Es un descubrimiento fascinante. Por primera vez, la figura femenina más misteriosa y, seguramente, una de las más discutidas del cristianismo, María Magdalena , ha sido identificada junto a Cristo Redentor en ‘El Juicio Final’ de Miguel Ángel , pintado al fresco en la Capilla Sixtina del Vaticano , cuyas paredes cuentan la historia del cristianismo desde el Génesis hasta el Apocalipsis. El anuncio de este hallazgo fue realizado por la restauradora y apasionada del arte Sara Penco , autora del volumen ‘María Maddalena en el Juicio de Miguel Ángel’ (Scripta Maneant Editore), en una rueda de prensa en Roma. Su investigación aporta una interpretación inédita en relación con ‘El Juicio Final’, una de las cumbres del arte renacentista y universal.Miguel Ángel Buonarroti (Caprese, Toscana, 1475-Roma, 1564) , el genio renacentista cuyas creaciones redefinieron los límites del arte, es conocido por haber concebido obras inmortales como el ‘David’, la ‘Piedad’ o el ‘Moisés’. A través de su dominio técnico y de su profunda comprensión de la anatomía, logró capturar no solo la forma humana, sino también las complejidades del alma. En cada golpe de cincel y trazo de pincel, Miguel Ángel plasmó su infatigable búsqueda de la perfección y su conexión con lo divino. Todo ello se ve reflejado y vuelve a ser centro de atención siglos después gracias a la nueva investigación de Sara Penco sobre ‘El Juicio Final’ o ‘El Juicio Universal’. Pintado entre 1536 y 1541 tras el altar de la Capilla Sixtina, en el fresco hay más de 300 figuras , cada una cuidadosamente diseñada para transmitir emociones, tensión y drama. Noticia Relacionada estandar Si El último descubrimiento sobre Miguel Ángel: pintó un óleo sobre lienzo, copia del juicio universal Ángel Gómez Fuentes | Corresponsal en Roma Es el único ejemplo del uso de esta técnica por el maestro Buonarroti, lo que abre nuevas perspectivas interpretativas en el análisis y autenticación de pinturas del RenacimientoLa composición central muestra a Cristo como juez supremo , flanqueado por la Virgen María, los santos y los apóstoles. Por encima, los ángeles portan los símbolos de la Pasión, como la cruz; en la parte inferior, los condenados son arrastrados al infierno. Este contraste entre la gloria celestial y el tormento infernal no solo subraya el destino final de la humanidad, sino que también refleja las preocupaciones teológicas y personales de Miguel Ángel. Además, el fresco tiene la capacidad de evocar una profunda reflexión espiritual y constituye un testimonio de la maestría técnica del artista: la anatomía precisa, la dinámica de las posturas y la expresividad de los rostros revelan su profundo conocimiento del cuerpo humano y su capacidad para infundir vida a la pintura.Fragmento de ‘El Juicio Final’ de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina ABCQuinientos años después de la creación del fresco, Sara Penco ha identificado a María Magdalena, quien hasta ahora había permanecido esquiva entre el enjambre de figuras que aparecen en la pared tras el altar. Para la investigadora, la pecadora redimida habría sido demasiado importante en la cosmovisión cristiana de Miguel Ángel como para dejarla fuera de su obra cumbre. La presencia de María Magdalena en la obra maestra del artista ya había sido planteada como hipótesis -sin una identificación inequívoca- por el padre Heinrich Pfeiffer , un sacerdote jesuita y reconocido historiador del arte alemán especializado en iconografía cristiana. Sin embargo, ha sido Sara Penco quien, por primera vez, identifica y fundamenta su hallazgo, proponiendo una nueva clave para entender la obra.Según Penco, la Magdalena destaca por varios elementos clave: su vestimenta de un amarillo intenso, su cabello rubio y su proximidad a la cruz . Estos atributos, combinados con la posición de la figura junto a Cristo, sugieren una identidad que la investigadora confirma como la de la mujer que fue testigo de la resurrección de Jesús y primera anunciadora de ese milagro a los apóstoles.El color amarillo del vestido es uno de los argumentos más contundentes que Penco ofrece. Durante el Renacimiento, este color se asociaba co n la traición, la locura y el pecado , un reflejo de la imagen ambivalente que acompaña a María Magdalena en la iconografía cristiana. Sin embargo, también se la representaba en rojo, el color de la redención. Este contraste cromático, según Penco, simboliza la posibilidad de salvación ofrecida a los pecadores. Más allá del color, la posición de la figura es reveladora: besa la cruz con devoción , mientras Cristo la contempla con una expresión que combina ternura y compasión. Este detalle estético, fiel a los relatos bíblicos en los que María Magdalena acompaña a Jesús durante la Pasión y la Crucifixión, refuerza su identificación.Uno de los aspectos más fascinantes que Penco destaca es la dirección de la mirada de la figura. Mientras otros personajes del fresco dirigen su atención a Cristo o al cielo, esta mujer mira directamente al espectador. Este gesto, cargado de significado, parece invitar a la reflexión personal sobre el pecado, la redención y la relación con lo divino. «María Magdalena es una pecadora acogida por Cristo y encaminada hacia la salvación», escribe Asia Graziano, enfatizando que la posición de la Magdalena junto a la cruz es un mensaje universal de esperanza.«Estoy firmemente convencida de que se trata de María Magdalena: por su proximidad a la cruz, el vestido amarillo y el cabello rubio, pero también por todo el contexto en el que Miguel Ángel coloca a esta figura para subrayar su importancia», dijo Penco en la presentación del libro que recoge su investigación.El Juicio Final no solo es una declaración de fe, sino también un testimonio de la lucha interna del propio Miguel Ángel. Conocido por su tormento espiritual y su preocupación por el pecado, el artista proyecta en ‘El Juicio Final’ un mensaje de redención personal . María Magdalena, como figura redimida, encarna este mensaje de esperanza. En definitiva, el hallazgo de Sara Penco invita a una relectura de ‘El Juicio Final’ y enriquece nuestra comprensión -del pensamiento teológico y artístico de Miguel Ángel. Desde luego, la Capilla Sixtina no deja de sorprendernos. Además de la identificación de María Magdalena, investigaciones recientes han destacado otras figuras que habían pasado desapercibidas o cuya interpretación se ha revisado en los últimos años. Por ejemplo, se ha identificado a una mujer con posibles signos de cáncer de mama en el fresco, basándose en detalles anatómicos minuciosos, como bultos en el pecho. Este hallazgo ha sido interpretado como una muestra del interés de Miguel Ángel por la anatomía humana y su habilidad para incorporar observaciones científicas a su arte. El descubrimiento de María Magdalena en la Capilla Sixtina también ofrece una ventana a las obsesiones y creencias del genio del Renacimiento. El trabajo de Sara Penco nos recuerda que el arte tiene la capacidad de sorprender, desafiar y conmover siglos después de su creación. Con su colosal visión del Apocalipsis , Miguel Ángel no solo transformó la Capilla Sixtina, sino también la forma en que entendemos el arte como una expresión de lo humano y lo divino.
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