en ‘De su ventana a la mía’ y ‘El otoño de Poughkeepsie’ . Dos textos breves e intensos que su biógrafo edita por primera vez en un mismo volumen: ‘De hija a madre, de madre a hija’ , que se publicará en marzo. También son dos de sus piezas más emotivas: un sueño con su madre, y una evocación con su hija, Marta. Duelo y literaturaEn ellas «conviven, con perfecta sintonía y destreza, la experiencia del vínculo y la pérdida, el diario íntimo y la fabulación, la realidad y el sonambulismo, así como su dimensión de hija y madre», de acuerdo con su biógrafo. Están escritas en fechas (1982 y 1985, respectivamente) muy próximas al fallecimiento de las dos mujeres más importantes en su vida. «Por su fuerza emotiva quizá sean los títulos más logrados en su obra de cómo la intimidad en bruto no se entiende, si no se destila con el filtro del sueño o del cuento : ‘No se dice lo secreto, se cuenta’, anota en uno de sus ‘Cuadernos de todo’», indica Teruel. Lucía Miranda añade ‘Caperucita en Manhattan’ a este tránsito del duelo a través de la literatura. De forma poética y simbólica, la historia «nos invita a pensar en el precio de ser libres y en cómo enfrentamos las pérdidas para poder seguir adelante. Es luminosa, pero también profundamente humana», reflexiona.Nueva YorkLas tres obras comparten, además, un telón de fondo común íntimamente ligado a ella: Nueva York. Durante sus estancias en la Gran Manzana, se sumergió en un entorno que alimentó su creatividad , desde la lectura de ‘Una habitación propia’ de Virginia Woolf en su apartamento de la calle 119 hasta las pinturas de Edward Hopper. ‘Visión de Nueva York’ Se reeditan los collages que realizó durante su estancia en la Gran Manzana’Visión de Nueva York’ , ahora reeditado por Siruela, recoge esta experiencia a través de los collages que ella empezó a hacer para tener las manos ocupadas y dejar de fumar. Las piezas, descubiertas por su hermana Ana María en su casa de El Boalo, en la sierra madrileña, serán las protagonistas de una exposición comisariada por Teruel en la Casa del Lector (El Matadero), que se inaugurará en marzo de 2025.Autobiografía espiritualEl método experimental también influiría en su ensayo ‘El cuento de nunca acabar’ , donde abordó la narrativa abierta y la búsqueda de nuevas formas de contar. Es precisamente esta faceta de Martín Gaite la que más destaca su biógrafo: «Concibió el ensayo como una auténtica autobiografía espiritual. Su ensayismo adoptó un cauce narrativo y manifestó en múltiples ocasiones su aspiración a conseguir un parecido inalcanzable con el relato oral».Tras su segunda estancia en Nueva York recobró fuerzas y, a su regreso, celebró su reconciliación con la vida con la publicación en 1987 de ‘Los usos amorosos de la posguerra española’ , con el que ganó el premio Anagrama de Ensayo. Al año siguiente recibió el Príncipe de Asturias de las Letras y en 1990 culminó su regreso a la ficción con ‘Caperucita en Manhattan’, «nuestra Matilda », como la califica Miranda, que destaca la calidad y el potencial de Gaite para trascender generaciones.Desde ‘Callejón sin salida’ a la inconclusa ‘Los parentescos’, la autora de ‘Nubosidad variable’ dejó tras de sí un enorme legado que se reflejará en una exposición organizada por la Biblioteca Nacional , Acción Cultural Española, la Junta de Castilla y León, el Centro Internacional del Español de la Universidad de Salamanca y la Fundación Martín Gaite. Esta muestra itinerante, cuyo calendario está próximo a definirse, estará acompañada de un congreso internacional y conferencias . Una gran oportunidad para avanzar más allá del anecdotario que ha envuelto a la escritora. «Se sigue insistiendo en su representación, en sus boinas, en su personaje , en su combate contra el tiempo a través de estridentes colores, pero no en su importante significación cultural », afirma Teruel, que destaca su papel como testigo y legataria de la generación de los 50 . «Este debería ser uno de los objetivos de este centenario: desvelar la complejidad de la Gaite », remata.
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