El fracaso de la coalición destinada a evitar que llegase al gobierno la extrema derecha del FPÖ, el partido más votado en las elecciones del pasado 29 de septiembre, ha dejado a Austria a la deriva. El canciller en funciones, el conservador Karl Nehammer , tras la ruptura de negociaciones entre socialdemócratas (SPÖ), populares (ÖVP) y Neos, ha presentado su dimisión, con la esperanza de que otra figura de su partido reinicie las negociaciones con el SPÖ para un gobierno de gran coalición, manifiestamente no deseado por los votantes austríacos y que contaría con sólo un escaño de ventaja frente a la oposición, la precaria mayoría que Nehammer lleva tres meses intentando evitar.El excanciller Sebastian Kurz era considerado el favorito para la sucesión de Karl Nehammer, pero la madrugada del sábado al domingo dejó clara su negativa. El presidente de Austria, el verde Alexander van der Bellen, que en su momento optó por encargar la formación de gobierno a Karl Nehammer en lugar de al candidato más votado, ha declarado que «desde ayer, la situación ha cambiado».Tras la dimisión, el presidente ha hablado con numerosos responsables políticos y la sensación es que las voces en los populares que descartaban una cooperación con la extrema derecha del FPÖ –liderado por Herbert Kickl– se han vuelto «significativamente más silenciosas». Es posible que se haya «abierto un nuevo camino», ha dicho.Los comités de los populares se reunieron domingo para intentar buscar una salida a esta situación, en la que Austria sigue a la deriva y sin formación de gobierno a la vista. Su objetivo es evitar una repetición de las elecciones.La primera reacción al anuncio de dimisión de Karl Nehammer fue la de la gobernadora del ÖVP de Baja Austria, Johanna Mikl-Leitner, quien alabó al canciller saliente por haber «luchado como un león por este país». «Trabajó con todas sus fuerzas para negociar un gobierno estable y con visión de futuro», dijo, en vísperas de que los representantes estatales del ÖVP discutan cómo proceder a continuación.El gobernador del estado de Salzburgo, el popular Wilfried Haslauer, se ha expresado en la misma línea: «Karl Nehammer asumió la dirección del Partido Popular en una fase difícil y dirigió la República con prudencia a través de múltiples crisis y tiempos turbulentos, por lo que le rindo mi más profundo respeto».Noticias relacionadas estandar Si Alemania y Francia establecen las bases de la cooperación europea con la nueva Siria Rosalía Sánchez estandar Si Austria, Italia, Países Bajos y Dinamarca se unen para devolver a los sirios a su país Rosalía Sánchez | Corresponsal en Berlín»Semáforo de perdedores»Todo fueron alabanzas hasta que el líder del FPÖ, Herbert Kickl , comentó en una transmisión ‘on line’: «Con Nehammer también fracasaron Babler y Van der Bellen. Ellos fueron los artífices del semáforo de perdedores y ahora se enfrentan todos ellos a los escombros de su estrategia de prevención». «Veremos si el Partido Popular tomará en cuenta ahora la palabra de poder del electorado», añadió. La extrema derecha quiere negociar con los populares una repetición electoral que perjudicaría gravemente a los grandes partidos, pues sigue ganando puntos en las encuestas, como víctima de un acuerdo de los grandes para evitar la llegada al gobierno del partido más votado, según su argumentación.El líder de la extrema derecha de Viena, Dominik Nepp, identifica a partir de ahora dos opciones: el ÖVP debería negociar con el FPÖ o serían inminentes nuevas elecciones, que deberían fusionarse con las elecciones de Viena.«El ÖVP ha roto las negociaciones gubernamentales con nosotros y eso no es una buena noticia para nuestro país», ha dicho por su parte el líder del SPÖ, el socialista Andreas Babler; «el ÖVP no es consciente de lo que ahora amenaza». Su colega de partido, el gobernador de Viena, Michael Ludwig, ha advertido que «en tiempos dramáticos, habría que saltar las sombras y hacer concesiones: las fuerzas del centro político tenían que unirse», en un último intento de retomar las conversaciones dirigidas a una gran coalición. Desafortunadamente, «la ideología prevaleció sobre el pragmatismo», ha lamentado. Pero su partido también está dividido y hay quienes manifiestan su satisfacción por la ruptura de las negociaciones destinadas a evitar un gobierno de la extrema derecha.
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