Las deserciones en el Ejército venezolano debilitan a Maduro

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Las deserciones en el Ejército venezolano debilitan a Maduro

En la recta final de su segundo mandato, el presidente Nicolás Maduro se enfrenta a la mayor deserción de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB), por lo que ha tenido que desplegar 1.200 efectivos de contrainteligencia militar y policial para garantizarse la seguridad de cara a una tercera investidura presidencial este viernes, ignorando la voluntad de los venezolanos en las urnas, quienes otorgaron la mayoría de votos al opositor Edmundo González Urrutia el 28 de julio de 2024.El pasado fin de semana, Caracas amaneció desierta de gente pero rodeada de manera sorprendente e irregular por agentes de seguridad fuertemente armados, pertenecientes a la Dirección Nacional de Contrainteligencia Militar (DGCIM), al Servicio Nacional Bolivariano de Inteligencia (Sebin) , la Guardia Nacional (GNB) y la Policía Nacional Bolivariana (PNB), encargados de la represión. La Casa Militar y la Guardia de Honor es la que por tradición se encarga de la seguridad del presidente, sobre todo en la transmisión del mando. Es curioso que Maduro recurra a los cuerpos de contrainteligencia militar y policial en vez de a la Casa Militar institucional. Desconcertados, los caraqueños difundieron por las redes sociales la presencia inusual de las unidades especiales con equipamiento antimotines en los alrededores del Palacio Legislativo, el Palacio de Miraflores y la plaza O’leary del Silencio, donde el pasado 28 de julio fueron reprimidas las protestas contra la autoproclamación de Maduro como presidente reelecto sin certificar las actas electorales.Noticia Relacionada estandar Si «Maduro tiene los días contados», gritan exiliados venezolanos en la Plaza de Mayo de Buenos Aires Sylvia Colombo Edmundo González visita la capital argentina en el inicio de su gira por América Latina, antes de tomar posesión el próximo 10 de eneroMaduro encargó el despliegue de los 1.200 funcionarios de seguridad al coronel Alexander Granko Arteaga , jefe del DGCIM, quien está señalado en los organismos internacionales de derechos humanos por crímenes de lesa humanidad. Él fue quien dirigió la represión tras las presidenciales, que llevó a más de 2.000 opositores a prisión.«Vamos a garantizar la paz del país, vamos a darle seguridad al pueblo, vamos a garantizar que el 10 de enero se juramente el presidente, el 10 nosotros nos juramentamos con él», anunció Granko Arteaga. «Aquí nuestra revolución, nuestro país está amenazado, hemos ido desarrollando operaciones en contra de mercenarios, han dado fructíferos resultados y este año no va a ser la excepción», apuntó el jefe de la contrainteligencia militar.Refuerzo de la seguridadEn diciembre, Maduro ordenó el despliegue de 8.000 soldados para reforzar su seguridad y el ministro del Interior, Diosdado Cabello , prometió que contrataría unos 20.000 comandos especiales. Pero los anuncios del gobierno chavista parece que no han podido concretarse con los miembros del Ejército institucional.Durante las fiestas navideñas se registró una fuerte deserción de soldados de manera silenciosa y discreta. Los uniformados que se fueron de permiso por las fiestas de Nochebuena y Nochevieja simplemente no han regresado a los cuarteles, dejándolos medio vacíos.La deserción soterrada masiva indica que Maduro ya no puede contar con el Ejército y tampoco confiar en los comandantes de tropa, tras el llamamiento de la líder opositora María Corina Machado a los militares para derribar ahora el último obstáculo a la libertad porque «a Maduro le ha llegado la hora». No se sabe la cifra exacta de deserciones ni de militares ni de funcionarios de la administración pública y del gabinete porque se están registrando discretamente a cuentagotas. Pero lo que es seguro es que el régimen chavista se muestra nervioso y temeroso por su debilidad y pérdida de base social y militar ante la investidura presidencial.Omar González , miembro del partido Vente Venezuela de María Corina Machado y uno de los cinco asilados en la Embajada Argentina en Caracas desde hace nueve meses, escribió en las redes sociales: «Lo único que le queda a Maduro y a sus cómplices es el aparato represivo integrado por militares y policías que sufren las mismas penurias que el resto de sus hermanos venezolanos, aunque son ellos quienes reciben las órdenes para que actúen como verdugos». En su opinión, «en el instante en que los militares bajen las armas y dejen de ser ejecutores de quienes pretenden seguir desangrando a la nación, el nefasto régimen de Maduro se cae». También añadió que «en ese momento, el tirano y sus más cercanos secuaces huyen o se entregan. No hay otro camino… la suerte está echada y no hay vuelta atrás».Apoyo internacionalMaduro teme que la tropa le dé la espalda y defienda al presidente electo Edmundo González Urrutia, quien viaja a para reclamar su investidura. No se tiene información de si González, quien se encuentra de gira por Argentina, Estados Unidos, Uruguay y Chile, cuenta con suficiente fuerza armada, cuyos 200 desertores han sido encarcelados y perseguidos.Para el analista Gustavo Coronel, la manera ideal de lograr que Edmundo González Urrutia tome posesión en Venezuela el viernes sería llevándolo a Caracas, rodeado de una guardia protectora compuesta por una coalición de las democracias del hemisferio, incluyendo tropas especiales, helicópteros, barcos de apoyo en los puertos y todo lo necesario para plantearle a la dictadura de Nicolás Maduro, de una vez por todas, que «o corre o se encarama». En su blog, Coronel está «seguro de que ese apoyo al presidente legítimo de Venezuela sería reforzado de manera abrumadora por la inmensa mayoría de la población y terminaría en horas con el mito del apoyo castrense a Maduro y su pandilla».

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