Salvo sorpresa mayúscula, pues el proceso de renovación territorial del PSOE está aún por concluir, y habrá primarias en algunos lugares clave como Aragón o Extremadura, la formación que lidera Pedro Sánchez va a sufrir en las próximas semanas una profunda mutación. El cambio se sintetiza en dos aspectos fundamentales: el inmenso poder acumulado por el secretario de Organización Santos Cerdán y el laminado o purga de toda disidencia interna. Sólo Emiliano García-Page sobrevive como bastión crítico, merced a un estatus singular, el que le da ser el único barón que gobierna en un territorio, en este caso Castilla-La Mancha, con mayoría absoluta. El resto del partido, casi sin excepción, es sanchista hasta la médula. Pero ni siquiera quienes tienen una acreditada hoja de servicios en ese frente —como el pronto exlíder de los socialistas de Castilla y León, Luis Tudanca, quien ayer mismo anunció su renuncia a repetir — están a salvo, como evidencia esa renuncia.Algunos dirigentes descontentos con el actual rumbo del partido lo lamentan en duros términos. « Esto de ahora nunca ha sido el PSOE , donde líderes territoriales como Lambán [Javier] o Fernández Vara [Guillermo] además de Page, suponían un contrapeso importante», argumenta uno de ellos. La renuncia de Tudanca, y la metáfora que empleó en su discurso, donde explicó haber dado un «volantazo» para evitar un choque frontal, pone el dedo en la llaga de lo que los dirigentes que han ido engrosando un larvado, disperso y desmovilizado sector crítico, o desafecto, señalan como principal mal del partido. Muchos de esos cuadros socialistas son cercanos a la ex número dos del partido, Adriana Lastra —hoy alejada de las cuestiones orgánicas desde su puesto de delegada del Gobierno en Asturias— que mantuvo una dura pugna interna con Cerdán hasta su abandono de la vicesecretaría general del partido en 2022. Los contrapesos en la Ejecutiva también habrían desaparecido, según la queja de este sector. Todo el control lo tiene Cerdán, incluso por encima de una María Jesús Montero que formalmente es vicesecretaria general, pero que ya tiene bastante a nivel de ocupación con su papel como vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, al que inminentemente sumará el de líder del PSOE en Andalucía, un cargo al que llegará sin problemas tras abrirle el paso ayer Espadas.Noticia Relacionada estandar Si A la espera del ‘rey’ del PSCL J. M. AYALA Luis Tudanca y Carlos Martínez apuran sus opciones para liderar una lista única sin descartar el enfrentamiento entre ambos dirigentes en unas primariasEl senador andaluz recordó que renunció a la alcaldía de Sevilla, nada menos, para liderar el partido en la federación más numerosa de España, y de paso poner freno a Susana Díaz, la principal enemiga interna de Sánchez. Y Tudanca reivindicó su legado a la hora de unir a su federación. El mismo líder en Castilla y León que en noviembre fue de los pocos que tuvo palabras de aliento para otro de los caídos en el proceso de renovación territorial, el senador Juan Lobato , quien dimitió tras la exclusiva de ABC sobre los mensajes con los que le presionó Moncloa para utilizar contra Isabel Díaz Ayuso el documento confidencial sobre su novio por el que el Tribunal Supremo (TS) investiga ahora al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz. Las palabras de ambos resonaron en el seno del partido como las del último canto nostálgico al partido que pudo ser, aquel en el que los líderes autonómicos podían articular su manera de hacer oposición atendiendo a las peculiaridades de su territorio. Ahora, denuncian los críticos, « Ferraz sólo quiere, y ellos mismos lo confiesan, correas de transmisión ».Lobato y los mediosA Lobato, cuando ya había dimitido, se le reprochó ‘sotto voce’ en los órganos oficialistas hasta su política de concesión de entrevistas, pues a diferencia de los dirigentes nacionales , y especialmente en el ámbito radiofónico, no vetaba a los medios críticos con el partido. Algo que a los críticos les parece incluso hipócrita: «A Juan no le perdonan que se haya prodigado con Herrera [Carlos] o con Alsina [Carlos], pero luego hay ministros que van a la COPE o a Onda Cero, y no hay ningún problema».Los dirigentes más próximos a la dirección, por contra, minimizan este descontento, y aseguran que los relevos territoriales simplemente fortalecerán al partido en cada territorio.Salvo la referida sorpresa, el poder absoluto de Moncloa sobre el partido se va a visualizar en las próximas semanas con cinco ministros, casi un tercio del total de los que el PSOE tiene en el Ejecutivo de coalición con Sumar, en otras tantas federaciones territoriales. Lo será Montero en Andalucía, Óscar López en Madrid, Diana Morant en la Comunidad Valencia y Ángel Víctor Torres, quien como desde 2023 seguirá compaginando su cargo de ministro de Política Territorial con el de líder del PSOE en Canarias. Sólo podría peligrar Pilar Alegría en Aragón, donde tendrá que derrotar a un rival no menor, como el lambanista Darío Villagrasa.
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