El líder de la extrema derecha austriaca, Herbert Kickl , anunció ayer su deseo de entablar contactos con el conservador Partido Popular para negociar una posible coalición de gobierno. Lo hizo, eso sí, en su muy particular estilo. «Muchos de mis votantes me preguntan si el Partido Popular (ÖVP) es viable para gobernar con ellos, si es creíble, con esa nueva directiva nombrada en dos días», decía en el prólogo del anuncio, en referencia a la reciente dimisión de Karl Nehammer y su consiguiente sustitución al frente del partido. «No debe haber jueguecitos, ni trucos, ni sabotajes», advirtió sobre las negociaciones en ciernes, «se necesita un gobierno unido, homogéneo y estable, que defienda posiciones unidas, y si esto no se da, entonces no funcionará y tendremos nuevas elecciones».Kickl plantea, de esta forma, una negociación bajo gran presión, dado que en septiembre obtuvo el 28,8% de los votos. Si hoy hubiera elecciones, las encuestas le otorgan hasta el 35 %, muy por delante de todos sus rivales. «Creo que podemos gobernar con diligencia y valor, tal y como espera la gente de nosotros», dijo Kickl, tras destacar que se han «perdido tres meses», desde que su partido ganara las elecciones generales, y prometiendo a sus votantes «una nueva era para Austria».En su declaración, una de las pocas a las que ha convocado a la prensa, Kickl no ahorró reproches. El líder del FPÖ acusó al gobierno anterior, formado por el ÖVP y los ecologistas, de haber «conducido al país al desastre, no solo en lo presupuestario», en referencia al agujero que han dejado en las arcas públicas de entre 18.000 y 24.000 millones de euros, lo que podría acabar en un expediente de la Comisión Europea. «Austria no solo se enfrenta a un gran déficit presupuestario, sino que los demás partidos se han jugado gran parte de su confianza. Por eso tengo un objetivo sencillo: gobernar Austria con honradez», sentenció. Para ello, reconoció que el FPÖ necesita un socio que tenga «objetivos similares a los nuestros, un socio al que podamos creer y en el que podamos confiar». Tiempo de diálogoTras su declaración, Kickl presentó a la dirección de su partido la propuesta de entablar conversaciones con el ÖVP bajo su líder, el hasta ahora secretario general, Christian Stocker. Con su visto bueno, iniciará en los próximos días las negociaciones en pequeños grupos de trabajo, de cuyo contenido y avances irá informando al presidente federal y a la ciudadanía. «Nuestra mano está tendida al líder del ÖVP y eso no es fácil, pero es honesto. También es profesional, ya que aquí no hay lugar para susceptibilidades personales», dejó a un lado las evidentes rencillas. «Pero esta mano tendida va de la mano de la honestidad y confianza recíprocas», advirtió, añadiendo que «una negociación honesta precede a una gobernanza honesta».Pese a tener grandes coincidencias en política económica y migratoria, los dos partidos conservadores tienen diferencias en política europea, exterior y de seguridad. El FPÖ es un partido con tendencias prorrusas y que rechaza una mayor cooperación de la neutral Austria con la OTAN, al tiempo que desearía sacar a Austria de la UE. Cuánto está dispuesto a rebajar estos planteamientos en la negociación con el ÖVP es todavía una incógnita, aunque adelantó que «se necesita una reconstrucción con un espíritu de nuevo optimismo, en primer lugar», una «operación política masiva de bomberos» que incluya un «sano patriotismo» por parte de todos. Estas conversaciones deben llevarse a cabo «en total secreto», dijo, antes de concluir que «creo que podemos crear un gobierno que Austria también espera».
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