El vestido de LalaChus

Home People El vestido de LalaChus
El vestido de LalaChus

El vestido de la Pedroche , ese clásico de la Nochevieja como antes lo fue la capa de Ramonchu, rivalizaba este año en expectación con el advenimiento de Broncano en Sol. Y es que el fin de año tiene su liturgia y, aunque la muchachada ya prefiera recibir el año en TikTok, Twich o YouTube (con sus tiktokers, sus twicheros y sus youtubers, o como se llamen) para la mayoría, todavía, una Nochevieja sin ver las campanadas alrededor de la tele, sin su lío con los cuartos, sin sus uvitas bien contadas, sus «deja eso y ven ya que te lo pierdes», pues no es una Nochevieja en condiciones. Y este año estábamos pendientes, ya no solo del vestido de Cristina Pedroche, que también, sino de David Broncano. Yo apostaba por su desgana, lo reconozco. Más por marca de la casa que porque tenga yo futuro como vidente. Pero, como digo una cosa digo la otra, el desenfado con el que él y LalaChus han encarado la empresa, ha sido una buena apuesta. Y, a mí, me han ganado . Arrancaba Broncano encaramado al tejado, junto al cartel de Tío Pepe, y con el bombo del programa a cuestas. Mientras tanto, en Antena 3, Chicote y Pedroche, que nos suenan ya a dúo indisoluble, como Rinconete y Cortadillo, se mostraban algo más solemnes y envarados. Ella, embutida en un vestidazo con miriñaque que escondía al verdadero vestido, que se desvelaría tras las Campanadas, y con tocado a lo plumero de quitar el polvo brutalista; él, de negro riguroso. Desde la terraza de al lado, unos desprejuiciados LalaChus y Broncano, encantados de estar allí y gozándolo, les gritaban para saludarles. Que ya es casualidad que se enfrentasen, televisivamente hablando, Broncano y el vestido de la Pedroche y, justo, se encontraran en terrazas colindantes. Desde Televisión Española enfocaban a los de Antena 3 y los de Antena 3 disimulaban. Broncano gritaba a los operadores que no los sacaran y aquellos los sacaban más. Al final, claro, Pedroche y Chicote les acababan saludando . Qué remedio. Casi más por compromiso que por ganas. El resto de las cadenas, ya se siente, se ha quedado fuera de la contienda. Ninguna ha conseguido despertar la expectación suficiente como para tenerlas mínimamente en cuenta. En Telecinco y Cuatro, presentaban Ion Aramendi y Blanca Romero. Lo sé porque lo he buscado, que incluso se me había olvidado que en Telecinco y Cuatro también daban las campanadas. Se me había olvidado hasta que había más cadenas de televisión. En la Sexta, Dani Mateo y Cristina Pardo. Que también. Las campanadas, por su parte, como todos los años, han sido doce. Ni una más, ni una menos. Con sus cuartos y su carillón. Y, tras ellas, Pedroche nos enseñaba el vestido definitivo, escondido bajo el falso vestido que oculta hasta el último momento al que se supone esperamos ansiosos, como antes esperábamos saber cuál era el último anuncio del año. Llamarlo «vestido», reconozcámoslo, es un poco eufemismo . Este año tendía más a armazón o a jaula que a prenda textil. Pero estaba hecho de cristales creados a partir de su propia leche materna, ojo ahí. Que a mí me da como cosa pero parece que es muy bonito. Porque, desde hace unos años, los vestidos de la Pedroche tienen mensaje. Como si hubiese algún tipo de correlación entre la merma en cuanto a extensión de tela que cubre carne y la profundidad del valor que nos quiere transmitir con ella. No sé a los demás, pero a mí plin: siempre se me olvida lo que me quiere decir. Mientras tanto, LalaChus, feliz y pasándoselo pirata, seguía con su mismo vestido del principio (bien mona que iba) y ni mensaje ni mensaja (que diría mi madre). El que sí se había cambiado era Broncano, pero de zapatos. Enseñando, de paso, sus navideños calcetines, como antes había enseñado un cartel en el que el equipo técnico les indicaba «enrollaros 2 minutos». Así, con su imperativo mal conjugado y todo, que a mí me ha dolido. De ahí daban todos paso a programas típicamente navideños con sus actuaciones musicales típicamente navideñas y provocando mi desinterés, típicamente navideño. El de Televisión Española lo presentaban dos personas desconocidas por mí (nota mental: sintonizar la tele, ponerme al día, memorizar nombres). Después de googlearlas, descubrí que eran una cómica llamada Eva Soriano, que se conoce que es cómica, monologuista y presentadora (como antes se era actriz, modelo y cantante), y Oriol Nolis, periodista. Cambié de canal cuando salió Rozalén, lo reconozco. Cada uno tiene sus manías y yo ya me veía venir a Ismael Serrano. Antena 3 y Tele 5 también tenían sus actuaciones musicales navideñas, con su ambiente típicamente navideño y sus presentadores vestidos de gala. Me encanta imaginarme a toda esa gente, grabando a finales de noviembre y poniendo cara de que ya es 2025 y qué bien todo. En la 2, optaban por Cachitos, que es tan clásico ya en Nochevieja como el vestido de la Pedroche, o más, y como sus comentarios sarcásticos a los ya de por sí impagables archivos de TVE. La nostalgia siempre funciona. Más en estas fechas. En Cuatro programaban «Ocho apellidos catalanes» y, en la Sexta, «Instinto Básico 2». Como podían haber elegido cualquier otra cosa al comenzar cualquier otro año. Prefiero «Love Actually». Y me ha gustado más el vestido de LalaChus. Y los calcetines de Broncano .

Leave a Reply

Your email address will not be published.