Una de las promesas electorales del actual equipo de gobierno de Madrid en materia de seguridad ya está cumplida: tanto la Plaza Elíptica como la del Dos de Mayo cuentan con su sistema de vigilancia , una de las reclamaciones vecinales desde hace años. Según han confirmado a ABC fuentes de la Vicealcaldía y del Área de Seguridad y Emergencias, que dirige Inma Sanz, ambos enclaves tienen en marcha sus propios ‘grandes hermanos’, con 31 cámaras en total.Son ya alrededor de 350 unidades las que están desplegadas estratégicamente porlos barrios y por el centro de la capital. De ellas, un tercio se han instalado desde que en 2019 se convirtió en alcalde el popular José Luis Martínez-Almeida. Esta política de disuasión de los delitos (y que también sirve para su investigación posterior) comenzó hace dos décadas con el primer mandato de Alberto Ruiz-Gallardón, que comenzó por las de la Plaza Mayor y más tarde las del entorno de la plaza de Santa María Soledad Torres Acosta (o plaza de la Luna) y las calles de Valverde, Ballesta y Desengaño; se amplió a otros puntos problemáticos del distrito de Centro, como el entorno de la calle de la Montera (azotada por la explotación sexual y el crimen asociado a ella) y la misma Puerta del Sol (donde el actual regidor amplió el número de cámaras hace un par de primaveras).En 2015, Ana Botella hizo lo propio en el complejo empresarial de Azca, que, pese a ser el corazón financiero de Madrid, presenta una problemática de degradación, debido a la profusión de discotecas, pandilleros ly su laberíntica configuración. Noticia Relacionada estandar No Diez detenidos tras una reyerta en la que participaron hasta 30 personas en la plaza del Dos de Mayo ABC Los implicados tiraron contenedores de basura, rompieron papeleras y otros elementos del mobiliario urbano. El origen podría encontrarse en el menudeo de drogasLas nuevas han llegado después de que la Comisión de Videovigilancia diera el visto bueno a su empleo el 19 de diciembre. Esta misma semana han comenzado a funcionar a pleno rendimiento. En la plaza del Dos de Mayo (corazón del barrio de Malasaña) hay un total de 16, mientras que otras 15 circundan la Plaza Elíptica y sus alrededores, como el inicio de la avenida de Oporto. En el enclave del centro son numerosas las reyertas y agresiones que se han registrado desde hace mucho tiempo, pero que tuvieron un rebrote en 2023 y 2024, con robos con violencia e intimidación por parte de camellos y mendigos, y ataques con armas blancas de miembros de bandas latinas. Estas organizaciones criminales juveniles también han dejado su paso en la Plaza Elíptica, punto de encuentro de los distritos de Usera y Carabanchel, de los más victimizados por esta lacra delictiva. Hay que recordar que, hace dos años, con la inauguración de la Puerta del Sol tras su última reforma, se incrementaron las cámaras de videovigilancia ya existentes en el ‘Kilómetro 0’ español; hay un total de siete que, explican desde el consistorio, «mejoran aún más la seguridad de los madrileños y de sus visitantes en este entorno». Tres de ellas disponen de alta resolución con inteligencia artificial.Por delante quedan ahora otros circuitos de videovigilancia ya anunciados, como los de la calle de Cullera, en el distrito de Latina (18 cámaras); las del parque de Pradolongo, en Usera (14), y las del parque de Calero, en Ciudad Lineal (5). Un total de 37 futuros dispositivos, también con inteligencia artificial, «que permitirán anticipar las posibles conductas que atenten contra la seguridad y convivencia y perseguirlas más adecuadamente; algunas de ellas, estarán dedicadas al reconocimiento de matrículas».Narcopisos y pandillerosEn estos últimos casos, que se irán tramitando a lo largo de este año, las problemáticas de los narcopisos, en cuanto a Latina, y de las bandas, también en Ciudad Lineal y Usera, son acuciantes. A la par que se han redoblado esfuerzos dentro del plan especial contra los pandilleros desde hace tres años (con más de 4.000 detenciones en todo ese periodo) y también en la plaga de las viviendas para vender droga, la casuística ha continuado; de ahí, el interés en controlar las calles, siempre siguiendo la legalidad vigente al respecto (por ejemplo, no se puede enfocar al interior de domicilios particulares): las cámaras son un elemento fundamental para la identificación de homicidas y traficantes, y conseguir así permisos de entradas y registros por parte de los jueces o trazar el recorrido de los atacantes tras una agresión mortal o de gran importancia. La Policía Municipal de Madrid cuenta con el Centro Integrado de Señales de Vídeo (Cisevi) para controlar las imágenes que emiten estas 350 cámaras. Además de los barrios ya mencionados, el sistema existe desde hace cinco años en adelante en Bellas Vistas (el conocido como barrio latino de Tetuán) y San Diego (Puente de Vallecas), donde el clamor vecinal estalló ante la negativa del gobierno local de Manuela Carmena (Ahora Madrid) de ampliar su funcionamiento. Narcopisos y bandas, de nuevo, eran los problemas imperantes. La llegada de Almeida a Cibeles en 2019 revertió esa postura recelosa sobre la videovigilancia y sus bonanzas.También hay en el polígono de Marconi (Villaverde), principal punto de trata de mujeres para la prostitución en España; y en los céntricos barrios de Lavapiés y de Chueca, donde el menudeo de drogas y los robos con violencia e intimidación no cesan. Un 35% másDesde el área que dirige Inma Sanz, insisten en que este tipo de políticas «contribuyen a la disminución de incidentes donde se implantan y hacen que el ciudadano se sienta más seguro y mejore así la convivencia ciudadana». Por ello, «se seguirá escuchando a las juntas de distrito y a los vecinos para detectar nuevas necesidades de videovigilancia donde sea técnicamente viable y policialmente útil».La inversión de los gobiernos de Almeida para ampliar la red ha ascendido a 2,7 millones de euros y los presupuestos del consistorio de 2024 ya contaban con otro millón y medio para la instalación de 16 cámaras en la céntrica plaza del Dos de Mayo y 15 en Plaza Elíptica. El aumento de los puntos de videovigilancia en la capital española en este lustro ha sido de cerca de un 35%.
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