Laura Cabanes y Emma Carrasco, las herederas de Mireia Belmonte

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Laura Cabanes y Emma Carrasco, las herederas de Mireia Belmonte

En el campeonato de España de Sabadell de 2022, hace nada, dos adolescentes de 16 años compartían podio con Mireia Belmonte en los 200 estilos. Hoy, Emma Carrasco y Laura Cabanes , que estas Navidades soplan las velas de los 19, ya pueden presumir de ser olímpicas. Qué rápido pasa el tiempo cuando al talento se le une un trabajo inmenso para moldear a dos de las mayores promesas de la natación de este país. Son el futuro, aunque quién no querría su presente: en el reciente Mundial de piscina corta de Budapest (Hungría), Emma ha sido séptima en los 200 metros estilos y octava en los 400 estilos, mientras que Laura, décima, se ha quedado a las puertas de la final del 200 mariposa. «Conseguir cuatro medallas olímpicas como Mireia lo veo difícil. No obstante, son sueños y ha habido otros, como ir a los Juegos, que he ido cumpliendo. Ahora Los Ángeles 2028 está muy lejos y en cuatro años pueden pasar millones de cosas», afirma Laura. «Mireia ha sido una referencia y es un ejemplo a seguir, pero tengo claro que quiero recorrer mi camino e ir logrando metas poco a poco sin grandes comparaciones», expresa Emma. Nacida el 31 de diciembre de 2005 en Lérida, a Emma Carrasco lo de nadar se lo dejaron en herencia unos cuantos familiares. Hasta este verano, el que más lejos había llegado era su padre, Jordi, decimotercero en los 200 estilos de los Juegos de Sídney 2000 (Emma subió un escalón, siendo duodécima en los 400 estilos de París). De pequeña, asegura, la piscina sólo era su «’hobby’, una extraescolar»: «Me encantaba competir, pero desde siempre mi prioridad fueron los estudios».Noticias relacionadas estandar Si Darán que hablar… Rafael Jódar: otro Rafa con los pies en la tierra Laura Marta estandar Si Darán que hablar… Eva González, habilidad al servicio del equipo Miguel ZarzaOcurre, sin embargo, que la progresión deportiva ha resultado meteórica. También campeona del mundo júnior en 200 braza, el tiempo fuera del agua se ha reducido al mínimo. Empezó Biomedicina y a las dos semanas se dio cuenta de que era «imposible compaginarlo» con la natación al más alto nivel. Así que cambió de idea y se matriculó en Psicología en la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), que permite estudiar a distancia y examinarse en Barcelona, cerquita del CAR de Sant Cugat, su cuartel general. Apenas tres días después de Emma, el 3 de enero de 2006 vino al mundo Laura Cabanes en Daimiel, a 600 kilómetros largos de Lérida. «A mi madre le gusta muchísimo la natación y siempre la ponía en la televisión. A mi hermana, que es tres años mayor, la apuntaron a cursillos. Vieron que se le daba bien, entró en el club de Ciudad Real y luego en Daimiel. Y yo seguí sus pasos», relata sobre sus inicios la joven manchega, residente en la ‘Joaquín Blume’ de Madrid. Concilia los entrenamientos con 2º de Bachillerato, que el curso pasado decidió partir en dos porque la EvAU se juntaba con la clasificación para los Juegos (entre medias se proclamó campeona de Europa júnior en 200 estilos). El plan es sacarlo adelante y estudiar un doble grado de ADE y Marketing. Tanto monta, monta tanto, Emma y Laura descansarán brevemente en estas fechas. Ambas coinciden en que «la natación es un deporte en el que se nota mucho si dejas de nadar tres días». Y en el que compiten y se acompañan: «Somos amigas. Al final, sabemos lo que sufrimos y el esfuerzo que hacemos», dice Laura. «Es un amor de niña, nos llevamos superbién y, a la hora de entrenarnos, motiva que haya alguien en España que te apriete y que vayamos mejorando nuestros tiempos. Tus rivales son quienes te empujan a luchar por tus sueños», añade Emma. El próximo es el Mundial de Singapur en julio. Cualquiera sabe lo que habrán avanzado en siete meses.

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